Un equipo investigador dirigido por científicos de la Universidad de Nuevo Méjico (UNM) ha descubierto nuevas propiedades terapéuticas en un fármaco experimental que ya estaba siendo investigado en el cáncer. Se trata de una molécula pequeña (Tespria) con actividad agonista sobre GPER-1, uno de los 3 tipos de receptores de ...
Un equipo investigador dirigido por científicos de la Universidad de Nuevo Méjico (UNM) ha descubierto nuevas propiedades terapéuticas en un fármaco experimental que ya estaba siendo investigado en el cáncer. Se trata de una molécula pequeña (Tespria) con actividad agonista sobre GPER-1, uno de los 3 tipos de receptores de los estrógenos.
Según afirma Eric Prossnitz, científico en la División de Medicina Molecular de la UNM y director del estudio, la pérdida sistémica de estradiol al llegar la menopausia aumenta enormemente el riesgo de obesidad y disfunción metabólica. Aunque muchos de los efectos saludables del estradiol son mediados a través de los receptores tradicionales ER-alfa y ER-beta, hasta ahora se conocía poco acera de la contribución del GPER-1.
En un modelo animal de obesidad post-menopáusica inducida por la dieta, Tespria previno el aumento de peso y redujo la proporción de grasa corporal, potenciando el gasto energético y disminuyendo los niveles de glucosa, colesterol e insulina en ayunas. Estos efectos, prosigue Prossnitz, se dieron sin que se observaran cambios en la ingesta o en la actividad locomotora de los animales. El tratamiento no tuvo ningún efecto beneficioso sobre la salud ósea.
El investigador enfatiza que el efecto anti-obesidad fue independiente de los beneficios sobre la homeostasis de la glucosa. Los científicos planean ahora estudiar el mecanismo molecular que media estos efectos y dar los primeros pasos hacia la ejecución de ensayos clínicos.