Hoy en día y con acceso a un tratamiento apropiado, los pacientes con VIH pueden vivir casi tanto tiempo como la población en general. No obstante, las investigaciones revelan que tienen un riesgo más elevado de sufrir comorbilidades relacionadas con la propia patología, el tratamiento y la edad, lo que ...
Hoy en día y con acceso a un tratamiento apropiado, los pacientes con VIH pueden vivir casi tanto tiempo como la población en general. No obstante, las investigaciones revelan que tienen un riesgo más elevado de sufrir comorbilidades relacionadas con la propia patología, el tratamiento y la edad, lo que significa que ayudar a conservar la salud a largo plazo debería ser la máxima prioridad a la hora de adoptar decisiones sobre tratamientos. Esta es una de las principales conclusiones de la reunión "VIH ES: Ir más allá de la indetectabilidad. El papel de la enfermería en el manejo de la infección por VIH" organizada por Gilead Sciences en Bilbao.
El número de nuevos diagnósticos de VIH recogidos en 2016 fue de 3.366, lo que implica que la infección por VIH sigue muy presente en nuestro país. El diagnóstico tardío (46% de las nuevas infecciones) es uno de los problemas a los que nos enfrentamos hoy en día, siendo mayor en hombres heterosexuales (61,1%) y mujeres (55,7%).
Los expertos han debatido sobre la necesidad de reconocer las enfermedades indicadoras y el posterior test para el VIH. Hay estudios que mencionan la candidiasis esofágica, el síndrome debilitante y la neumonía por pneumocystis como las afecciones definitorias de SIDA más comunes. Aun así, los estudios apuntan que hay una serie de especialidades donde, a pesar de haber enfermedades definitorias de SIDA, no se recomendó el test del VIH como urgencias, atención primaria, neurología y ginecología.
Para el paciente VIH es fundamental que su equipo asistencial sea accesible, sobre todo al inicio del tratamiento o en los cambios de medicación. Aquí cobra gran relevancia el papel de la enfermería. En palabras de Asunción García Gonzalo, enfermera del Hospital Galdakao-Usansolo de Vizcaya "la primera consulta que tiene el paciente VIH en nuestro hospital es con la enfermera. Le hablamos de la enfermedad, las vías de transmisión, cómo funcionan los protocolos en el hospital, el médico que se le ha asignado y se le pide analítica completa. Después, pasados 15 días se le cita con el médico para que le ponga el tratamiento pertinente".
Asimismo, el profesional enfermero es quien acompaña al paciente a farmacia para presentarle al farmacéutico responsable que le administrará periódicamente la medicación. También se le facilita un teléfono de contacto para que pueda llamar en caso de cualquier duda que le surja con respecto a su enfermedad.
Los expertos han destacado que es importante reflexionar sobre cómo se puede ir más allá del control virológico y abarcar las diferentes situaciones a las que se enfrenta el paciente. Esto obliga a considerar la infección por VIH desde una nueva perspectiva, teniendo en cuenta que actualmente se ha convertido en una enfermedad con aspectos a destacar: su evolución es crónica, hay un aumento de la supervivencia y tiene un carácter de enfermedad inflamatoria sistémica que conlleva a la afectación multiorgánica con diferentes comorbilidades, a la aparición de neoplasias no definitorias de SIDA y al envejecimiento prematuro de los pacientes.
A medida que los pacientes con infección por VIH envejecen, determinadas comorbilidades como la diabetes, dislipemia, hipertensión arterial, eventos cardiovasculares, osteoporosis y disfunción renal son más prevalentes. Asimismo, diversos síndromes geriátricos como la fragilidad o el deterioro cognitivo pueden aparecer a partir de la séptima década de la vida.
Evitar las comorbilidades en el VIH puede ser posible utilizando fármacos innovadores, eficaces, con menor toxicidad y en un solo comprimido que contiene el régimen antiretroviral completo. En la actualidad, la triple terapia, régimen preferente en todas las guías nacionales e internacionales, es el tratamiento de referencia para el VIH ya que ha mostrado una mayor eficacia y durabilidad en la supresión virológica.
Es muy importante, y en ello el papel de la enfermería es fundamental, que el paciente aprenda a vivir con el VIH explicándole que puede llevar una vida normal. Lo imprescindible para conseguir una buena calidad de vida es que haya una buena adherencia al TAR.
En esta jornada han participado también Marta Pastor, del Comité Antisida de Vizcaya; y el Dr. Francisco Rodríguez Arrondo, del Hospital Universitario Donostia de San Sebastián.