Del 1 al 7 de agosto se celebra la Semana Mundial de la Lactancia Materna, cuyo lema de este año invita al empoderamiento de madres y padres para facilitar la lactancia. En el contexto de esta efeméride, las expertas del Instituto Europeo de Salud Mental Perinatal hacen un llamamiento para ...
Del 1 al 7 de agosto se celebra la Semana Mundial de la Lactancia Materna, cuyo lema de este año invita al empoderamiento de madres y padres para facilitar la lactancia. En el contexto de esta efeméride, las expertas del Instituto Europeo de Salud Mental Perinatal hacen un llamamiento para dar a conocer la relación bidireccional existente entre lactancia materna y salud mental de las madres. "Amamantar con dolor deprime, y si la madre está deprimida es muy probable que tenga dificultades con la lactancia", sostiene Ibone Olza, psiquiatra perinatal y directora del Instituto.
Como explica la experta, amamantar, al igual que parir, es un evento neurohormonal. Es decir, la lactancia está dirigida por neurohormonas producidas en el cerebro de la madre: la oxitocina y la prolactina que, además de leche, "producen cambios en el psiquismo y en la conducta materna para facilitar la lactancia y favorecer la crianza".
En el caso de las mujeres con depresión, esta enfermedad mental provoca que la madre que amamanta interprete la realidad de forma negativa y constantemente piense que su leche no va a ser suficiente, se obsesione pensando que el bebé no gana peso adecuadamente o que ella no será una buena madre. "La depresión es como llevar puestas unas gafas que hacen que todo se vea negro. El agotamiento suele ser enorme y la fatiga uno de los primeros síntomas de esa depresión posparto. Además, con la depresión se pierde la capacidad de disfrutar de la lactancia, con lo que se convierte en un esfuerzo enorme y agotador", argumenta Olza.
Cuando la lactancia va bien, por el contrario, ésta puede ayudar a "mejorar la relación con el propio cuerpo y la autoestima", algo que según la directora del Instituto Europeo de Salud Mental Perinatal se observa "especialmente en mujeres que tienen antecedentes de trastornos de conducta alimentaria y que expresan que gracias a la lactancia han podido reconciliarse con sus cuerpos". En el caso del parto traumático, añade Ibone Olza, la lactancia materna es también para muchas madres "profundamente sanadora y repara parte del trauma".
El peso de la culpa
Muchas de las dificultades con la lactancia provienen concretamente de esos partos traumáticos, de la separación temprana del bebé, del abuso de antibióticos, así como de factores de índole social como la soledad, el perfeccionismo, y la pérdida de cultura de la lactancia.
"En general, durante el embarazo pocas mujeres imaginan lo difícil que puede ser el inicio de la lactancia, casi no se habla sobre ella, sino que toda la atención se centra en el parto y se idealiza el posparto. Así que cuando el inicio es doloroso, cuando el bebé no logra engancharse o no para de llorar muchas mujeres se sienten desconcertadas. El sentimiento de culpa suele ser terrible, muchas madres expresan que pensaban que amamantar sería una experiencia idílica y ante las dificultades piensan que son ellas las que deben de estar haciendo algo mal…Y ya tenemos el círculo vicioso de la culpa y la depresión instaurado", reflexiona Ibone Olza, que lamenta que muchas madres tengan que dejar la lactancia "con enorme pena y sensación de fracaso".
Para la psiquiatra perinatal, sin embargo, cuando una madre no logra amamantar como quería "lo que está fallando es el sistema entero". Por ello considera "imprescindible" que los profesionales que atienden a madres lactantes sepan de psicología perinatal y puedan detectar o derivar los casos donde hay un problema. "Ante cualquier problema de lactancia hay que valorar el estado de ánimo materno: preguntar a la madre cómo se encuentra, permitirle expresar su ambivalencia, ofrecer escucha empática siempre, descartar que tenga ansiedad o depresión, y ver si necesita apoyo emocional o social. Idealmente, también habría que preguntar a los padres y ver cómo están transitando el posparto a nivel de pareja", añade.
Por ello desde el Instituto Europeo de Salud Mental Perinatal se ha puesto en marcha la segunda edición de la formación especializada en lactancia materna y salud mental, dirigida por la propia Ibone Olza, un curso online e internacional dirigido a profesionales sanitarios que se celebrará entre octubre de 2019 y junio de 2020 y para el que las organizadoras han concedido 14 becas tras recibir más de 1.200 solicitudes.