Los nuevos alergoides y adyuvantes aplicados a la inmunoterapia con alérgenos permiten mejorar sus resultados en niños con alergia respiratoria. Es uno de los temas de debate que centrarán el XLIV Congreso de la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP) que se inicia este viernes en ...
Los nuevos alergoides y adyuvantes aplicados a la inmunoterapia con alérgenos permiten mejorar sus resultados en niños con alergia respiratoria. Es uno de los temas de debate que centrarán el XLIV Congreso de la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP) que se inicia este viernes en formato virtual a través de la web https://www.seicapcongresovirtual.com/. En la actualidad se ha comprobado que la duración prolongada de los tratamientos, el coste y los problemas de disponibilidad de los padres para acudir a las citas médicas son tres factores que dificultan la adherencia a la inmunoterapia. Desde SEICAP se insiste en que la inmunoterapia es el único tratamiento etiológico de la alergia respiratoria, que en la actualidad se disponen de vacunas seguras y eficaces y que su administración precoz y el cumplimiento del tratamiento pueden frenar la progresión de la enfermedad y su evolución a asma.
Un trabajo reciente publicado en Allergology International confirma que el desarrollo de extractos alergénicos modificados y el uso de moléculas adyuvantes pueden acortar la duración del tratamiento y posiblemente reducir los inconvenientes asociados a la inmunoterapia.
En la actualidad la inmunoterapia con alérgenos se ofrece a niños con rinitis alérgica moderada-grave y/o asma controlada a partir de los 5 años de edad y tiene una duración media de cinco años. "Su calidad, eficacia, seguridad y tolerabilidad de la son de primordial importancia. A día de hoy, contamos con vacunas seguras y eficaces que nos permiten controlar la alergia respiratoria de los niños y evitar que la inflamación de la mucosa respiratoria sea mayor", subraya la doctora Montserrat Álvaro, vicepresidenta de SEICAP. Su indicación debe incluir una adecuada evaluación del riesgo-beneficio en la que hay que tener en cuenta la adherencia del niño al tratamiento y una adecuada selección de la vacuna.
A día de hoy las dos modalidades convencionales de administración de inmunoterapia con alérgenos son la vía subcutánea y la sublingual, que tienen buenos perfiles de seguridad y eficacia, y que implican períodos prolongados de tratamiento para lograr un beneficio duradero. "Su uso está generalizado, y su eficacia está más que demostrada pero para mejorar algunas limitaciones se están desarrollando nuevos enfoques para hacer que la inmunoterapia sea aún más efectiva, segura y adaptada a los pacientes. Es el caso de los nuevos adyuvantes que pueden ayudar a mejorar la respuesta inmunológica disminuyendo el riesgo de efectos secundarios", sostiene la doctora Álvaro.
Según un trabajo publicado este mes en Allergy and Asthma Proceedings entre los nuevos enfoques sobre los que se está trabajando se incluye el uso de vías de administración alternativas, el empleo de nuevos adyuvantes, productos biológicos o probióticos; así como la introducción de tabletas de inmunoterapia sublingual. La definición de los patrones de sensibilización de los pacientes a alérgenos mayores y menores y los contenidos en extractos de alérgenos ayudan a una mejor respuesta al tratamiento.
Tratamiento del asma grave
Durante el congreso de SEICAP también se abordarán los nuevos tratamientos para el asma grave y se dedicará una mesa para presentar la Guía Gema 5.0 en cuya elaboración ha participado SEICAP. Entre un 2 y un 5% de los pacientes con asma permanecen no controlados a pesar de un importante esfuerzo terapéutico. En este sentido, habrá que distinguir entre los niños con asma grave difícil de tratar y asma grave resistente al tratamiento. "En estos casos se están obteniendo buenos resultados con los tratamientos biológicos, y entre los utilizados para asma grave se sitúan los anticuerpos monoclonales (mAb)", indica el doctor Jaime Lozano, miembro del Grupo de Trabajo de Alergia Respiratoria y Asma de SEICAP. Los mAb son anticuerpos dirigidos contra moléculas del sistema inmune (inmunoglobulina E [IgE], interleucinas [IL] o sus receptores) que participan de forma activa en la fisiopatología del asma, por lo que su bloqueo conlleva una mejoría clínica de los pacientes.
Antes de iniciar un tratamiento biológico en un niño con asma grave, "será preciso confirmar el diagnóstico e identificar los posibles factores modificables, como puede ser la adherencia al tratamiento o la técnica inhalada, así como otros que puedan estar influyendo en el mal control del paciente, como la presencia de comorbilidades o la exposición continua a los alérgenos o al humo del tabaco. Si a pesar de todo esto sigue existiendo un mal control de la enfermedad, entonces será el momento de estudiar las circunstancias del paciente para valorar la indicación de un tratamiento biológico", afirma el doctor Lozano.
En la actualidad hay aprobados para su uso en el asma grave pediátrica en niños a partir de 6 años dos tratamientos biológicos: omalizumab y mepolizumab. Mepolizumab, que bloquea la citoquina IL-5, proporciona beneficios clínicamente significativos, tal y como se desprende de un estudio reciente publicado en The Journal of Allergy and Clinical Inmunology. "Parece que las terapias dirigidas a las citoquinas permiten reducir el número de exacerbaciones de asma y un mejor control de los síntomas y de la función pulmonar en niños con asma grave", explica el doctor Lozano.