Científicos de varios centros de investigación alemanes han generado linfocitos T portadores de un receptor que reconoce un antígeno del envoltorio y del núcleo del virus de la hepatitis B. Estos linfocitos pueden ser derivados tanto de individuos sanos como de pacientes crónicamente infectados y proporcionan la funcionalidad efectora necesaria ...
Científicos de varios centros de investigación alemanes han generado linfocitos T portadores de un receptor que reconoce un antígeno del envoltorio y del núcleo del virus de la hepatitis B. Estos linfocitos pueden ser derivados tanto de individuos sanos como de pacientes crónicamente infectados y proporcionan la funcionalidad efectora necesaria para eliminar el virus de cultivos celulares.
Utilizando un modelo murino humanizado los investigadores han demostrado que una única transferencia adoptiva basta para controlar la infección, reduciendo los niveles de marcadores virológicos en 4 o 5 logaritmos, o incluso por debajo del límite de detección, sin daño aparente a los hepatocitos no infectados. Ulrike Protzer, científica en el Instituto Helmholtz de Múnich y co-directora del estudio, afirma que el modelo utilizado reproduce la enfermedad humana, en la que sólo una proporción de los hepatocitos se encuentra infectada. El receptor de los linfocitos, prosigue Protzer, presenta un reconocimiento antigénico restringido a la molécula de histocompatibilidad HLA-A2, común en europeos y asiáticos, lo que permitiría que un elevado número de pacientes se beneficiara con la aplicación de esta terapia en un futuro.
La muerte de las células infectadas fue compensada por la proliferación natural de los hepatocitos, con una normalización de los niveles de aminotransferasas a los 7 días. Protzer indica que el control a largo plazo de la infección aumentó con la co-administración de myrcludex B, un inhibidor de la entrada viral. Esta nueva terapia podría eliminar la infección sin apenas causar daño hepático, concluye la investigadora.