El doctor Alfonso Moreno, presidente de FUINSA, agradeció la participación de primeras voces de la Oncología en la reunión de expertos, de cara a dilucidar los aspectos más novedosos y relevantes de los perfiles profesionales que tratan el cáncer infantil en el país. Desde su punto de vista, es necesario ...
El doctor Alfonso Moreno, presidente de FUINSA, agradeció la participación de primeras voces de la Oncología en la reunión de expertos, de cara a dilucidar los aspectos más novedosos y relevantes de los perfiles profesionales que tratan el cáncer infantil en el país. Desde su punto de vista, es necesario primar las unidades de mayor experiencia en tumores pediátricos, habida cuenta de que existe una cierta saturación de estas entidades asistenciales en España. En un fenómeno que aproximó al que ocurre con las universidades, que son excesivas en número, de manera que la posible excelencia académica se diluye porque se reparte en demasiados centros, lo que provoca puestos retrasados en los rankings de las universidades del mundo. Con cifras que nos sitúan sólo por detrás de países como Corea. Por todo ello, Moreno apostó por la unificación de unidades pediátricas, aunque no albergó esperanzas de que esto pueda producirse a corto o medio plazo.
Acompañó a Moreno en la inauguración el director general de FUINSA, doctor Antón Herreros quien alimentó el debate en el turno de preguntas al preguntar si es lógico que las terapias comerciales con células CAR-T sean tan costosas en comparación con las que se generan mediante la investigación académica.
Vivisección del cáncer infantil
Moderó la primera mesa, destinada a conocer la situación del cáncer infantil en España, el doctor Emilio Vargas, jefe de Servicio de Farmacología Clínica del Hospital Clínico San Carlos de Madrid. Desde su punto de vista, los Planes de Investigación Pediátrica (PIP) son una buena herramienta y han resultado positivos para ampliar el número de ensayos clínicos que incluyen la población infantil. Destacó la necesidad de impulsar la investigación académica en el país. Sin embargo, estimó que no es fácil saber "quién le pone el cascabel al gato", a la hora de racionalizar los recursos en materia de unidades especializadas, como ya apuntó el doctor Moreno.
Como primer ponente, el doctor Luis Madero, jefe del Servicio de Oncohematología del Hospital Infantil Universitario Niño Jesús de Madrid, concedió que "la situación del cáncer infantil ha mejorado notablemente en España ya que, antes, hacer investigación clínica en los servicios de Oncología resultaba impensable". Por eso celebró que se puedan establecer estrategias de terapias avanzadas, e investigación translacional con suficiente espacio para trabajar. Algo que reduce la dependencia total de la investigación comercial que, sin embargo, sigue siendo esencial, según confirmó.
Menos del 80% en supervivencia
En términos epidemiológicos, el doctor Madero aseveró que "los resultados de supervivencia en cáncer infantil en el momento actual en nuestro país se encuentran alrededor del 80%, pero es todavía manifiestamente mejorable, sobre todo en tumores del Sistema Nervioso Central". Pese a esta buena cifra, no tuvo reparos en admitir que España todavía está en segunda división en algunos aspectos importantes. "Es preciso reunificar unidades con apoyo de la necesaria voluntad política para conseguirlo y disponer de una dotación de recursos suficientes para investigación", precisó, para luego ratificar que la Oncología Pediátrica adolece de los mismos fallos que afectan a otras parcelas del SNS. Un buen modelo que, sin embargo, está alejado de la excelencia por la dispersión de sus recursos como ocurre, por ejemplo, en la proliferación territorial de Centros, Servicios y Unidades de Referencia (CSUR).
También en relación con la supervivencia, el oncólogo pediátrico precisó que no sube del 60-69% cuando los tumores infantiles afectan al Sistema Nervioso Central (SNC). En cifras similares a las de Letonia, Grecia o Corea del Sur.
Madero, que también es jefe de Servicio de Oncología Infantil del Hospital Universitario Quirón de Pozuelo de Alarcón (Madrid), urgió a una profunda reflexión en Oncología, aunque también admitió que la legislación impulsada desde la Unión Europea ha conseguido acortar los tiempos de acceso a los tratamientos farmacológicos. Con mención, sin embargo, a la limitación que todavía supone que no existan fármacos específicos para la población infantil, cuando sus procesos patológicos difieren de los que ocurren en los adultos. A lo que añadió que un paciente pediátrico con cáncer no puede ser considerado adulto hasta los 18 años de edad. Con el agravante de que la supervivencia no es igual en un chico de 16, si es tratado en una unidad especializada en menores que en una de Oncología para adultos.
Asimismo, como catedrático de Pediatría de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid, Madero dejó claro que "no es suficiente el año que dedica el sistema MIR a Oncología Pediátrica. En el Hospital Niño Jesús, por ejemplo, toda la residencia se realiza en Pediatría, y luego se amplían dos años más en Oncología Pedriática".
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