El problema de la cronicidad y la atención a los pacientes afectados con estas enfermedades es uno de los retos principales de la sanidad española. Con el objetivo de ahondar en la importancia de la colaboración multidisciplinar entre médicos y farmacéuticos en el abordaje de estos desafíos, más de 500 ...
El problema de la cronicidad y la atención a los pacientes afectados con estas enfermedades es uno de los retos principales de la sanidad española. Con el objetivo de ahondar en la importancia de la colaboración multidisciplinar entre médicos y farmacéuticos en el abordaje de estos desafíos, más de 500 profesionales reunidos en el I Congreso Nacional Médico-Farmacéutico organizado por la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN) y la Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (SEFAC), con la participación de Grünenthal, han analizado distintos aspectos de la política sanitaria como la cronicidad, la polimedicación y la adherencia terapéutica, entre otros.
Durante el congreso, se ha hecho hincapié en el manejo de los opiáceos en el tratamiento del dolor crónico debido al incremento de su consumo en los últimos años. "Esta situación se puede ver favorecida, en parte, por el envejecimiento de la población, donde predominan la patología oncológica y articular, cuyas opciones quirúrgicas son limitadas dada la comorbilidad", ha indicado Paola Moran, médico residente de Medicina Familiar y Comunitaria del Centro de Salud Mendiguchia Carriche de Leganés (Madrid).
En España, el consumo de analgésicos opioides ha mostrado valores más bajos que en países de su entorno. No obstante, en las últimas décadas los datos han reflejado un aumento debido a la mayor sensibilización de los profesionales frente a la enfermedad del dolor crónico, la creación de unidades del dolor y a la mejor prescripción de estos medicamentos. "En la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) consta un aumento de consumo de estos medicamentos de forma exponencial en los últimos años, algo en lo que debemos estar vigilantes para evitar el sobreuso y el abuso de este grupo farmacéutico, como ya ha ocurrido en otros países de nuestro entorno como Estados Unidos (EEUU)", ha subrayado la doctora Moran.
En países con un sistema sanitario muy diferente al nuestro (privado, a demanda de la satisfacción del consumidor y sin posibilidad de una trazabilidad de la prescripción) como EEUU se han presentado unos niveles de abuso elevados, lo que ha provocado que la situación se denomine como "epidemia de opioides".
Desafíos en el tratamiento con opioides
En España no se ha producido esta situación, pero sí se ha experimentado un contagio del miedo que podría condicionar el buen nivel de uso de estos medicamentos en las Unidades del Dolor (UDO). "Por una parte, el desconocimiento de los pacientes, que en ocasiones se niegan a consumirlos por los mitos que circulan por Internet o en otros medios de comunicación, dada la asociación existente entre el uso de estos fármacos y los pacientes paliativos. Por otro lado, también existe cierto desconocimiento por parte del personal sanitario, que muchas veces no tienen en cuenta estos tratamiento por falta de manejo o formación en el uso de los mismos", ha destacado la especialista.
Por este motivo, aboga por "la consideración de las diferentes opciones disponibles para cada paciente, limitando su uso a intensidades de dolor moderadas o intensas en aquellos casos donde ha generado una ausencia de respuesta a otros tratamientos y valorando las patologías concomitantes". Además, ha insistido en que para ofrecerle al paciente un seguimiento asistencial que repercuta en una mejora de su calidad de vida, es necesario que los profesionales médicos y farmacéuticos trabajen de manera integrada, compartiendo el mismo lenguaje y objetivos.