En el análisis univariable de dos cohortes de pacientes con cáncer de mama, investigadores europeos han determinado que la radioterapia recibida por las mañanas aumenta significativamente la incidencia de toxicidad a largo plazo. En una de las cohortes ésta se asoció a la presencia de genotipos específicos en dos loci ...
En el análisis univariable de dos cohortes de pacientes con cáncer de mama, investigadores europeos han determinado que la radioterapia recibida por las mañanas aumenta significativamente la incidencia de toxicidad a largo plazo. En una de las cohortes ésta se asoció a la presencia de genotipos específicos en dos loci genómicos.
Christopher Talbot, investigador del estudio, afirma que tanto su equipo como otros grupos ya habían hallado previamente diversas variantes genéticas asociadas a las reacciones adversas a la radioterapia, particularmente en los genes ATF y TNF. Sin embargo, estas variantes ejercen su efecto independientemente del momento del día, diferenciándose por ello de las nuevas. Aunque también era conocido que el efecto de algunos fármacos oncológicos sigue un patrón circadiano, es la primera vez que se observa un efecto similar con la radioterapia, asevera Talbot.
Su equipo también ha propuesto un test genético sencillo para identificar a las pacientes de riesgo que podrían beneficiarse de un tratamiento por las tardes. Asumiendo que en 2050 toda persona con cáncer de mama morirá por otra causa, es necesario desarrollar tratamientos que preserven la calidad de vida del paciente, concluye el investigador.