En las XV Jornadas de Evaluación y Gestión en Salud de la Fundación Signo, se celebró este jueves la mesa redonda ¿Qué debe cambiar en la organización sanitaria después del Covid-19?, moderada por Olga Pané, gerente del Hospital del Mar. Afirmó que estamos metidos de lleno en la segunda ola y que hay que ver las lecciones aprendidas de la primera ola. Sostuvo que se ha evidenciado "ese papel de nuevo central del Ministerio de Sanidad". Se preguntó si el Ministerio debería reforzar su estructura o potenciar la relación del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Sanidad (SNS).

Intervinieron José Martínez Olmos, exportavoz del PSOE en la Comisión de Sanidad de Congreso y profesor de la EASP; Manel del Castillo Rey, director gerente de Hospital Sant Joan de Déu, y Jordi Varela, consultor especializado en Gestión Clínica. Martínez Olmos consideró que la gestión de la pandemia está condicionada por las estructuras del Ministerio de Sanidad y de las consejerías y por las personas que están en las instituciones. "Para entender lo que tiene que hacer el Ministerio, hay que entender que la pandemia obliga a dar cuentas a los ciudadanos, pero al mismo tiempo tiene que hacerlo gestionando de manera que haga posible una cogobernanza", reflexionó. Es, según sus palabras, "un equilibrio muy difícil". El Ministerio de Sanidad "necesita un refuerzo de profesionales de Salud pública", porque en los últimos años se ha descapitalizado y porque hay que adaptarse a las necesidades actuales. Rememoró que la gestión de la crisis del Ébola todo se hizo "por consenso". Para él, el tema de las Oficinas de Farmacia requiere una reflexión, puesto que pueden tener un papel de prevención y habría que analizar su papel en la situación postpandémica, puesto que, como otras profesiones, tienen mucho que aportar.

Del Castillo Rey señaló que ha habido una "respuesta profesional extraordinaria" durante la pandemia. ¿Por qué ha pasado esto y qué podríamos hacer para que parte de esta actitud tan versátil y de compromiso quedamos? Opinó que se "ha recuperado el perfil más profesionalista de los profesionales, en contra de una creciente proletarización de los profesionales". Añadió que hay elementos que a un profesional le llenan: tener un propósito claro, tener autonomía ("se ha podido trabajar sin trabas burocráticas") y el reconocimiento. También liderazgo por parte de los profesionales y de los gestores. Insistió en la autonomía para poder hacer cosas. "Si algo de esto pudiera quedar, algo bueno habría traído la pandemia", expresó. La coordinación entre niveles "nos suena de ir hablándolo desde hace mucho tiempo". La coordinación no depende de la titularidad, sino de que haya incentivos para hacerlo. Por ejemplo, si se paga por resultados en salud de personas diabéticas, hace falta esa coordinación.

Por su parte, Varela indicó que se ha tenido más capacidad para tomar decisiones y avaló el trabajo de los equipos multidisciplinares, especialmente en las UCI. En la complejidad crónica, fragilidad, vulnerabilidad, "la que nos está llenando las plantas de hospitalización" hay tendencia a trabajar por estamentos, de forma fragmentada. Hay que trabajar la lección de diferentes especialistas trabajando en los equipos Covid-19 para la atención de la fragilidad. Es decir, organizarse por "necesidad de los pacientes".

En la mesa redonda Nuevos retos en la integración de los sectores social y sanitaria; Esteve Picola, consejero delegado de Mutua de Terrassa, explicó cómo funciona su sistema. Juan José Afonso, director provincial Provincia Bética San Juan de Dios, comentó que ellos no tienen ningún dispositivo en Atención Primaria. Trabajan con concertados de Administraciones Públicas. Las personas asistidas son el centro de interés de sus programas. Recordó que los equipos tienen que ser "solventes y bien manejados". Para eso, la fórmula es la de un centro multifuncional, en que el se puedan atender patologías.