El titular de este artículo ha sido el lema de la Semana del Cerebro, celebrada en el mes octubre, una iniciativa impulsada por la Sociedad Española de Neurología (SEN) con el objetivo de concienciar sobre la importancia de mantener el cerebro sano para prevenir las enfermedades neurológicas. Conocer estas enfermedades ...
El titular de este artículo ha sido el lema de la Semana del Cerebro, celebrada en el mes octubre, una iniciativa impulsada por la Sociedad Española de Neurología (SEN) con el objetivo de concienciar sobre la importancia de mantener el cerebro sano para prevenir las enfermedades neurológicas. Conocer estas enfermedades y saber identificar los síntomas puede ser vital, no solo para saber cuándo se debe de acudir de forma urgente al médico, sino para lograr un diagnóstico temprano que permita mejorar el pronóstico de estas enfermedades.
Alzheimer
La SEN estima que actualmente podrían existir unas 800.000 personas en España con enfermedad de Alzheimer. No obstante, puesto que la prevalencia e incidencia de esta enfermedad se incrementa a partir de los 65 años de forma exponencial (afecta al 5% de la población mayor de 60 años, al 20% de los mayores de 80 y al 30% de los mayores de 90), el progresivo envejecimiento poblacional y el incremento de la esperanza de vida, hará que el número de casos aumente en las próximas décadas.
El Alzheimer no es solo la principal causa de discapacidad en personas mayores en España, sino que también es la patología que genera uno de los mayores gastos sociales: el coste por paciente de Alzheimer se estima que ronda entre 27.000 y 37.000 euros anuales en España. Y, en todo el mundo, supondría un gasto total superior a los 800.000 millones, una cifra que ha aumentado un 35% en los últimos cinco años.
Además, un reciente estudio sitúa ya al Alzheimer y a otras demencias como la segunda causa específica de muerte en España, mientras que la OMS señala que la demencia es el grupo de enfermedades que más ha aumentado en mortalidad en los últimos años, tras haberse duplicado en los últimos 15 años.
Cada año se diagnostican en España unos 40.000 nuevos casos de Alzheimer. Sin embargo, debido a que los síntomas iniciales de esta enfermedad son a veces difíciles de distinguir de los olvidos cotidianos, es una enfermedad infradiagnosticada. La SEN estima que entre el 30 y el 40% de los casos de Alzheimer estaría sin diagnosticar, unas cifras que se elevarían al 80% en los casos de Alzheimer que aún son leves.
Por otra parte, llevar a cabo estrategias de prevención sobre los factores de riesgo de demencia conocidos, conseguiría disminuir el impacto de esta enfermedad en nuestra sociedad. Algunos estudios señalan que llevar hábitos de vida saludables podría reducir hasta un 40% los casos de Alzheimer, o al menos retrasar el debut clínico de la enfermedad. Y es que existen diversos factores de riesgo potencialmente modificables como: el control de los factores de riesgo vasculares, un mayor nivel educativo o cambios en los estilos de vida, principalmente un mayor nivel de actividad física, adopción de dietas más saludables y abandono de hábitos tóxicos como el tabaquismo.
Parkinson
El Parkinson afecta en España a unas 120.000-150.000 personas. Se trata de la segunda enfermedad neurodegenerativa más frecuente, después de la enfermedad de Alzheimer. También es, tras el Alzheimer, el segundo diagnóstico neurológico más frecuente entre los mayores de 65 años. Y es que el 2% de los mayores de 65 años y 4% de los mayores de 85 años padecen Parkinson en España. No obstante, el Parkinson no es una enfermedad exclusiva de personas mayores: el 15% de los pacientes no superan los 50 años y también se pueden encontrar casos en los que la enfermedad se inicia en la infancia o en la adolescencia.
En España, la prevalencia y la incidencia del Parkinson se ha incrementado considerablemente en las últimas décadas, fundamentalmente por el aumento de la esperanza de vida, los avances diagnósticos y terapéuticos y a una mayor sensibilización respecto a esta enfermedad, ya que es cada vez más conocido que es una enfermedad frecuente, tratable y que requiere de un diagnostico lo más temprano posible. Por esa razón la SEN estima que el número de afectados se duplicará en 20 años y se triplicará en 2050.
El 70% de las personas diagnosticadas de Parkinson en nuestro país tienen más de 65 años y, actualmente, en España, se diagnostican cada año unos 10.000 nuevos casos de la enfermedad de Parkinson. No obstante, los pacientes con Parkinson tardan una media de entre 1 y 3 años en obtener un diagnóstico y se cree que hasta un 25% de los pacientes diagnosticados tienen en realidad otra enfermedad.
La levodopa continúa siendo una opción terapéutica fundamental en la enfermedad, y la gran mayoría de los pacientes tratados responden muy satisfactoriamente. No obstante, el tratamiento de la enfermedad de Parkinson se basa en combinar la levodopa con los otros fármacos que potencian la funcionalidad de los sistemas cerebrales dopaminérgicos. Cuando el tratamiento con diferentes fármacos dopaminérgicos se complica con fluctuaciones motoras y discinesias, los pacientes también pueden disponer de otras terapias más invasivas. La apomorfina en infusión subcutánea (ASBI), la bomba de infusión duodenal continua de levodopa/carbidopa (IDL) y la estimulación cerebral profunda (ECP) están claramente establecidas como alternativas terapéuticas seguras, eficaces e indicadas cuando aparecen complicaciones motoras incontrolables con el tratamiento farmacológico.
Por otra parte, señalar que los pacientes con enfermedad de Parkinson ingresan en el hospital con mayor frecuencia y el tiempo de hospitalización suele ser más prolongado. Entre el 20 y el 25% de los pacientes afectados por la enfermedad de Parkinson requieren un ingreso hospitalario anual, y el motivo del ingreso es a menudo diferente de su enfermedad, por lo que no son atendidos en los Servicios de Neurología. Esto hace que las complicaciones durante su estancia en el hospital sean frecuentes: Un reciente estudio europeo señalaba que el 21% de los pacientes experimentaron un empeoramiento de los síntomas motores durante el ingreso, el 33% sufrió una o más complicaciones y el 26% no recibió correctamente el tratamiento para su enfermedad.
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