La jornada sobre el uso de Inteligencia Artificial (IA) en el sector sanitario, organizada por el Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (IDIS), constituyó el segundo Foro IDiálogoS, después de haber dedicado el primero a las noticias falsas o fake news. El foro contó con la intervención de ...
La jornada sobre el uso de Inteligencia Artificial (IA) en el sector sanitario, organizada por el Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (IDIS), constituyó el segundo Foro IDiálogoS, después de haber dedicado el primero a las noticias falsas o fake news.
El foro contó con la intervención de Marcio Borges, jefe de la Unidad Multidisciplinar de Sepsis del Servicio de Medicina Intensiva del Hospital Son Llàtzer. Según refirió, su hospital trabaja en un algoritmo capaz de predecir la mortalidad por sepsis al 98%. Aspecto que permite prever la terapia antibiótica necesaria. A sabiendas, afirmó, de que es necesario ponerla en uso antes de las cuatro horas que tarda como media en los servicios de UCI. Siendo mucho peor este lapso de espera, señaló, en otros servicios hospitalarios.
Marcio Borges
Para corregir esta situación, Borges explicó que se desarrolló el proyecto Sepsis en el archipiélago balear con 15.000 pacientes. De manera que el Machine Learning detectó deficiencias que no eran recogidas de manera habitual en las historias clínicas convencionales. En cualquier caso, admitió que todo desarrollo en IA tiene que vencer dificultades técnicas muy considerables y debe contar con las dificultades de los médicos al barajar intervalos de confianza incómodos.
También participó José Carlos Baquero, jefe de Big Data & Artificial Intelligence Division de Secure e-Solutions de GMV, firma destacada en el ecosistema digital. Según su tesis, algoritmos tan reputados como los de Google o Facebook deben su existencia al legado humano y no es probable que pudieran adquirir una vida autónoma.
Especialmente, en asuntos de salud, aseguró que las máquinas no pueden tomar la última decisión y que será muy útil disponer siempre de cajas negras como las que se usan en la aviación comercial.
José Carlos Baquero
A lo explicado por Baquero sumó su colaborador Rubén Villoria el proyecto de GMV que, a escala europea, impulsa el proyecto Harmony en Hematología, encargado de fijar determinaciones genéticas en la población del continente sobre enfermedades de la sangre y sus órganos afines. Todo ello, precisó, usando tecnología de Big Data.
Por su parte, Marta del Amo, redactora jefe de MIT Technology Review en español situó la génesis de la IA, o Deep Learning, en 2006, una vez que fue debidamente formulada en sus fundamentos matemáticos.
Desde entonces se ha producido la explosión de esta tecnología en la que estamos inmersos. Sin embargo, y aunque hay máquinas que pueden ganar a los campeones del mundo de ajedrez o Go, para la ponente los ingenios todavía no son capaces de ofrecer una especialización múltiple simultánea como aplica el cerebro humano. Lo que se comprueba, señaló, al ver las dificultades que atraviesa el coche sin conductor para ser una forma de transporte realmente alternativa.
Marta del Amo
En el terreno sanitario, no obstante, Del Amo no tuvo dudas acerca de que las bases de datos en retinopatía superan ampliamente el ojo clínico de los especialistas humanos. En cuanto a la secuenciación del genoma humano, precisó que ya se han hecho más de 100.000 en el Reino Unido, mientras que en España la cifra debe ser infinitamente menor, aunque no se conoce.
El doctor Manuel Vilches, director general de la Fundación IDIS, entendió que la IA podrá liberar a los médicos de tareas de escaso valor añadido. Aunque razonó que las máquinas están todavía muy lejos de poder intervenir quirúrgicamente sin la tutela humana o de asumir la responsabilidad legal de su trabajo. Lo que no impide, reconoció, hechos como el del robot Xiaoyi. Una máquina que ya pasa consulta de atención primaria en China. Mediante prescripciones sencillas y derivaciones a especialistas.
Manuel Vilches
Para Vilches resultó claro que, a pesar de todo el potencial de las nuevas tecnologías, la experiencia demuestra que los que más vidas salvan son los médicos. Y, respecto a las autoridades sanitarias de distinto signo, afirmó que fueron las responsables de que hasta fechas recientes España no haya tenido un algoritmo vacunal. Además de los retrasos injustificables que han provocado en la interoperabilidad de los sistemas de información del SNS.
Este segundo foro IDiálogoS fue conducido por el doctor Fernando Mugarza, director de Desarrollo Corporativo y Comunicación de la Fundación IDIS, que aportó dos datos interesantes. Por un lado, afirmó que ya superan las 300.000 las patentes de IA centradas en Sanidad y, por otro, que se espera que esta tecnología esté presente en el 95% de los centros asistenciales de EE.UU., en un plazo próximo (2020). Sin embargo, también informó que el 20% de todos los proyectos de IA fracasan, lo que supone uno de cada cinco.
Fernando Mugarza
También colaboró en el encuentro la directora de Innovación del área Health and Energy Predictive Analytics del Instituto de Ingeniería del Conocimiento, Julia Díaz, Para quien la IA permite establecer una estructura básica a la que incorporar todos los datos que generen las organizaciones sanitarias como, por ejemplo, los hospitales. Y añadió la paradoja de que el sector sanitario vaya rezagado en esta tecnología, cuando realmente la primera experiencia de IA tuvo lugar en este ámbito, allá por los años 80 del siglo XX.
Julia Díaz
El foro también incluyó una descripción de un simulador de Salud Mental aportada por Daniel Tizón, del grupo Sanitas. Un ingenio que utiliza tecnología Orfeo in house para que el paciente se sienta seguro en su privacidad y pueda valorar su estado de ánimo y la posibilidad de ir a consulta de Psicología o Psiquiatría si lo necesita. Una plataforma que para Tizón también es apta para otras especialidades como Ginecología o Neurología.
El ingeniero Jesús Chapado aportó su visión industrial para afirmar que la IA avanzará en función de la capacidad que desarrolle para ofrecer soluciones eficientes, minimizar errores, aportar seguridad para los trabajadores y soluciones a los clientes, además de conseguir una monetización que alumbre nuevos modelos de negocio. Todo ello dentro de un creciente ecosistema digital que se ve favorecido por grandes programas paneuropeos como Horizonte 2020.