Si hubiese que sintetizar en una sola idea el Estudio Resa 2019, sería que la sanidad privada es un sistema eficiente. La Fundación Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (IDIS) ha presentado por octavo año consecutivo los resultados del informe, que recoge los resultados de calidad del sector privado en indicadores como la eficiencia, la accesibilidad, la resolutividad. Asimismo lo hace con una amplia representatividad, puesto que recoge los datos de 525 hospitales y centros sanitarios, volúmenes comparables a los de la actividad sanitaria de las mayores comunidades autónomas de España como Andalucía, Cataluña o Madrid.

Grosso modo, el gasto sanitario en España se sitúa en el 9,0% del PIB en 2016, valor muy similar al registrado en los últimos años, aunque supone un ligero descenso respecto al año anterior (9,1%). En cuanto a su distribución, el gasto sanitario privado representa el 28,8% del gasto sanitario total, incrementando su peso una décima respecto al año anterior. En comparación con los países de nuestro entorno, España (9,0%) se sitúa por encima de la media de la OCDE (8,9%) aunque por detrás de los principales países del entorno como Francia (11,5%), Alemania (11,1%) o Reino Unido (9,8%). Así, España cuenta con 8,5 millones de asegurados, una cifra considerable que contribuye a la descarga y al ahorro del sistema público, ya que, al tratarse de un modelo de doble aseguramiento, los ciudadanos que cuentan con un seguro privado no consumen, o consumen solo en parte, recursos de la sanidad pública.

En este sentido, en la mayoría de los indicadores del Estudio RESA, los resultados son positivos para el sector. Empezando por la mencionada eficiencia en la gestión de recursos, un valor que se le reconoce tradicionalmente a la sanidad privada y que se evidencia en los datos del estudio. Por ejemplo, en los centros privados la estancia media hospitalaria es de 3,57 días, mientras que la media española era de 6,9 en 2017. En esta línea la estancia media prequirúrgica ronda los 0,31 días en el sector privado, respecto a los 1,7 días de la media nacional. También se manifiesta en la proporción de intervenciones ambulatorias del 55,4%, cifra superior al 43,3% del conjunto del sistema sanitario español.

En la misma línea, RESA 2019 confirma que la sanidad privada es un sistema accesible: los tiempos de espera para citación de especialistas están, en las especialidades más utilizadas, en torno a las dos semanas, tiempos que se han mantenidos en los últimos cinco años. En el caso de urgencias, el tiempo medio entre el acceso del paciente y la atención médica se sigue manteniendo en menos de 30 minutos (28,8 minutos en este año), al mismo tiempo que la espera media para intervenciones quirúrgicas también destaca por su rapidez (30,47 días), habiéndose mantenidos estos parámetros en los últimos cuatro años. En este sentido, es destacable el hecho de que se está desembarazando la idea de que la privada sanitaria es solo para la atención de las enfermedades menos graves.

De hecho, es de especial interés ver como en los casos de cáncer (de mama, colon y pulmón), el tiempo medio entre el establecimiento del diagnóstico y el inicio del tratamiento está en torno a las dos semanas.

Por otro lado, cabe destacar que el sistema privado es muy resolutivo, tal y como muestran los indicadores de tasas de retorno a urgencias a las 72 horas por el mismo diagnóstico (3,7% de los pacientes) o de reingreso en hospitalización (4,9%) o de reingreso tras cirugía mayor ambulatoria (1,1%), que se mantienen por debajo de los datos conocidos de otras organizaciones sanitarias españolas o internacionales.

De la misma forma, las tasas de reingreso en hospitalización por patologías específicas (EPOC, 9,4%, e Insuficiencia Cardíaca, 8,1%,) se mantienen también claramente por debajo de las habituales en otros observatorios que publican este tipo de resultados.

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