Desde el pasado 24 de marzo, el Gobierno cubano prohibió la entrada a todos los extranjeros no residentes en el país y estableció el confinamiento obligatorio durante 14 días a quienes lleguen al país después de esa fecha. Álvaro Blanco, español residente temporal en Cuba y responsable de Chili Technologies en dicho país, nos cuenta el trabajo que se está efectuando en la isla para hacer frente al coronavirus.

"A partir del 1 de marzo, cuando empezó a ser fuerte el problema en España y aún no había casos en Cuba, adoptaron la medida de que todo aquel que llegaba al país, fuera extranjero o no, rellenaba una ficha con sus datos y dirección y le tomaban la temperatura. Movilizaron a todos los médicos que estaban en la reserva y a todos los estudiantes de Medicina para ir a ver a esas personas, comprobar si tenían síntomas y a tomarles la temperatura", relata. A las personas con síntomas, se les trasladó a centros de aislamiento, "dos hospitales muy grandes en La Habana y campings y hoteles en zonas rurales".

Cuando se detectó el primer caso en Cuba, en la segunda semana de marzo, se buscó "el cordón de contacto". Expone que habría estado con 20 o 30 personas. A toda la gente que estuvo en contacto con ellas, se les puso durante 14 días en "cuarentena con seguimiento". A 1 de abril, según destaca Blanco, había casi 190 casos confirmados en Cuba. Afirma que, en el momento en que detectaron dos locales contagiados en Pinar del Río, aislaron completamente el pueblo.

Después, se inició otro proceso. A 1 de abril, había más de "2.500 personas aisladas" en Cuba, que tiene una población de 11,48 millones de habitantes. Eso corresponde a contactos que habían tenido los infectados. Aclara que a las personas con contacto de contacto les hacen "seguimiento diario", lo que sería más de 25.000 personas.

Comenta que, a partir del 24 de marzo, toda persona que entra en el país va directamente a un centro de aislamiento 14 días. "Han puesto además otra campaña en marcha desde el 20 de marzo que consiste en que han cogido a todos los médicos que no tenían trabajo, médicos de familia y estudiantes de último año de Medicina y van casa por casa y barrio por barrio por todas las ciudades preguntando y viendo si la gente tiene síntomas catarrales. De ese muestreo, el 31 de marzo, había 30.000 personas en seguimiento con algún síntoma de gripe", cuenta.

Por otro lado, en la mayoría de las empresas, en las que se puede, se está teletrabajando. Es obligatorio llevar mascarilla por la calle y en los transportes públicos. Han facilitado a la población solución clorada, con hipoclorito de sodio, para desinfectarse las manos. En todos los locales y empresas hay una persona en la puerta para que la gente que entra se lave las manos con esta solución y para comprobar que lleva puesta la mascarilla. Las empresas locales y particulares están produciendo mascarillas. Muchas personas están haciéndolas y entregándolas a la población. En algunos lugares, las personas están haciendo las compras a los ancianos, para que no tengan que salir. Desde el día 20 de marzo, para reducir contagios, se ha suspendido el transporte aéreo y terrestre entre personas dentro de la isla. Desde el 31 de marzo, se suspendieron los vuelos comerciales a Guba y el Gobierno pidió la retirada de las embarcaciones extranjeras de sus aguas territoriales.

"Los turistas, los que no han podido salir de la isla, han sido agrupado en hoteles. En prevención, hay un puesto médico en cada hotel para hacerles un chequeo diario", comunica Blanco. Ahora mismo, hay unos 7.000 turistas allí. A todos los extranjeros se les brinda atención médica gratuita, no tienen que pagar nada. De momento, no hay confinamiento obligatorio en los hogares, pero están aconsejando a las personas que se queden en casa. En la televisión, están continuamente lanzando mensajes de prevención tipo "póngase la mascarilla y quédese en casa".

Cada día, a las 11:00 horas, Francisco Durán, director de Epidemiología del Minsap, ofrece datos de la situación, "con información exhaustiva: edad de las personas infectadas, la fecha de cuando entraron al país, de cuando empezaron los síntomas y de cuando se ingresaron, y la cantidad de contactos que tuvieron". A 1 de abril, se conocía que había seis fallecidos (cuatro cubanos, un italiano y un ruso).