Los resultados de una investigación llevada a cabo por un equipo del Centro Oncológico MD Anderson, indican que los niveles elevados de la citoquina TGF-beta en las metástasis óseas del cáncer de próstata son responsables de la ausencia de linfocitos Th1, lo que resulta en resistencia a los inhibidores de ...
Los resultados de una investigación llevada a cabo por un equipo del Centro Oncológico MD Anderson, indican que los niveles elevados de la citoquina TGF-beta en las metástasis óseas del cáncer de próstata son responsables de la ausencia de linfocitos Th1, lo que resulta en resistencia a los inhibidores de los check-points inmunológicos (ICPIs).
En el análisis de la médula ósea de pacientes los investigadores hallaron que esta población linfocitaria es reemplazada por linfocitos Th17, por acción del TGF-beta. Padmanee Sharma, director del estudio, afirma que la elevación de los niveles de esta citoquina es consecuencia de la resorción ósea inducida por las células tumorales sobre los osteoclastos. La adición de un anticuerpo anti-TGF-beta a la terapia con ICPIs redujo las metástasis y prolongó la supervivencia de los animales. Los hallazgos reflejan la actividad de los ICPIs en humanos, ya que el tratamiento con ipilimumab y nivolumab ofreció beneficio sólo en los ratones con metástasis en tejidos blandos.
Sharma subraya la importancia de los linfocitos Th1 en la orquestación de la respuesta antitumoral, ya que de ellos depende la activación de los linfocitos T citotóxicos CD8+ y la generación de células inmunitarias de memoria. Los investigadores planean ahora llevar acabo un ensayo clínico con el objetivo de evaluar esta potencial nueva estrategia.