Desde los inicios de la aparición del coronavirus, la Federación Europea de la Industria Farmacéutica (Efpia) se ha marcado tres objetivos primordiales: "apoyar a los gobiernos y organizaciones que necesiten asistencia en el terreno, asegurar el suministro de medicamentos durante la crisis sanitaria trabajando con las instituciones para garantizar su ...
Desde los inicios de la aparición del coronavirus, la Federación Europea de la Industria Farmacéutica (Efpia) se ha marcado tres objetivos primordiales: "apoyar a los gobiernos y organizaciones que necesiten asistencia en el terreno, asegurar el suministro de medicamentos durante la crisis sanitaria trabajando con las instituciones para garantizar su almacenamiento y, por último, buscar vacunas, diagnósticos y tratamientos", tal y como señala Andy Powrie-Smith, director ejecutivo de Comunicación de la Efpia.
A principios de abril, este organismo publicó un documento con una docena de acciones para ayudar al sector a alcanzar las metas planteadas. Para ello, tanto industria como investigadores y gobiernos debían estar al tanto de los avances para poder trabajar de forma coordinada en la búsqueda de un tratamiento. Se priorizaba garantizar la protección de los profesionales, aumentar la producción de aquellos tratamientos o vacunas que hayan sido previamente testeados y se haya comprobado su eficacia, y realizar aportaciones económicas a las organizaciones que trabajaban en la lucha contra la pandemia.
Pero en toda investigación se necesitan tiempo y recursos. A día de hoy "se está explorando la efectividad de más de 133 tratamientos para hacer frente al Covid-19 y existen más de un centenar de vacunas candidatas. Estamos trabajando a un ritmo increíble, invirtiendo mucho en la fabricación", explica Powrie-Smith.
Vacuna sí, pero segura
Sin embargo, dicho proceso no es una tarea sencilla y requiere hacerlo paso a paso. Es importante contar con todas las garantías para saber si se está yendo por el buen camino. Aun así, desde Efpia se muestran optimistas: "Hay que ir con cautela para comprobar que los tratamientos son seguros. Cualquier vacuna necesita miles de dosis para todo el mundo. Entendemos que todos los países las quieren y que son la única forma de salir de la crisis sanitaria. También somos conscientes de la presión que hay, pero al mismo tiempo queremos verificar que es totalmente segura".
Por otra parte, celebran la respuesta que están recibiendo por parte de las organizaciones públicas y privadas que están haciendo todo lo que está en su mano para encontrar con la mayor brevedad posible un antídoto. Confiesan que "es un reto sin precedentes" y que esos apoyos se deben mantener e incrementar para que "las vacunas y tratamientos sean accesibles y asequibles para los pacientes que las necesitan".
Sin descanso
Según Efpia, un total de 13 laboratorios en Europa están investigando para dar con el tratamiento efectivo para frenar el Covid-19. Entre ellos se encuentran Abbvie, Astellas, Bayer, Boehringer Ingelheim, E-Pharma, Enyo Pharma, IDbyDNA, Janssen, Merck, Novartis, Pfizer, Special Product´s Line y Takeda. Lo hacen a través de la plataforma IMI (Iniciativa de Medicamentos Innovadores), creada en 2007 por la Federación Europea de la Industria Farmacéutica y la Comisión Europea.
Esta recibe financiación tanto de la Unión Europea (Comisión Europea) como de la industria farmacéutica europea (Efpia). Con este fin, Bruselas puso en marcha a principios del mes de marzo el proyecto "IMI2-Call 21", dedicado a la investigación de nuevos diagnósticos y terapias para combatir el coronavirus. El proyecto ha sido financiado en un primer momento con los fondos de la Unión Europea (45 millones de euros) y se complementará con las aportaciones económicas que realicen las empresas participantes.
Sentando un precedente
En este sentido, además de fomentar la colaboración y el trabajo en equipo entre países, no solo en Europa y el resto del mundo, para descubrir cuanto antes un tratamiento, este virus servirá también como base para anticiparse a futuras pandemias. El director ejecutivo de Comunicación de la Efpia pone como ejemplo lo que ocurrió en África con el ébola, en donde "se llevó a cabo un programa de investigación para diagnosticar y desarrollar nuevas vacunas para este brote. Creo que las lecciones que aprendimos allí podrían ser aplicadas en el futuro".
Carrera de fondo
Países como Japón o Estados Unidos han dado luz verde al uso de fármacos como el Remdesivir como tratamiento para el coronavirus. ¿Podría esto ayudar a frenar el avance de la pandemia? Andy Powrie-Smith considera que "cuando pensamos en tratamientos, lo único que parará la pandemia es una vacuna. Si la podemos desarrollar y fabricar nos dará protección. Pero al mismo tiempo, es importante impulsar tratamientos que salven vidas y reduzcan la carga de los sistemas de salud.
Que la recuperación de los pacientes sea rápida y que pasen menos tiempo en la UCI". Y añade que una vez que se "pruebe que los medicamentos que están en proceso de ensayo clínico son seguros y efectivos, se convertirán en una herramienta más en la gestión de la pandemia".
En países como Sudáfrica o América Latina no cuentan con el mismo acceso a los recursos que otros lugares para lidiar con brotes de este tipo. Y si a esto le sumamos la posibilidad de que ocurra un nuevo repunte, así como nuevas pandemias en el futuro, muchos organismos y gobiernos tienen que replantearse la manera de trabajar, centrándose en la colaboración y el intercambio de recursos. Así mismo lo manifestó Mike Ryan, director de emergencias sanitarias en la OMS, en una rueda de prensa virtual celebrada el 13 de mayo: "Puede convertirse en otro virus endémico en nuestras comunidades y estos virus pueden no irse nunca".
Casi en la misma línea de tiempo, y en relación a la búsqueda de soluciones para mitigar el impacto del virus, el director regional de la OMS para Europa, Hans Kluge, indicó que no se debe bajar la guardia y hay que permanecer alerta, ya que "la fatiga por las restricciones amenaza los valiosos triunfos que hemos obtenido contra el virus…". Posteriormente, añadió que "hasta que una vacuna o tratamiento estén disponibles para todos, limitar el virus requiere un acuerdo entre la gente y los políticos, un contrato social que va más allá de los países o los líderes políticos". Según reconoce el responsable ejecutivo de Comunicación de la Efpia: "Una de las características del Covid-19 es que es una pandemia mundial y necesita de una respuesta mundial. El coronavirus es una amenaza a las personas de todos los lugares. Nuestro compromiso es trabajar con los gobiernos para conseguir que cada tratamiento esté disponible para todas las personas y que este sea asequible en todos los lugares".
Mayor alcance
Aunque tampoco tenemos que irnos muy lejos para comprobar que, con los equipos de protección médica, los también conocidos como EPIs, había problemas con su abastecimiento y se comercializaban a precios desorbitados, sobre todo en el caso de las mascarillas. En relación a si esto mismo podría ocurrir con las vacunas y si su precio podría dispararse, Powrie-Smith considera que "se trata de trabajar juntos, tener la capacidad de fabricarla. Y el segundo paso es hacerla accesible y asequible para todos los pacientes del mundo".
Y si a esto le unimos que el virus puede mutar y hacerse más fuerte, es posible que no sea suficiente con una sola y habría que desarrollar otras nuevas. "Una de las cosas que estamos haciendo con las investigaciones para tratamientos y con las vacunas, de las que ya hay 100 candidatas, es usar diferentes tecnologías. Quizá con el tiempo desarrollemos más de una", indica.
Manos a la obra
De forma semanal, Efpia se reúne con la comisaria de salud de la Unión Europea, Stella Kyriakides, y con los representantes de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) y del Centro Europeo para el Control y Prevención de Enfermedades (ECDC). El objetivo es monitorizar la situación del Covid-19 en cada país. Powrie-Smith manifiesta que el motivo central de estos encuentros es "buscar soluciones a los retos que el virus nos plantea". Además, matiza que "con las cuarentenas ha sido difícil fabricar y transportar los medicamentos por un tema de logística, y la Comisión Europea ha jugado un papel importante para permitirnos trabajar a través de las fronteras".
Concluye su intervención diciendo que "a medida que vamos avanzando se trata de asegurar y entender lo que va a pasar, entender la demanda de medicamentos y lo que necesitan los pacientes, y que medicamentos tienen que llegar al hospital correcto en el tiempo correcto".
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