Con el objetivo de analizar la aportación de la inhibición de la vía IL23 en el tratamiento de la psoriasis en la práctica clínica real y en la calidad de vida del paciente, Janssen Pharmaceutical Companies of Johnson & Johnson ha organizado un simposio titulado `Retando lo establecido en psoriasis´, ...
Con el objetivo de analizar la aportación de la inhibición de la vía IL23 en el tratamiento de la psoriasis en la práctica clínica real y en la calidad de vida del paciente, Janssen Pharmaceutical Companies of Johnson & Johnson ha organizado un simposio titulado `Retando lo establecido en psoriasis´, durante el 47 Congreso Nacional de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV).
El doctor Antonio Martorell, responsable de la consulta especializada en patología inflamatoria cutánea del servicio de Dermatología del Hospital de Manises (Valencia) y moderador del simposio, explica que con los tratamientos biológicos de nueva generación ya es posible conseguir una elevada eficacia y que, además, se prolongue durante el mayor tiempo posible, lo que contribuye a mejorar la calidad de vida de los pacientes gracias a dosificaciones cada vez más cómodas y a un aceptable perfil de seguridad que permiten una mayor adherencia al tratamiento. "En concreto, con guselkumab (Tremfya), el primer fármaco inhibidor selectivo de la interleuquina 23, clave para la psoriasis, hemos visto en la práctica clínica real que el 69% de los pacientes alcanzan un PASI 90, o lo que es lo mismo, una enfermedad prácticamente controlada en la semana 12. Esta eficacia va a acompañada de una persistencia de la eficacia a largo plazo, reflejado en los datos procedentes del ensayo clínico VOYAGE I, en los que hasta el 56.9% de los pacientes mantienen un blanqueamiento completo de la piel (PASI 100). Por lo tanto, hablamos de una nueva opción terapéutica que cumple con parámetros que contribuyen al éxito terapéutico en el control de la psoriasis: perfil de eficacia a corto y largo plazo elevada, perfil de seguridad favorable y una posología cómoda para el paciente, en la que sólo es necesaria una inyección subcutánea cada dos meses en la fase de mantenimiento".
IL23, vía para evitar la enfermedad residual
La doctora Raquel Rivera, del Servicio de Dermatología del Hospital Universitario 12 de Octubre (Madrid), ha explicado que desde que en el año 2000 aparecieran los primeros fármacos biológicos, el pronóstico de enfermedades inflamatorias sistémicas como la psoriasis ha cambiado mucho y que hoy en día existen múltiples opciones terapéuticas con elevada eficacia para los pacientes con psoriasis en placas moderada-grave. Sin embargo, advierte, de que todavía quedan aspectos que resultan "frustrantes" tanto para los pacientes como para los médicos, principalmente las recurrencias al suspender o interrumpir el tratamiento. "Esas recurrencias a menudo afectan a las mismas zonas y parece que eso se debe a que, aunque las lesiones se resuelvan clínica e histológicamente, quedan una serie de alteraciones moleculares que se han relacionado con enfermedad residual. Uno de los responsables de las recurrencias son las células T Memoria Residentes (TRM), que son linfocitos que tienen una serie de peculiaridades, como que no recirculan a torrente sanguíneo y se van acumulando progresivamente en los tejidos, de ahí la reaparición de las lesiones en las mismas zonas del cuerpo y con progresión en el tiempo. Estas células TMR son una fuente de IL17, citocina clave en la patogenia de la psoriasis, pero además estas células tienen receptores para la IL23".
Guselkumab es un anticuerpo monoclonal humano que bloquea la subunidad p19 que forma parte de la IL23. "El bloqueo de la IL23 además de demostrar niveles de eficacia comparables a los fármacos antiIL17 (ensayo ECLIPSE, en el que se demuestra que guselkumab presenta una eficacia superior a largo plazo que secukinumab, logrando en un 84,5% de los pacientes una respuesta PASI 90 a la semana 48 versus un 70% en el caso de secukinumab (p<0,001)) permitiría teóricamente influir sobre esas células TRM. Se ha visto en los ensayos clínicos VOYAGE 1 y 2 con guselkumab que, tras suspender el tratamiento, los pacientes mantienen una respuesta PASI 90 unas 23 semanas tras la última dosis del fármaco". Para la doctora, esto puede suponer que por fin se puedan tener fármacos que modifiquen la evolución de la enfermedad, eficaces durante el tiempo que se mantiene el fármaco, con respuesta mantenida tras la suspensión/interrupción del mismo y, además, asociada a biomarcadores validados (supresión mantenida de IL17A, IL17F e IL22 y normalización de los genes relacionados con enfermedad residual).
Esta experta ha adelantado que se ha puesto en marcha el estudio GUIDE con guselkumab para comprobar si en pacientes super-respondedores (con aclaramiento completo - PASI 0) a partir de las semanas 20-28 se puede espaciar el intervalo entre dosis o incluso suspender el fármaco, sin perder el control de la enfermedad.
La importancia de la multidisciplinariedad en el manejo del paciente con psoriasis
La psoriasis se asocia también a múltiples comorbilidades, como la artritis psoriásica y el síndrome metabólico, principalmente. Además, muchos pacientes se enfrentan a problemas psicosociales, como la exclusión social, discriminación y estigma debido a su enfermedad. "Es fundamental el abordaje integral. El tratamiento de todas las comorbilidades asociadas a las distintas patologías mediadas inmunológicamente mejora la supervivencia. En este tiempo hemos avanzado mucho en el control integral del paciente", ha explicado el doctor Pedro Herranz, jefe del Servicio de Dermatología del Hospital Universitario La Paz (Madrid), que ha sido el encargado de exponer casos de práctica clínica de pacientes con psoriasis grave, en los que es fundamental el manejo de las comorbilidades. "La psoriasis no solo afecta a la piel, por lo que el abordaje multidisciplinar es esencial, la psoriasis se tiene que abordar de manera individualizada con una involucración de las distintas especialidades para que controlen la evolución del paciente".