En el cribado de inhibidores de tirosina quinasas ya autorizados, un equipo dirigido por investigadores de la Universidad Técnica de Múnich ha identificado una potente acción antimicrobiana en el antitumoral sorafenib. Tras observar que el fármaco es activo frente a cepas de Staphylococcus aureus resistentes a la meticilina, los científicos ...
En el cribado de inhibidores de tirosina quinasas ya autorizados, un equipo dirigido por investigadores de la Universidad Técnica de Múnich ha identificado una potente acción antimicrobiana en el antitumoral sorafenib. Tras observar que el fármaco es activo frente a cepas de Staphylococcus aureus resistentes a la meticilina, los científicos realizaron modificaciones químicas en su estructura, derivando un análogo aún más potente (PK150) y activo frente a diversos patógenos.
Según afirma Philipp Le, científico en el Centro Alemán de Investigación Oncológica en Heidelberg y co-autor del estudio, PK150 elimina microorganismos persistentes, así como biofilms establecidos, dos aspectos que tradicionalmente han supuesto un desafío para los antibióticos convencionales. Además, PK150 exhibe una buena biodisponibilidad oral y eficacia in vivo. En el examen del mecanismo de acción de este derivado se constató la existencia de múltiples dianas moleculares, con interferencia en procesos de biosíntesis y secreción de proteínas bacterianas, lo que podría explicar la ausencia de generación de resistencia.
La reasignación de indicaciones de fármacos ya autorizados se está convirtiendo en un atractiva estrategia para innovar en medicina sin necesidad de realizar los enormes esfuerzos asociados a la creación de nuevo, asegura Le. Esto sería particularmente cierto en el ámbito de los antibióticos, en el que ha habido pocas innovaciones en los últimos años.