Aunque no es nada nuevo, la telemedicina ha irrumpido de lleno a causa de la pandemia, pero ¿va a quedarse? ¿Qué se necesita para sea mucho más efectiva? estas y otras preguntas han podido responderse en la sesión presentada por el doctor Javier Cobo, jefe de Sección del Servicio de ...
Aunque no es nada nuevo, la telemedicina ha irrumpido de lleno a causa de la pandemia, pero ¿va a quedarse? ¿Qué se necesita para sea mucho más efectiva? estas y otras preguntas han podido responderse en la sesión presentada por el doctor Javier Cobo, jefe de Sección del Servicio de Enfermedades infecciosas del Hospital Ramón y Cajal sobre este temática.
El doctor ha desglosado algunas formas de la telemedicina existentes es en este momento, como la consulta electrónica, que permite solucionar problemas muy concretos; la telefónica; la videollamada, que permite un examen físico parcial; y las plataforma específicas de teleasistencia, que integran diversas herramientas, pero presentan mayor dificultad en implementación.
El doctor ve una serie de ventajas en ello como la flexibilidad, ahorro en recursos y la evitación de contagios, "pero debe haber una organización de las consultas y todo ha de estar relacionado con el historial clínico". Javier Cobo ha explicado que una buena parte de las revisiones exponen que los resultados clínicos son mejores con la telemedicina pero "siempre que esté todo debidamente protocolarizado".
En diferentes encuestas de centros en los que se ofrece este servicio, se ha pasado de 2.000 consultas telemáticas a más de 30.000 en el plazo de tres años y "los pacientes están muy satisfechos con este servicio, destacando la comodidad".
Pero como todo, hay inconvenientes y riesgos. El doctor ha citado algunos, como los errores médicos, la pérdida de confidencialidad, la banalización del acto médico y el control de la demanda de la oferta. Mientras que las limitaciones que se están encontrando los doctores con la telemedicina van dirigidas a la brecha digital, la inversión y formación en ello y los citados aspectos deontológicos y legales.
Ello supone, "con una normalización y estandarización para llevarlo a cabo, nuevos modelos en la asistencia sanitaria: reducción de visitas a urgencias, alta precoz hospitalaria con seguimiento virtual, consultas virtuales estructuradas, servicios de salud virtuales a domicilio y consultas compartidas semi-virtuales, entre otros".
El doctor insiste en que es necesario un marco regulatorio general para la telemedicina, si bien cada especialidad puede desarrollar aspectos más concretos vinculados a sus particularidades. Ha recordado que el Gobierno ha especificado el desarrollo de un plan urgente de digitalización sanitaria en atención primaria para que se incorpore la telemedicina y la atención telefónica al funcionamiento normalizado de los centros de salud.