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Los inhibidores de tirosina cinasa controlan la leucemia mieloide crónica en el 95% de los casos

Sobre los tratamientos disponibles, los afectos adversos y la situación actual de la enfermedad ha versado el III Simposio del Grupo Español de Leucemia Mieloide Crónica (GELMC), perteneciente a la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH).

14/05/2019

La leucemia mieloide crónica (LMC) es un cáncer de la sangre que provoca una producción descontrolada de glóbulos blancos que, no obstante, mantienen el proceso normal de maduración, lo que hace que la enfermedad avance lentamente. La LMC está causada por una alteración genética que resulta en la formación de ...

La leucemia mieloide crónica (LMC) es un cáncer de la sangre que provoca una producción descontrolada de glóbulos blancos que, no obstante, mantienen el proceso normal de maduración, lo que hace que la enfermedad avance lentamente. La LMC está causada por una alteración genética que resulta en la formación de un gen anormal: el oncogen BCR-ABL. Representa en torno al 15% de todas las leucemias y cada año se diagnostica un caso por cada 100.000 habitantes, lo que equivaldría a unos 500 pacientes en España. La prevalencia se ha venido incrementando de forma considerable en los últimos años debido a la gran eficacia de los tratamientos disponibles: los inhibidores de tirosina cinasa (ITC). "En cerca del 95% de los casos se logra el control de la enfermedad con dichos fármacos", señala Juan Luis Steegmann, presidente del Grupo Español de LMC (GELMC), de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH).

Tras 20 años de experiencia con los ITC, "podemos decir que estos fármacos han conseguido cambiar el curso natural de la LMC y aproximar la supervivencia global de estos pacientes a la de la población general sin enfermedad", ha apuntado Fermín Sánchez-Guijo, secretario científico del GELMC, durante el III Simposio Anual GELMC, celebrado en Madrid. "Disponemos de cinco fármacos que se complementan: imatinib, nilotinib, dasatinib, bosutinib, y ponatinib". Además, "dado que se puede discontinuar el tratamiento en algunos pacientes seleccionados que alcanzan una respuesta molecular profunda mantenida, puede hablarse ya de una `curación funcional´", afirma. Precisamente, el GELMC ha publicado este año la experiencia española de discontinuación terapéutica en la práctica clínica habitual, con un 64% de los pacientes permaneciendo libres de enfermedad tras la suspensión del ITC. "Incrementar estos porcentajes es uno de los retos clínicos actuales en el abordaje de la LMC".

Paralelamente, los efectos adversos de los ITC "constituyen una importante preocupación tanto para los pacientes que los sufren como para los hematólogos dedicados a la LMC", ha apuntado Steegmann. En este sentido, cabe recordar que miembros del GELMC han liderado activamente en las guías internacionales para el manejo de los efectos adversos y el grupo ha publicado diversos estudios y documentos de consenso, y sigue haciéndolo. En los últimos años "hemos estado interesados en el análisis de las interacciones de otros medicamentos con los ITC y en la determinación de niveles plasmáticos de dichos fármacos, que pueden ayudar a los hematólogos a ajustar el tratamiento en algunos casos", afirma. Precisamente, la sesión de casos clínicos del III Simposio Anual GELMC ha estado centrada en los efectos adversos.

El interés de la comunidad científica también se dirige al "desarrollo de nuevos tratamientos (en monoterapia o combinación) que permitan alcanzar respuestas profundas en pacientes resistentes a los tratamientos disponibles, con la premisa de demostrar un perfil bajo de toxicidad", ha señalado Sánchez-Guijo. "La mayor parte de estas nuevas terapias se basan en la eliminación de las células madre leucémicas, que son las responsables del mantenimiento de la enfermedad en muchos pacientes", añade. "El fármaco más interesante que está llegando es asciminib, que inhibe la molécula de BCR-ABL en un lugar diferente a los otros inhibidores. Miembros del GELMC han participado en los ensayos de fase 1, y ahora está siendo evaluado por el GELMC en diversos ensayos clínicos".

La secuenciación masiva en LMC "se está utilizando, por una parte, en la detección de mutaciones en el gen ABL, con una sensibilidad mucho mayor que la técnica convencional, y está orientada a la toma de decisiones de cambio de tratamiento con ITC en pacientes resistentes, en base a dicho perfil mutacional. Por otra parte, está permitiendo evaluar la presencia de mutaciones en genes claves de la funcionalidad de las células tumorales (diferentes de BCR-ABL) que pueden predecir de nuevo un peor pronóstico y la necesidad de modificar el tratamiento de una forma personalizada", explica Steegmann.

A día de hoy, el GELMC está desarrollando más de 15 proyectos que cubren las distintas áreas de interés en el abordaje de la LMC. Contemplan desde aspectos biológicos relacionados con el diagnóstico molecular mediante secuenciación masiva y el estudio de la célula madre leucémica, hasta el análisis de los efectos adversos, las interacciones farmacológicas o la experiencia con los fármacos introducidos más recientemente en España. También sigue trabajando en ensayos de discontinuación del tratamiento con ITC.

Finalmente, este año el GELMC ha tenido como invitada de honor a la asociación de pacientes AELEMIC, con la que el grupo iniciará proyectos de colaboración.

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