Se aplique el criterio que se aplique, siempre se va a tener a tener que gestionar la incertidumbre. Habrá pacientes que vivan más que otros. El pagar un medicamento de cáncer es como comprar un billete de lotería. Este miércoles, se debatió el tema de los precios de los nuevos tratamientos oncológicos y la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud (SNS) en el marco de los Diálogos sobre políticas de salud y buen gobierno, organizados por Jaume Puig-Junoy, profesor de la Universidad Pompeu Fabra y director del International Master in Health Economics and Pharmacoeconomics BSM-UPF, y por Félix Lobo, profesor emérito de la UC3M (Departamento de Economía) y coordinador de Economía y Políticas de Salud de Funcas.

El auditorio fue multidisciplinar. En primera fila, estaba Enrique Ruíz Escudero, consejero de Sanidad de Madrid. También se encontraban allí, entre otras personas, Regina Múzquiz, directora general de BioSim; Encarna Cruz, ex directora general de Cartera Básica de Servicios del SNS y Farmacia, y Javier Urzay, subdirector general de Farmaindustria.

Félix Lobo y Enrique Ruíz Escudero.

Lobo dio la bienvenida e introdujo el tema. Joan Majó, presidente de la Fundació Ernest Lluch, remarcó que intentan utilizar el legado de Lluch en relación a problemas actuales con la intención de actualización en campos de Sanidad y de otros campos. Puig-Junoy introdujo a los ponentes, "investigadores internacionales de prestigio". Consideró que "hay cuestiones que hay que aprender a gestionar". Añadió que "es hablar de la idea del balance entre innovación y sostenibilidad". Comentó que el crecimiento de los precios ha sido extraordinariamente rápido. Insistió en que estos avances están generando tensiones fuertes sobre el acceso, el coste-efectividad y el impacto presupuestario. Expuso que se está experimentando en formas de compra o de experimentación, con fórmulas como riesgos compartidos.

Josep Tabernero Caturla, presidente de la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO), director del Instituto de Oncología (VHIO) y jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital Vall d´Hebron (Barcelona), recordó que el tema de la innovación en cáncer y cómo incorporarla a nuestro sistema de salud es importante. Subrayó que, en España, la frecuencia de cáncer es relativamente alta. Uno de cada dos varones y una de cada tres mujeres tendrán algún tumor. En 2030, los programas contra el tabaquismo y la dieta empezarán a dar frutos. Se están cambiando paradigmas: "Invertimos mucho en diagnosticar a cada enfermo de una manera diferente. Entendemos mucho mejor las diferencias entre las enfermedades en cada enfermo".

El crecimiento más destacable en aumento en tratamientos de aquí a 2020 estará en inmunoterapia y oncología. El del control del cáncer es un coste importante y está aumentando. "Cuando vemos el precio del tratamiento por mes en base a los fármacos, la clasificación que ha tenido el medicamento no tiene nada que ver con el precio, excepto en el caso de los CAR-T. Fármacos que son muy activos tienen el mismo precio que otros que no lo son, porque el precio lo marca el mercado y no la eficacia o el coste de investigación", lamentó. Mencionó que valora mucho el modelo de reembolso basado en valor. Criticó el que haya tendencia a uniformizar precios, que "no es el mejor modelo".

De acuerdo con sus palabras, a nivel más local, "podemos hacer cosas por favorecer el acceso a la medicina por precisión". Lo mejor es potenciar el diagnóstico, adaptar los modelos de reembolso, como los riesgos compartidos o rembolso basado en valor. Se pueden establecer techos de gasto, descuentos. "A mí me gustan más los modelos basados en valor", insistió. Reflexionó que, en inmunoterapia, se mira mucho la supervivencia. "A día de hoy, estamos pagando todos los tratamientos, los que van bien y los que no van bien. Proponemos no reembolsar los tratamientos de los pacientes a los que no funcionan. Las prescripciones de fármacos está informatizada y esto se puede hacer, con estimaciones en el tiempo. También se puede hacer en base a un biomarcador", meditó. Apuntó que hay que dedicar tiempo a abordarlo. "Es importante que reembolsemos de una manera más adecuada todo lo que hacemos en el ámbito sanitario", determinó. Para él, lLos biosimilares están para bajar el precio un 70%, no un 30%.

Beatriz González López-Valcárcel y Josep Tabernero Caturla.

Conversó con Beatriz González López-Valcárcel, catedrática de Métodos Cuantitativos en Economía y Gestión de la Universidad de Las Palmas, quien declaró que, en cáncer, tenemos grandes avances, pero también grandes sacrificios. "Ya hemos llegado a la medicina personalizada", certificó. Se refirió a dos preguntas que suelen salir a colación constantemente: ¿Podemos financiarlo? ¿Vale lo que cuesta? Juzgó que deberíamos cambiar el orden de estas preguntas.

"La mala noticia es que en Europa el tratamiento del cáncer cada vez se lleva una parte más grande del coste médico. Hay tres millones de casos nuevos de cáncer en Europa", expresó. Los precios de los tratamientos oncológicos innovadores van creciendo mucho más que los indicadores económicos. ¿Podemos pagarlo? Respondió que "podemos buscar soluciones de ingeniería financiera y soluciones fiscales para financiar un gasto que está como un caballo desbocado". "Podemos pensar en integrar seguros de vida con seguros sanitarios. La vía de los copagos se descarta en España. Gastar dinero en tratamientos oncológicos tiene un coste de oportunidad. Entre unas y otras enfermedades, incluso entre medicamentos y otros inputs", reveló. En su parecer, la pregunta relevante es si vale lo que cuesta y ver el precio justo. "Lo primero es cómo medir el valor. Y está el método a aplicar, como el coste-efectividad. Y siempre, apliquemos el criterio que apliquemos, vamos a tener que gestionar la incertidumbre. Habrá pacientes que vivan más que otros. El pagar un medicamento de cáncer es como comprar un billete de lotería", pronunció.

Hizo hincapié en que el precio de los medicamentos oncológicos tiene poco que ver con el valor. Cada año que pasa se paga más por un año de vida ganado al cáncer. En EE UU, sale a 100.000 dólares más 7.000 dólares cada año que pasa. "Un mercado más concentrado lleva a precios más altos. Y el mercado de tratamientos oncológicos es súperconcentrado", describió. La regulación de precios basada en costes y/o beneficios no es socialmente conveniente. Es la industria la que conoce los costes y no el sector público. Denunció que los datos son "opacos". ¿Cuánto cuesta lanzar un nuevo medicamento? Entre 200 y 2.900 millones de dólares.

Joan Majó y Félix Lobo.

El paradigma del precio basado en el valor se puede ver con ojos de economista. El encontrar diferencias importantísimas de precios entre países es lo lógico. Hay moléculas con un precio hasta 176 veces más alto en un país que en otro. Se puede hacer discriminación de precios según la predisposición a pagar. Un punto importante para González López-Valcárcel fue que, "si decimos que los precios altos son un mecanismo necesario por las patentes le damos el monopolio a una empresa". El monopolista tiene poder de mercado y "conviene oponer poder de mercado del comprador". Concluyó que los precios hay que revisarlos: "Al igual que hay que introducir precozmente las innovaciones, hay que introducir precozmente las bajadas de precio". Pidió que "no nos olvidemos de la prevención ni de los cuidados paliativos, del final de la vida".

FOTO PRINCIPAL: De izda. a dcha.: Beatriz González López-Valcárcel, Josep Tabernero Caturla, Joan Majó y Félix Lobo.