La medicina de precisión supone un avance en el sistema sanitario. Permite ir por delante, descubrir estrategias de curación, y contribuye a la igualdad en el acceso a la medicina terapéutica. Sobre ella ha versado el Foro "Ampliando el horizonte de la Medicina de Precisión en Oncología" organizado por la ...
La medicina de precisión supone un avance en el sistema sanitario. Permite ir por delante, descubrir estrategias de curación, y contribuye a la igualdad en el acceso a la medicina terapéutica. Sobre ella ha versado el Foro "Ampliando el horizonte de la Medicina de Precisión en Oncología" organizado por la Fundación ECO, donde expertos, decisores y agentes implicados, han analizado sus aspectos condicionantes, sus posibilidades de aplicación, el reto de su sostenibilidad financiera o la necesaria organización de un modelo asistencial eficiente.
EEUU va por delante en el campo de la medicina personalizada, ya que es un país donde la financiación privada es muy potente, sin embargo, el Dr. Jesús García Foncillas, patrono y miembro de la Comisión Científica Fundación ECO, asegura que en Europa existen varias velocidades, "el contexto europeo es muy variable, hay que tener en cuenta el empoderamiento del paciente y la integración de las soluciones Big Data".
Reino Unido comenzó en el estudio de este campo de la medicina durante el gobierno de David Cameron. Se secuenciaron 100.000 genomas y lo compararon con terapias avanzadas. En la actualidad hay once centros de medicina genómica y de análisis, cada uno de estos centros tiene entre tres y cinco millones de habitantes. Francia, uno de los modelos más modélicos, está buscando aplicar toda la tecnología genómica, para ello han creado una red de plataformas de secuenciación, un centro de computación, programas pilotos en enfermedades oncológicas y enfermedades raras, y está preparando un contexto regulatorio de conocimiento genómico para permitir el acceso.
Alemania ha validado la medicina de precisión y ha fomentado la inversión público-privada. Finlandia ha puesto en marcha un centro del genoma, un lugar de contacto y unión no solo académico, también con empresas para llevar un programa conjunto, con una base de datos global, promoviendo colaboraciones y teniendo en cuenta la parte ética.
Según Foncillas, España tiene que invertir en este tipo de medicina, además ha de cambiar la manera de abordar la enfermedad, debe integrar elementos regulatorios para poder llevarla a cabo, sobre todo, en lo referente al ámbito de farmacia, y debe tener acceso a la innovación. Por tanto, en España tenemos que tener como referencia los países vecinos y destinar recursos, que den buenos resultados y que sean realistas.
En cuanto al punto de vista de la financiación, Rafael López, miembro de la Comisión Permanente de la Fundación ECO, asegura que hacen falta infraestructura y servicios y que, debido a la falta de financiación, hay que acudir a la colaboración público-privada. Este tipo de convenios tienen parte positiva y otra negativa. La parte negativa implica posibles problemas de corrupción y el encarecimiento del proceso. La positiva es la posibilidad misma de invertir para conseguir avanzases y la incorporación más rápida de los resultados a la sociedad.
La visión política de la medicina de precisión
La sanidad es, como todo, irremediablemente política. El senador del PSOE, José Martínez Olmos, asegura que hay que trabajar en el campo de la genómica y tratar de evitar los problemas de la descentralización del sistema. Por su parte, Francisco Igea, senador de Ciudadanos, reconoce que España se ha quedado atrás en cuanto a incorporar estas técnicas en la cartera de salud, "la equidad no es el tratamiento, es el diagnóstico", matiza.
Antonio Alarcó, senador del PP, asume que la sanidad tiene un coste limitado, que tiene que ser pactado. "Tenemos 56 centros españoles que están trabajando en genoma, por tanto, no partimos de cero". Para Eva Ciruelos, Hospital Universitario 12 de Octubre, falta financiación. "Aun así teniendo menos inversión que nuestro países vecinos estamos ahí, por la vitalidad, y por el buen hacer, pero con muchos dificultades". Ciruelos argumenta que hace falta integración y organización de los datos, pero reconoce que sin financiación pública no se pueden llevar a cabo. "Se pierden muchas oportunidades personales, hay fuga de talentos, muchos investigadores se tienen que ir", concluye.
Para Martín Selles, presidente de Farmaindustria, la industria farmacéutica tiene la responsabilidad de facilitar el acceso de los pacientes a la innovación, dialogando con los gobiernos y alcanzando consensos sobre cómo implementar nuevas formas de acceso a la innovación, dentro de la sostenibilidad del sistema sanitario. "Hablar de acceso es hablar de equidad. Un nuevo medicamento lo suele aprobar la FDA, y por tanto los primeros pacientes que se benefician son los estadounidenses; seis meses después los aprueba la EMA, los primeros pacientes que suelen tener acceso son los alemanes. En España es más complejo, porque tenemos que iniciar un proceso de negociación". El compromiso de Farmaindustria es, en palabras de Selles, promover fórmulas innovadoras que faciliten el acceso en un entorno de sostenibilidad del sistema sanitario.
¿Se puede hablar de una equidad nacional?
Ante la pregunta, ¿debemos abandonar la posibilidad de equidad nacional? La respuesta es unánime. Domingo del Cacho es gerente del Hospital Severo Ochoa de Madrid, y considera que, aunque todos los hospitales querrían administrar sus terapias, "con una visión objetiva habría que centralizar las técnicas y plataformas de diagnóstico, aunque sea en economía de escala. En cuanto a los tratamientos cuanto más se hagan mejor", matiza.
Manuel Vilches, director general del Instituto para el desarrollo e Integración de Sanidad, reconoce que hay problemas de equidad y de accesibilidad, dependiendo del lugar en el que se encuentre el paciente. "Nosotros somos partidarios de para todos, pero la decisión la tienen que tomar los políticos, sobre de dónde va a salir la financiación y cómo se va a repartir". Los políticos tienen que tomar una decisión en cuanto a competencias, a trasferencias y a financiación. Para Vilches es necesario llegar a un acuerdo común para conseguir el fin que es curar y conseguir una buena salud para los pacientes. "Hacemos maravillas con lo poco que tenemos", reconoce.
Álvaro Hidalgo, Universidad de Castilla La Mancha, Ciudad Real, no se puede equiparar la igualdad y la equidad. Cree que hasta ahora nadie ha querido llevar a cabo una reforma en la sanidad, "estamos perdiendo mucho tiempo". Puede suceder también que las CCAA no quieran centralizar los recursos. "Va a ser imposible que todos los hospitales sean capaces de diagnósticas y de dar los tratamientos de forma adecuada, así que nos vamos a tener que entender y hablar de flujos financieros, también debemos dejar de pagar por usar, y pagar por los resultados".
El gasto per cápita es muy diferente dependiendo de cada comunidad autónoma, en algunos casos ronda los 600 euros y en otros los 1.200. Para que la equidad sea mayor no debería haber esas diferencias. En 2010, España dedicaba el 6,5% del PIB a la sanidad, en 2018 solo el 5,9, es decir, el gasto sanitario no ha subido con el PIB, "deberíamos evolucionar hacia el 7%, ganado cada año una décima podríamos llegar a tener gran impacto en la sanidad", reconoce Selles.