El sueño debe considerarse en un sentido más amplio que solo el neurológico o respiratorio, como un tándem con la salud, al igual que la dieta y el ejercicio, para ayudar a la población a adoptar unos hábitos de sueño más saludables. Es necesario aplicar estrategias basadas en este nuevo ...
El sueño debe considerarse en un sentido más amplio que solo el neurológico o respiratorio, como un tándem con la salud, al igual que la dieta y el ejercicio, para ayudar a la población a adoptar unos hábitos de sueño más saludables. Es necesario aplicar estrategias basadas en este nuevo enfoque, ya que las actuales están desactualizadas, según defiende el Grupo Español de Sueño en un editorial publicado en Archivos de Bronconeumología, la revista científica de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR).
Los trastornos respiratorios del sueño y las apneas durante el sueño son muy frecuentes, reducen la calidad de vida y son un factor de riesgo para desarrollar diversas enfermedades. Hasta ahora se han estudiado más desde el punto de vista únicamente de apneas o incluso neurológico. Sin embargo un capítulo aparte es la ventilación mecánica no invasiva domiciliaria, de gran trascendencia en la actualidad para pacientes con hipoventilación (respiración inadecuada que no cubre las necesidades del organismo), lo que "inexplicablemente no está ligado al sueño" y ello es totalmente imprescindible, para que esta se desarrolle de un modo eficaz según señalan los autores del editorial.
A partir de ahora, "existe una necesidad de considerar el sueño como una de las columnas más importantes en la salud al igual que la dieta o el ejercicio. De ahí que en la actualidad el sueño entre en otra dimensión y nos encontremos ante un auténtico desafío", subraya el Dr. Josep M. Montserrat, neumólogo, miembro de SEPAR y de la Unidad del Sueño del Servicio de Neumología del Hospital Clínic de Barcelona.
Los trastornos del sueño tienen una alta prevalencia y morbilidad, por lo que combatirlos constituye un reto tanto desde el punto de vista de salud, como social y económico. Sin embargo, la creciente demanda para atender a estas enfermedades no ha ido acompañada de nuevas estrategias, sino que "las actuales podrían incluso ser arcaicas", denuncian los autores del editorial. Debido a esta obsolescencia, muchas unidades de tercer nivel de los hospitales se encuentran saturadas con pacientes que no han sido diagnosticados o que no están siendo convenientemente seguidos. Frente a esta situación, el Grupo Español de Sueño plantea abrir la atención a estos trastornos a todos los niveles asistenciales y a diversos profesionales con un nuevo enfoque o cambio de paradigma.
"Apremia ajustarse a la realidad cambiante y, para ello, es preciso iniciar la colaboración entre profesionales médicos, básicos, tecnológicos, y los propios pacientes, para identificar las necesidades existentes en la atención a los trastornos del sueño y poder aplicar los cambios necesarios", destaca el Dr. Montserrat. "El sueño debe ser liderado por profesionales acreditados capaces de entenderlo de forma más global, trabajar conjuntamente con la medicina extrahospitalaria y mejorar o desarrollar nuevos procedimientos. En definitiva, pensamos que lo que debemos hacer es cambiar nuestra mentalidad y aumentar nuestra capacidad de adaptación", añade el Dr. Montserrat.
Nuevo enfoque basado en cuatro pilares
Una de las líneas estratégicas prioritarias del Grupo Español del Sueño es plantear una nueva consideración del sueño, en un sentido global de enfermedad y salud. Es necesario llevar a cabo este proyecto que se fundamenta en cuatro pilares:
• Optimizar los procedimientos, que pueden mejorar, al igual que su seguimiento.
• Trabajar en red, incluyendo a la primaria y a enfermería, de manera que solo los pacientes más graves sean hospitalarios. Al respecto, el Grupo Español de Sueño, y en particular de Lleida y Cáceres, ha obtenido resultados positivos, aunque no puedan aplicarse de manera universal al entorno sanitario.
• Definir un mejor uso de las técnicas de la información y la comunicación (TIC), que incluyen laboratorios del sueño (aunque estos son solo una parte de las unidades del sueño) y la telemedicina, es decir, videoconferencias y procedimientos diagnósticos y controles telemáticos. Al respecto, los autores del editorial remarcan que es importante que las TIC no sean como "cajas negras privadas" que solo utilizan unos pocos. Los primeros trabajos relativos a estas TIC y, en concreto a la telemedicina aplicada a los trastornos del sueño, han revelado que su uso a veces puede ser complicado, lo que se conoce como "síndrome del obstruccionismo tecnológico".
Para evitarlo o contrarrestarlo, los autores reclaman softwares simples; más colaboración entre empresas, profesionales y pacientes; la personalización respecto a la selección adecuada de pacientes, enfermedades e, incluso, sistemas sanitarios, ya que algunos estudios concluyen que existe una baja eficacia de la telemedicina; un análisis del coste-efectividad de estas TIC; un aprendizaje y habituación de profesionales y pacientes; y, por último, incorporar aspectos éticos a estas TIC con la ayuda de comités para progresar. En síntesis, las tres premisas clave que hay que tener presentes al usar las TIC para el sueño son "personalizar, entender y simplificar", según los autores de la editorial. Estas pueden ser muy útiles desde el punto de vista de gestión de procesos, para mejorar algunos procedimientos y el seguimiento, pero hay que tener presente que no siempre evitan las visitas presenciales.
• Considerar el sueño como salud para alentar a la población a cambiar de hábitos, como ya se viene preconizando con la dieta y el ejercicio. Este concepto es básico y uno de los objetivos fundamentales que hay que tener en cuenta. "El estudio y el manejo del sueño es mucho más que una tecnología de seguimiento", destaca el Dr. Montserrat. Dentro de esta nueva dimensión ya hay proyectos ambiciosos en marcha como el estudio epidemiológico "Regálenos su sueño", dentro del proyecto aún más amplio Victoria mHealth sleep city, que pretende recoger información de los hábitos de sueño de los pacientes para mejorarlos y atender así a aspectos del sueño más allá de los respiratorios. Asimismo, entidades de Data Science y Google también están trabajando en obtener información valiosa en referencia a ello, con la ventaja de que pueden estudiar a muchos pacientes.
En investigación, "los aspectos básicos que deben primar son tres: los estudios básicos en animales, así como los estudios tecnológicos (bench) para entender los mecanismos de los trastornos del sueño; las propuestas de creatividad e innovación para desarrollar nuevos procesos; y su aplicación a la práctica, a fin de mejorar la atención (bedside)", según puntualiza el editorial.
Retos en la actualidad
En la actualidad, los principales retos relacionados con los trastornos del sueño son mejorar en la enfermedad respiratoria del sueño, que abarca las apneas y la hipoventilación, cuyo tratamiento está vinculado a la ventilación mecánica y ambas a la telemedicina; el sueño en la mujer; la cronobiología del sueño; el sueño en la pediatría; el trabajo interdisciplinar; la colaboración entre diferentes niveles asistenciales y, finalmente, el sueño/salud.
Además, "los aspectos etiológicos o de las causas que conducen a los trastornos del sueño son también muy importantes para poder aplicar tratamientos curativos, mientras que la telemedicina tendría un papel en aspectos relacionados con la gestión y manejo de los pacientes. En cualquier caso, es preciso un nuevo talante para enfocar el sueño y los retos son llegar a la mayoría de pacientes, conseguir su participación con un manejo coste-efectivo y considerar el sueño en un sentido global de enfermedad y salud. La neumología debe incorporar la mayoría de estos aspectos y convivir con ellos", recapitula el Dr. Montserrat.