"La prematuridad es uno de los grandes hándicaps que puede tener la neonatología", expone Manuel Sánchez Luna, jefe del Servicio de Neonatología del Hospital General Universitario Gregorio Marañón. A su juicio, el volumen de niños que nacen prematuros es alto. En España, uno de cada 13. A nivel mundial, uno ...
"La prematuridad es uno de los grandes hándicaps que puede tener la neonatología", expone Manuel Sánchez Luna, jefe del Servicio de Neonatología del Hospital General Universitario Gregorio Marañón. A su juicio, el volumen de niños que nacen prematuros es alto. En España, uno de cada 13. A nivel mundial, uno de cada diez. La tasa de prematuridad se relaciona con la calidad de asistencia sanitaria y el nivel socioeconómico de un país. En Europa ronda el 7%; mientras que en EE UU, donde hay 30 millones de personas sin cobertura sanitaria, está en el 12%.
Desde hace dos décadas, hay una fuerte tendencia a la humanización de la atención a los niños prematuros. El jefe del Servicio de Neonatología del Hospital General Universitario Gregorio Marañón apunta a que "la humanización es un concepto bastante ambiguo". Sánchez Luna, que colabora con Naciones Unidas, en el Alto Comisionado de los Derechos Humanos, y en la Organización Mundial de la Salud (OMS), señala que quieren que los hospitales que atienden a niños cuiden de sus familias.
En los inicios de la neonatología, donde estaban los niños apenas entraban las familias. El suyo fue uno de los primeros hospitales que abrieron las puertas a los padres. "Humanizar no es sólo ponerle una buena cara a un padre. Es que los padres estén cómodos, tranquilos mientras que sus hijos están en los hospitales. Que estén seguros, que tengan confianza en los equipos médicos y de Enfermería que les están atendiendo. Que tengan sus necesidades cubiertas", determina. Cuenta que hubo un movimiento de hospitales amigos de los niños que estuvo muy bien para proteger la lactancia materna. No obstante, piensa que hay que ir más allá. "Tiene que haber un movimiento fuerte de hospitales que cuiden a las familias de los niños hospitalizados. Los padres pasan muchas horas en ellos y necesitan espacio", aboga. En su entender, los recursos que tenemos en cada país, en cada ciudad, hay que adecuarlos a las necesidades reales. Transmite asimismo que la humanización es costosa y hay que invertir en ella. Humanizar es brindar apoyo psicológico a los padres, darles acceso las 24 horas al día a los pacientes. Todo esto se lo recuerda a los políticos cada vez que tiene oportunidad.