Son muchas las voces que, en esta pandemia por Covid-19, han advertido de que nunca antes había sido tan necesario que la población tuviera un acceso directo y rápido a la Atención sanitaria. Y que han insistido en que precisamente porque en la Atención Primaria recae la entrada de acceso ...
Son muchas las voces que, en esta pandemia por Covid-19, han advertido de que nunca antes había sido tan necesario que la población tuviera un acceso directo y rápido a la Atención sanitaria. Y que han insistido en que precisamente porque en la Atención Primaria recae la entrada de acceso al sistema sanitario era necesario, y ahora con la pandemia lo es aún más, asegurar y reforzar su adecuado funcionamiento.
Aunque no puede obviarse el gran reto que ha supuesto para el Sistema Nacional de Salud (SNS) la complicada gestión de esta pandemia, tampoco se puede pasar por alto que la Atención Primaria llegaba demasiado tocada por los recortes asociados a la crisis económica de 2008. Desde su inicio hasta la fecha, según datos de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), al menos 132 centros de salud en España se cerraron por la falta de profesionales, así como 1.152 consultorios locales.
Este dato, elocuente, se recuerda en el documento elaborado durante esta pandemia por la SEMG, la Sociedad Española de Médicos de Familia (Semergen) y la Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (SEFAC) para analizar las dificultades que han tenido en su labor asistencial los médicos de familia, así como los farmacéuticos comunitarios, en esta crisis sanitaria.
De mano, el documento destaca "el papel escaso o poco relevante" que se le ha otorgado a la Atención Primaria en el manejo de la crisis durante muchas de sus fases y especialmente en sus inicios. "A pesar de la importancia y de la dimensión de la Atención Primaria en el SNS, esta ha sido mayoritariamente poco valorada en las estrategias principales desarrolladas por la Administración sanitaria para el abordaje de la infección por SARS-Cov-2", continúan los autores del documento, en el que también se refleja que esta circunstancia es uno de los principales errores en la gestión de la pandemia.
Recursos
En todo caso, en Atención Primaria se han diagnosticado y tratado miles de casos de pacientes infectados por SARS-Cov-2 que, con una sintomatología leve o que no requieren de hospitalización. Pero los profesionales consideran que se ha desaprovechado el potencial, sobre todo en la detección temprana de contagios, que ofrece la Atención Primaria. "No se han utilizado de forma óptima los recursos de este nivel asistencial, ni a sus profesionales, que han sufrido también una carestía de recursos", se dice al respecto en el mencionado documento. Hay que recordar que, antes de la pandemia, ya se venía denunciando de manera sistemática la carencia de recursos materiales y humanos en este nivel asistencial.
Pese a ello y a que se haya desaprovechado su potencialidad, la pandemia "está demostrando la importancia de no ignorar a la Atención Primaria y sí desterrar el `hospitalocentrismo´ que rige nuestro Sistema Nacional de Salud, siendo vital establecer mecanismos de colaboración entre los profesionales sanitarios del primer nivel que permitan mejorar la Atención a los ciudadanos, en especial, a los pacientes crónicos, grandes olvidados en múltiples y desgraciadas situaciones generadas por el coronavirus", consideraba Francisco José Sáez, uno de los autores de este documento y responsable del Grupo de Trabajo de Cronicidad de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG).
Rol ante pandemias
Precisamente el documento achaca a esa tendencia hospitalocéntrica el desaprovechamiento del potencial de la red de centros de Atención Primaria, a los que tan solo va destinado un 13,5% del gasto del SNS. A pesar de los "limitados" recursos humanos y materiales que se vienen denunciando desde hace años y de las limitaciones en el personal y en el propio espacio hábil de los centros de salud a causa del estado de alarma, la Atención Primaria asumió un mayor control aún sobre pacientes con patologías crónicas al suspenderse las consultas en los hospitales.
Ha habido otros análisis sobre el papel que debería tener la Atención Primaria en esta y en las pandemias que puedan llegar en un futuro, en los que se destaca la ventaja que supone que los equipos de los centros de salud conozcan los riesgos y los problemas de salud y sociosanitarios de la población que atienden. Sobre todo por su enorme potencialidad para llevar a cabo una adecuada labor de prevención, contención y atención ante brotes o epidemias futuras. así como informativa y divulgativa.
"Una Atención Primaria con recursos, bien cualificada y organizada, puede frenar la curva de nuevos contagios, reducir el impacto negativo en la salud global de la comunidad e incluso quizás, en el futuro, facilitar unos confinamientos menos restrictivos que paulatinamente nos permitan volver a una normalidad social, laboral y económica y disfrutar de la vida en salud", decía Pilar Astier, coordinadora del Grupo de Trabajo de Seguridad del Paciente de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), en un artículo publicado por esta entidad médica antes de que lo peor de la pandemia llegara a España, justo cuando ni siquiera los profesionales sanitarios tenían suficientes equipos de protección individual para realizar su labor asistencial, en la que también han tenido que desplazarse a domicilios particulares durante la pandemia.
Inversión
Por ello, detallaba cuáles deberían ser las medidas y los factores a reforzar para que la Atención Primaria desplegase todo su potencial "de aportar eficiencia y seguridad para tratar a ese 80% de pacientes en los que la COVID-19 tiene un curso leve". Como siempre, decía, "para descongestionar urgencias y hospitales no solo hay que invertir en urgencias y hospitales: hay que invertir en recursos materiales y humanos en Atención Primaria, la inversión probadamente más eficiente para mejorar la calidad y seguridad del conjunto del sistema sanitario".
Y recordaba que una de las lecciones de la crisis del Ébola había sido precisamente que el acceso adecuado a la Atención Primaria de Salud es esencial en emergencias sanitarias y su infraestructura es crucial para la contención. Y citaba al director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, que dijo que "la Covid-19 es un claro recordatorio de cómo las emergencias de salud pública pueden provocar una pérdida significativa de vidas y trastornos en las sociedades y economías. La mejor defensa es invertir en preparación y en Atención Primaria de Salud".
Desde la OMS se ha insistido en esta pandemia en una serie de recomendaciones en esa línea de refuerzo de la Atención Primaria y sus equipos, de manera que el control de pandemia y la respuesta a catástrofes aparezca en su cartera de servicios. Incluso se ha recomendado establecer sitios de pruebas de detección fuera de los centros de salud o desarrollar nuevas modalidades de prestación de servicios mediante herramientas innovadoras.
Quienes defienden el papel fundamental de la Atención Primaria, ya no solo ante una pandemia como la actual, también consideran que esta crisis es sin duda una oportunidad para repensar el sistema sanitario y dotar de los recursos necesarios a la Atención Primaria para revertir su actual situación, con plantillas sobrecargadas por ser escasas y poco estables y esa continua queja de desmantelamiento y deterioro común en casi todas las comunidades autónomas.