En las últimas décadas se ha demostrado que mediante el uso del Big Data y la inteligencia artificial se han logrado grandes avances en el campo de la investigación y de la salud. El proyecto BISEPRO, iniciativa liderada por la Unidad Multidisciplinaria de Sepsis del Hospital Universitario Son Llàtzer de ...
En las últimas décadas se ha demostrado que mediante el uso del Big Data y la inteligencia artificial se han logrado grandes avances en el campo de la investigación y de la salud. El proyecto BISEPRO, iniciativa liderada por la Unidad Multidisciplinaria de Sepsis del Hospital Universitario Son Llàtzer de Palma de Mallorca, "está basada en el uso de la IA para predecir y ayudar, tanto en la toma de decisiones de ámbito de diagnóstico y terapéutico, en enfermos con sepsis", explica Dr. Marcio Borges, coordinador de la Unidad de Sepsis del Servicio de Medicina Intensiva del Hospital Son Llàtzer, coordinador Nacional del Código Sepsis y asesor externo de la OMS (Organización Mundial de la Salud).
BISEPRO, mediante la utilización de un algoritmo, permite a los profesionales sanitarios una aplicación más temperada de las medidas terapéuticas. En palabras de Borges, "se hace una detección precoz de la sepsis, es decir, ser más rápidos en el resultado de las respuestas del individuo frente a una infección causada por una bacteria, un hongo o un virus, como es el Covid-19 ̈. Asimismo, añade que, ̈"la mayoría de los estudios con el uso de IA en la atención de la sepsis se están realizando en Estados Unidos y los resultados son excelentes". Explica que "se está mejorando nítidamente en la acción exclusivamente humana. En resumen, hay una mejora en la detección de sepsis, comparándolo con la atención clínica habitual".
La aplicación del Código Sepsis en España
Borges recalca que ̈"existen grandes y buenas experiencias en cuanto a la utilización de IA en la actual pandemia. Un ejemplo es el análisis de las imágenes de las radiografías, así como orientar el tratamiento a los enfermos con coronavirus". En relación al uso de la inteligencia artificial con la detección del Covid-19, hace hincapié en que "el uso de la IA se puede abarcar en otras patologías como enfermedades genéticas, crónicas (cáncer o diabetes), gestión sanitaria, investigación de fármacos, etc."
Se estima que un total de 17.000 muertes en España se deben a la sepsis y en consecuencia de la pandemia, las cifras han aumentado. "La mortalidad de 17.000 es la estimada, considerando los casos registrados en España, pero sabemos que existe un claro infra-diagnóstico de la sepsis, no solo en España, sino en todo el mundo. La pandemia ha multiplicado la mortalidad en general, y la inmensa mayoría de los enfermos que fallecen de Covid-19 mueren por la sepsis generada". En relación a la cifra de fallecimientos, Borges solicita un cambio debido a que "se utilizan los registros de alta hospitalaria (CIE-9 o CIE-10) y el gran problema es la incorrecta codificación de sepsis como procesos clínicos. La cifra no es exacta tanto en casos y en muertes, aunque se estima que hay entre 3 a 5 casos de sepsis por cada 100.000 habitantes al día".
"El Código Sepsis fue construido por un programa creado en España en 2012 y fue exportada a otros países", comenta Borges y describe que, gracias a la "base de carácter multidisciplinar, se han unido diferentes sociedades científicas, administraciones públicas, gestores y expertos sanitarios de diferentes campos, para crear y mejorar la atención en sepsis y, con ello, disminuir su mortalidad". Con el Código Sepsis, se realiza una actualización cada 15-30 minutos de la evaluación de todos los pacientes y, cada vez que se detecte un posible caso de sepsis, se envía una alerta: "En el hospital en el que trabajo, la mortalidad antes de iniciar el Código sepsis en 2005 era del 37% y en los últimos años es alrededor del 12-13% al año. Otros hospitales como el Hospital La Princesa en Madrid, Clínico en Madrid y el Hospital Universitario de Burgos ya lo están aplicando, y están consiguiendo una medicina personalizada para detectar un proceso clínico que es tiempo-dependiente como el infarto agudo de miocardio o ictus, donde cada minuto cuenta. Por cierto, ambos tienen un Código instaurado en España".
Los problemas de integración de la IA en la medicina
Solamente cinco comunidades autónomas aplican el Código Sepsis. Tal y como indica Borges, "en España no hay una verdadera implantación de la IA en los hospitales por la falta técnica de la aplicabilidad, la falta de conexión entre los clínicos, gestores sanitarios y expertos en IA; además de la falta de inversión en nuevas tecnologías en sanidad". Borges apunta al problema de la falta de IA en España en consecuencia a que "la medicina es una de las ramas de la ciencia que tiene mayor retraso, debido al miedo de cómo cambiarán las cosas. Es necesario que tanto gestores como clínicos estén convencidos de que estos cambios son seguros y que ayudarán a la mejora de la atención y el resultado de los enfermos".
"La población quiere que se resuelvan sus problemas sanitarios, que exista una medicina más eficaz y, por supuesto, una mejora de los tratamientos. Por lo tanto, puedo afirmar que la sociedad está preparada para una medicina donde esté incluida la IA", reflexiona Borges, e indica que quizás el mayor problema se encuentra en "la resistencia de los gestores y los clínicos, por el cambio radical que ocasionarán. Pero su implementación es inevitable, porque estamos en un mundo tecnológico, que incluye por supuesto la medicina".
Saturación en la sanidad pública
Madrid, Aragón y Castilla y León son las regiones con las UCI más saturadas por coronavirus. "Todas las administraciones han incluido todas las potenciales camas de UCI, lo que aumenta de forma muy significativa las camas reales abiertas en España", afirma Borges tras asegurar que "los datos de ocupación de UCI (20%) que ofrece el Ministerio no son reales".
"Madrid tiene una capacidad normal de unas 450 a 500 camas de UCI y llegaron a las 1.500, aprovechando todos los recursos posibles", justifica y expone que uno de los problemas son que "estas potenciales camas de UCI, en la mayoría de las veces, no tienen los recursos humanos necesarios, es decir, de médicos intensivistas (aunque varias especialidades, principalmente, anestesiólogos han sido claves para ayudar la atención de los enfermos críticos en la pandemia), enfermería (un problema muy acuciante), auxiliares o celadores¨.
Borges es doctor en el Hospital de Son Llàtzer, en Palma de Mallorca, y reseña que, "aunque hemos tenido semanas muy duras en la segunda ola, en la planta de hospitalización hubo un gran aumento del trabajo que se pudo hacer sin ningún problema". Comenta que la dificultad se localizó en "la UCI, donde tuvimos problemas por falta de personal, principalmente de enfermería, coincidiendo con las vacaciones. Esto limitó la posibilidad de ampliar las camas de UCI. ̈ No hay soluciones mágicas ante problemas de planificación, organización, falta de personal sanitario, y poca visión. Hay que prepararse ante esta pandemia y sus olas, desde un punto de vista nacional y por comunidades autónomas", corrobora.
Borges propone medidas como que "exista una mayor participación de los expertos sanitarios en la toma de decisiones, una mejora en la transparencia de recursos e información, anticipación real de los futuros brotes, una financiación específica para la pandemia, planificar medidas de seguridad para la población y los sanitarios, evitar duplicidad de esfuerzo y gastos, unificar criterios de acción, educar a la población y usar la tecnologías para mejorar la atención médica".
¿España tendría que centralizar la sanidad?
"Aunque la sanidad en España esté descentralizada, en mi opinión, para poder hacer una adecuada medicina frente a esta pandemia, debemos tener procesos sanitarios comunes y no solo restricciones a un barrio, ciudad, comunidad o región", razona Borges en relación a la nuevas medidas sanitarias que se han ido aplicando en España e interpreta estas medidas como algo contradictoria debido a que "una persona puede venir de Chile en 13 horas a España, es decir, las restricciones sanitarias no pueden ser nacionales, tienen que ser europeas e incluso mundiales".
Borges recuerda que habría que hacer una evaluación de "las decisiones que se han tomado en Italia, siendo un país donde la primera ola dio datos alarmantes tanto de casos y de mortalidad". Señala que "se puede hacer una comparación entre España e Italia por los datos demográficos, económicos, sanitarios (tiene descentralizado el modelo sanitario) y el papel del turismo en la economía". Por lo tanto, el doctor ve alarmante que "en Italia en la segunda ola exista una menor incidencia en mortalidad. Sería interesante promover reuniones con responsables sanitarios para aprender, de esta manera se puede afirmar el frágil papel sanitario e impacto de la Unión Europea en la lucha contra la pandemia".
La llegada de la vacuna
La verdadera batalla es la localización de la vacuna contra el Covid-19. Borges considera que "estamos siendo demasiado optimistas con la vacuna. Hay una mezcla de deseo y de realidad que en ciencia no suele ser algo muy positivo". En palabras del doctor, "los plazos de las vacunas han sido acortados, como nunca antes en la historia de la medicina. Esto es prometedor, pero tiene muchos riesgos como la propia eficacia o efectos secundarios"
"¿Cuántas personas podremos vacunar en el menor período de tiempo?", considera Borges y responde que "la pregunta clave es saber cuál será la eficacia que tendrá la vacuna y si es eficaz, cuánto tiempo podrá inmunizar a la población durante semanas, meses (lo más previsible según estudios) o años (menos probable)?".
Sanidad vs Política
La entrevista finaliza con la preguntasobre cómo será el futuro y si la política tendría que escuchar a la sanidad para luchar ante nuevas pandemias. Según Borges, "estamos ante el mayor impacto sanitario global, que cambió la forma de vida de todos. Por eso es necesario que los políticos cambien su forma de ver y valorar la sanidad, aunque lo veo francamente complicado". Borges añade que "la pandemia detectó los enormes agujeros como la falta de personal sanitario, de recursos, de camas, de un sistema de medicina primaria obsoleto, contratos precarios y algunas veces humillantes, además de una medicina pública barata, basada en sueldos inferiores respectos a otros países europeos".