Así lo manifiestan las cifras aportadas por CatSalut, del Departamento de Salud de la Generalitat de Catalunya: antes de la crisis sanitaria en los centros de Atención Primaria se atendían 135.000 visitas presenciales al día, 14.500 telefónicas y unas 1.000 e-consultas. Ahora, con la pandemia, las visitas presenciales son unas ...
Así lo manifiestan las cifras aportadas por CatSalut, del Departamento de Salud de la Generalitat de Catalunya: antes de la crisis sanitaria en los centros de Atención Primaria se atendían 135.000 visitas presenciales al día, 14.500 telefónicas y unas 1.000 e-consultas. Ahora, con la pandemia, las visitas presenciales son unas 18.000 diarias, unas 86.000 telefónicas y 17.000 las e-consultas, lo que representa 17 veces más que antes.
"En unos meses se ha avanzado muchísimo en este tema. Se ha dotado a todos los centros de asistencia primaria de Catalunya de un volumen de cámaras para realizar videoconferencias con pacientes. Esto nos da un valor añadido con el fin de realizar un seguimiento de una patología, era algo que se estaba reclamando hace mucho tiempo y que gracias al virus nos ha llegado antes", comenta Mireia Sans, presidenta de la sección metges e-Salut, del Col·legi de Metges de Barcelona, a la hora de valorar la teleasistencia en estos meses de pandemia.
¿Cómo ha funcionado la telemedicina durante la pandemia?
Desde la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) nos comentan que especialmente se han llevado a cabo consultas telefónicas, (se han renovado recetas, resuelto dudas…), pero menos telemedicina: "En algunos casos, se ha realizado el seguimiento de las patologías crónicas en las que, por las circunstancias del momento, no podíamos ver al paciente, como podía ser hipertensión, diabetes, EPOC…", apunta Lorenzo Armenteros, portavoz Covid-19 de la SEMG.
Lo referido anteriormente, en personas a nivel general, pero, para pacientes de Covid-19, "la teleasistencia se ha dirigido a realizar llamadas diariamente para comprobar los síntomas de los infectados, cuál era la situación de su patología, evolución, dudas... siempre en pacientes moderados leves que no requerían hospitalización".
Teleasistencia y asistencia compartida
Lorenzo Armenteros ha participado en el diseño de nuevos de modelos de consulta, que engloba teleasistencia y asistencia compartida, tanto en hospitales como en la Asistencia Primaria. "En medicina interna, este tema lo deben liderar los hospitales y, fuera de ellos, es la AP quien lidera esta novedad".
Con la asistencia compartida, existe una comunicación y un contacto entre paciente, médico de primaria y médico del hospital al mismo tiempo y en una sola sesión. "Esto permite maximizar el potencial que tenemos con la tecnología, hacer que la consulta sea más eficiente y resolver tres consultas a la vez, y con el paciente delante. Es toda una propuesta de futuro", reconoce.
Actualmente, con la telemedicina, hay una comunicación oral y de imagen, con nuevas cámaras que permiten resolver de forma ágil el seguimiento de una patología. Según el doctor, la asistencia compartida va a cambiar el concepto que tenemos hasta ahora por asistencia médica: "Varios profesionales tratamos a la vez a un mismo paciente, obteniendo información, manteniendo el hecho presencial, reduciendo el número de consultas".
¿Cuándo se va a implantar? El doctor reconoce que puede entrañar algunas dificultades tecnológicas, "pero a partir de la pandemia, como todo va rápido, puede que se desarrolle antes. Necesitamos mecanismos para usar plataformas seguras y red de alta capacidad".
Telemedicina para seguir a pacientes de Covid-19
El doctor también ve interesante realizar un seguimiento y una teleasistencia en pacientes que han superado el Covid-19, han estado en la UCI o han pasado un periodo largo de ingreso a causa de este virus. "Estamos ante una patología que desconocemos y no sabemos con exactitud cuáles pueden ser sus efectos. En un futuro inmediato, vamos a necesitar un seguimiento muy estricto de este tipo de pacientes y desde primaria es fundamental el papel que podemos hacer", reconoce.
Para quedarse
Lo que está claro es que la telemedicina ha llegado para quedarse. "Hasta que no tengamos una vacuna o un tratamiento efectivo, no podremos volver a la antigua normalidad y por tanto debemos adaptarnos y la teleasistencia es una oportunidad que debemos aprovechar para hacer lo que no hacíamos y dejar de hacer lo que quizás no hacía tanta falta", destaca Mireia Sans, presidenta de la sección metges e-Salut, del Col·legi de Metges de Barcelona.
Aunque es una tecnología implantada, los profesionales de la salud se han visto en la necesidad de tenerlo que incorporar rápidamente. "Queremos que esto se mantenga y hacer cultura de ello y aprender las medidas que debemos tomar, especialmente en cuanto a confidencialidad y seguridad de los datos, para que el profesional esté debidamente formado en ello".
Lorenzo Armenteros también apuesta porque ahora la telemedicina se va a desarrollar antes, "es algo que iba a llegar tarde o temprano para, por ejemplo, monitorizaciones más continuas y más rápidas, con la participación del paciente". Para el doctor, con el Covid-19, los profesionales han hecho una inmersión en estos procesos para buscar las mejores opciones. "Todos los profesionales sanitarios están ahora buscando alternativas para agilizar el desarrollo de estas tecnologías. La mayoría de las comunidades están experimentando la telemedicina, con un gran interés en desarrollarlo, porque ante la posibilidad de un rebrote, necesitamos actuar de una forma clínica y saber el estado real de muchos pacientes que en algunos casos no se van a poder desplazar".
Buenas prácticas en la consulta virtual
El Col·legi de Metges de Barcelona aconseja buenas prácticas para realizar una consulta virtual que deben seguir los médicos para el tratamiento de los pacientes a través del correo electrónico, u otras plataformas o servicios web de comunicación entre profesionales y pacientes.
La utilización de la consulta virtual no debe interferir con los principios básicos de la relación médico-paciente, que son el respeto mutuo, la independencia del juicio clínico, la autonomía del paciente y el secreto profesional. Las nuevas tecnologías de la información nunca tienen que suplir los contactos personales que son la base de la relación médico-paciente. Así, el correo electrónico y otras formas de comunicación electrónica sólo deberían utilizarse para facilitar, realzar y potenciar esta relación interpersonal.
La consulta hecha por correo electrónico a su médico por porte de un paciente conocido, con historia clínica abierta y activa, sobre alguna circunstancia sobrevenida en el curso del proceso asistencial, es una consulta virtual plenamente aceptable, incluso cuando incluye modificación del tratamiento o nuevas prescripciones. Las consultas realizadas solicitando diagnósticos, así como las prescripciones farmacológicas realizadas en el transcurso de una "consulta virtual" sin visita física previa, no son aceptables éticamente y, además, el médico se expone a un riesgo de responsabilidad civil y penal.
El médico debe velar por la confidencialidad del contenido del correo electrónico recibido de sus pacientes de la misma manera que cualquier otra forma de comunicación médico-paciente. Por tanto, la correspondencia electrónica deberá recibir tratamiento confidencial.
Igualmente se debe tener cuidado con la identificación correcta del enfermo antes de dar respuesta a cualquier pregunta formulada por correo electrónico.
Toda la correspondencia electrónica entre el médico y su paciente debe estar documentada en la historia clínica y, por tanto, se tiene que guardar una copia en papel cuando la historia clínica también lo sea.
La respuesta a solicitudes de segundas opiniones clínicas por correo electrónico se entienden como legalmente y éticamente admisibles, a pesar de la ausencia de visita médica previa, siempre que se informe al paciente que esta opinión no es un acto médico y que no sustituye un diagnóstico previo. Para emitir esta segunda opinión el médico se asegurará de que dispone de datos suficientes y tiene la certeza de su calidad.