España es el segundo país con mayor número de farmacéuticos con certificación BPS (Board of Pharmacy Specialties), certificación de la American Pharmacists Association (APhA), que está considerada como "el estándar de oro para reconocer la cualificación y las capacidades de un farmacéutico dentro de un área de especialidad de la ...
España es el segundo país con mayor número de farmacéuticos con certificación BPS (Board of Pharmacy Specialties), certificación de la American Pharmacists Association (APhA), que está considerada como "el estándar de oro para reconocer la cualificación y las capacidades de un farmacéutico dentro de un área de especialidad de la farmacia". Un dato que prueba el continuo desarrollo de la farmacia hospitalaria (FH) y que aporta el jefe del Servicio de Farmacia del Hospital Universitari MútuaTerrassa (HUMT), Jordi Nicolás, para quien ese crecimiento se debe, básicamente, a la "mayor complejidad en la farmacoterapia existente, fruto de la posibilidad de poder realizar cada vez una medicina más personalizada". Ello, añade, tiene un efecto directo sobre las funciones de la farmacia hospitalaria, "con una mayor exigencia en la formación de los profesionales de FH y mayor implicación en equipos multidisciplinares y en el seguimiento de los pacientes". Además, desde el punto de vista económico, destaca que existe una "creciente responsabilidad en el control presupuestario de los hospitales y de las comunidades autónomas".
En este sentido, apunta que, debido a los "importantes incrementos en gasto sanitario derivados del consumo de medicamentos hospitalarios, la gestión de los presupuestos debe de estar participada por los equipos directivos, servicios de farmacia y los servicios clínicos". Y, por ello, afirma que los servicios de farmacia trabajan "de manera cada vez más estrecha con los médicos para que la inclusión de nuevos medicamentos siempre se realice bajo criterios de efectividad, seguridad y coste, estableciendo los criterios de utilización en la Comisión de Farmacia y Terapéutica".
Formación
También señala que "la farmacia hospitalaria ha sabido interpretar las exigencias formativas que necesita nuestro modelo sanitario" y, como prueba de ello, apunta hacia la gran oferta formativa que ofrece la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria a sus socios, "así como los esfuerzos realizados por los profesionales". A todo ello se añade, además, "la cada vez más presente implicación de los farmacéuticos hospitalarios en los equipos multidisciplinares de los hospitales, así como en la mayoría de los equipos clínicos, como urgencias, UCI, oncología, hematología, pediatría, medicina interna, cirugía… con la voluntad de ser un servicio de soporte aportando siempre la mejor evidencia clínica".
En la actualidad, recuerda, la especialidad de farmacia hospitalaria consta de cuatro años de formación y se encuentra en plena actualización. "Se está trabajando para adecuarla a las necesidades actuales de nuestro sistema sanitario. Tenemos un reto a corto plazo que es la definición del ámbito e incluso el nombre de la especialidad y, por otra parte, el Consejo Asesor de Sanidad de la Comisión Europea ha solicitado que los farmacéuticos asuman responsabilidades clínicas de forma homogénea, como la monitorización farmacocinética, la valoración de interacciones y los ajustes de dosis en pacientes en situaciones especiales", indica Jordi Nicolás, que considera que "la FH debe dar respuesta a esta demanda de forma rápida y homogénea, así como lograr su reconocimiento social".
Retos
Los retos de la especialidad para los próximos años, en su opinión, pasan por "contribuir en la sostenibilidad de nuestro preciado sistema sanitario, adaptar las actividades asistencia- les a las necesidades actuales de los pacientes e incorporar la tecnología disponible, con el objetivo de conseguir hacer los circuitos más eficientes y poner al paciente en el centro de todas la actividades". Ante esos retos, Jordi Nicolás considera que la implicación del farmacéutico hospitalario pasa también por establecer alianzas profesionales trabajando con pacientes, profesionales sanitarios y administración, así como fortalecer las relaciones nacionales e internacionales, promover y reconocer la formación del personal técnico "tan necesario para el crecimiento de los servicios de FH" e impulsar "activamente" las actividades de investigación e innovación.
Con este escenario, Jordi Nicolás también recuerda que la administración sanitaria ha otorgado un papel "clave" al farmacéutico de hospital en la gestión de la terapia con CAR-T, que ha requerido protocolizar las actuaciones de los profesionales. "En respuesta a los nuevos requerimientos, disponemos de los procedimientos de gestión de medicamentos CAR-T elaborados por la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH), en donde se detallan las funciones y requerimientos de los servicios de farmacia hospitalaria en materia de gestión de medicamentos CAR-T, así como en sus diferentes etapas como en selección, adquisición, recepción conservación, dispensación, administración, seguimiento de reacciones adversas y gestión de residuos", explica.
El paciente, en el centro
Asimismo, recuerda que la SEFH ha colaborado en el Plan de Abordaje de las Terapias Avanzadas en el Sistema Nacional de Salud: Medicamentos CAR y "tiene presente la importancia en la actualización de conocimientos, así como la participación en los distintos grupos multidisciplinares relativos a estas terapias avanzadas". Respecto a los cambios en la dispensación de medicamentos, Jordi Nicolás asegura que "la farmacia hospitalaria es sensible a los cambios presentes en el modelo sanitario y a las necesidades de los pacientes que acuden día a día a nuestro servicios, siendo conscientes de que nuestro principal valor a aportar está en el seguimiento de los pacientes, más allá de la propia logística del medicamento, como bien se muestra en el modelo CMO de consultas externas de FH".
En el caso de la gestión de la gran cantidad de información de la que se dispone en la actualidad, por ejemplo a través del uso de Patient Research Outcomes (PRO), explica que "debemos de estar convencidos de que los PRO en la práctica clínica diaria nos ayudarán a evaluar y realizar un seguimiento adecuado del estado de salud del paciente, facilitando el establecimiento de objetivos farmacoterapéuticos a corto y medio plazo". Para ello, añade, "debemos de poner en el centro del proceso al paciente, sus reportes, síntomas, calidad de vida y opiniones, y ser capaces de buscar las soluciones tecnológicas necesarias para disponer de la mayor información posible, con flexibilidad para adaptarnos a las necesidades individuales de los pacientes".
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