Un estudio dirigido por investigadores del Instituto Oncológico Dana Farber ha puesto al descubierto una nueva faceta terapéutica de la ciclofosfamida, un fármaco utilizado desde hace más de medio siglo en el tratamiento de algunos tipos de cáncer hematológico. El complejo análisis transcriptómico realizado por los científicos sobre células de médula ...
Un estudio dirigido por investigadores del Instituto Oncológico Dana Farber ha puesto al descubierto una nueva faceta terapéutica de la ciclofosfamida, un fármaco utilizado desde hace más de medio siglo en el tratamiento de algunos tipos de cáncer hematológico.
El complejo análisis transcriptómico realizado por los científicos sobre células de médula ósea reveló que las dosis elevadas de ciclofosfamida inducen la aparición de una población de macrófagos con capacidad fagocítica superior, que se encargan de eliminar las células tumorales opsonizadas por alemtuzumab. David Weinstock, director del estudio, afirma que la resistencia a los agentes biológicos en el linfoma se desarrolla en la médula ósea durante la progresión de la enfermedad, pero no al inicio del asentamiento de las células tumorales en este compartimento. Esta resistencia puede ser reproducida en el bazo mediante la depleción parcial de los macrófagos y revertida con dosis elevadas de agentes alquilantes como la ciclofosfamida, prosigue Weinstock.
En la médula ósea el fármaco induce una infiltración masiva de los altamente activos macrófagos, lo que representa un nuevo mecanismo de acción que podría ser explotado en la terapia de diferentes tipos de tumores, concluye el investigador. Históricamente, la ciclofosfamida ya se había distinguido por su capacidad de curar una proporción de los linfomas de alto grado con una única dosis.