Es hora de darles a la Epidemiología y a la Salud Pública la importancia que se merecen. Sobre ello ha versado el IM Meetings organizado IM Médico celebrado este jueves 11 de marzo bajo el título Reinventando la Salud Pública y la Epidemiología en tiempos de cambio y que ha ...
Es hora de darles a la Epidemiología y a la Salud Pública la importancia que se merecen. Sobre ello ha versado el IM Meetings organizado IM Médico celebrado este jueves 11 de marzo bajo el título Reinventando la Salud Pública y la Epidemiología en tiempos de cambio y que ha contado con la participación de Óscar Zurriaga, vicepresidente de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE); José Luis Alfonso, jefe del Servicio de Medicina Preventiva del Consorcio Hospital General Universitario de Valencia y Antoni Serrano, Adjunto a la Dirección de Salud Mental del Parc Sanitari Sant Joan de Déu.
Urge una visión de futuro
"Llevamos mucho tiempo caminando, por lo que tenemos mucha experiencia. Los servicios de salud pública tienen más de un siglo en nuestro país. En los años 80 todas las CCAA reforzaron los servicios de salud pública y lo han seguido haciendo, aunque con algunos altibajos". Así ha empezado su intervención Óscar Zurriaga, vicepresidente de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE).
Pero todo ello implica cansancio, porqué si las `botas´ no son las apropiadas, el camino se hace con más dificultad. Pero, realmente, ¿las botas (recursos humanos, estructura, normativa y consideración) son las apropiadas? Según Zurriaga, los recursos humanos dedicados a la vigilancia en Salud Pública, "nunca han sido excesivamente boyantes en cuanto a cantidad. En nuestro país desde luego no. Además, la formación es muy heterodoxa. Aunque en los últimos años se han estabilizado los másteres universitarios en salud pública, la formación adolece de una homogeneidad que nos permita disponer de un personal que pueda cubrir los ámbitos necesarios". Sin olvidar el factor de la remuneración: "En los ámbitos de la administración sanitaria funcionarial, la remuneración ha sido diferente a la de otros compañeros situados en el ámbito más asistencial. Algunos no tienen reguladas las guardias o los tiempos extra, es un aspecto que no se ha solucionado en la mayor parte de este país. Sigue en manos de voluntarismo y la vocación. Pero debería estar reconocido", ha reflexionado el vicepresidente de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE).
En cuanto a la estructura, Zurriaga ha explicado que se suelen encontrar dentro de la Administración, en las direcciones generales de salud públicas. En algunos sitios son servicios, subdirecciones…. "Son una parte más de la estructura, no es la parte fundamental, no recibe suficientes recursos. Los decisores suponen que esta estructura va a responder en los momentos de crisis. Todo ello se traduce en una heterogeneidad que lleva a una situación muy variopinta. Hay algo que ha quedado sin resolver en el encaje de la estructura en nuestro país". Y ha incidido en la normativa: "necesitamos que las normas que hay se desarrollen de la mejor manera, de un modo apropiado. Por ejemplo, de la Ley General de salud pública de 2011 queda mucho por desarrollar, y si no vale, que se haga una nueva. Nos deja huérfanos en muchos aspectos".
Zurriaga también ha denunciado la falta de consideración institucional que reciben y ha reflexionado sobre si se ha llegado a un punto de inflexión. Cree que sí, y que la pandemia ha jugado un papel fundamental en ello, pero también el desinterés de los decisores o la visión principalmente asistencial. Con todo, "no hay políticas de inversión de futuro y escasa cultura de evaluación de riesgo frente a crisis, también falta valoración del trabajo que se realiza a diario".
Pero, ¿Cómo seguir a partir de ahora? "Es necesaria una visión de futuro que procure anticiparse a los problemas que vendrán. Va a ser fundamental que los Recursos humanos sean suficientes y formados y remunerados". Sin olvidar que "hay que pensar en las Crisis, no en las enormes, sino las del día a día, en las alertas, en la vigilancia de salud pública. En las tareas imprescindibles, pero menos vistosas, aunque absolutamente imprescindibles", ha añadido Zurriaga. Y para lograrlo, es imprescindible apostar por "la ciencia, la transparencia, la información y la comunicación, la equidad poblacional, el desarrollo y la ejecución tecnológica y la mirada poblacional". Sin olvidar la coordinación y la cooperación, que es "fundamental. Sin ello, difícilmente vamos a poder seguir adelante adecuadamente".
En primera línea
La Salud Pública es "el esfuerzo organizado de la sociedad, principalmente a través de sus instituciones de carácter público, para mejorar, promover, proteger y restaurar la salud de las poblaciones por medio de actuaciones de alcance colectivo". Así ha empezado su intervención José Luis Alfonso, jefe del Servicio de Medicina Preventiva del Consorcio Hospital General Universitario de Valencia, que se ha centrado especialmente en la Medicina Preventiva y Salud Pública en hospitales y centros sanitarios, y cuyas áreas de actividad se basan en "la vigilancia, prevención y control de la infección nosocomial. Higiene y saneamiento; esterilización; vacunación y medicina preventiva clínica; epidemiología clínica; calidad asistencial; docencia e investigación y cooperación en programas de salud pública".
Y es que, la vigilancia y control (brotes epidemiológicos), implica conocer el material y dar ejemplo de cómo se utiliza: "Con la pandemia del Covid-19 nos ha tocado estar ahí, in situ, hacer el ejercicio práctico de coger los EPIs correspondientes y explicar a los médicos como colocarlos, como gestionar los residuos… Hemos estado, estamos y estaremos en primera línea definiendo las medidas y comprobando nosotros mismos que eran efectivas". "Hemos estado de lunes a domingo, trabajando todo el tiempo requerido. Y en las UCIs también hemos establecido medidas y mediciones que había que mantener. Hemos puesto además del saber, la responsabilidad y nuestra propia preparación. Pero también somos socio sanitarios: hicimos controles continuos en residencias y en cárceles".
Pese a todo, la situación no a cambiado: "Carecemos de medios, nos falta un interlocutor válido en las direcciones e instituciones…. Creo que nuestra formación está preparada para más aspectos, no solamente el control de la epidemia. En 30 años, todos los centros han evolucionado, pero nosotros hemos sido los grandes olvidados, pero a pesar de ello hemos seguido siempre trabajando, por encima de cualquier condición personal". "Si queremos tener una Salud Pública de verdad y una Medicina preventiva de verdad, haría falta repensar los aspectos presupuestarios. Es necesario que se entienda `de verdad´, `de verdad´, que más vale prevenir que curar", ha apostillado Alfonso.
Objetivo: mejorar los servicios
Los servicios públicos de salud fueron creados en el siglo XX con un objetivo muy claro que se ha visto superado gracias a su éxito: "Ahora nos encontramos con una población aumentada y envejecida, las patologías se han cronificado y el sistema sanitario se ha vuelto más complejo, cada vez participan más actores en una patología única. Asimismo, se ha incrementado el conocimiento científico y el gasto sanitario, que cada vez es más tenso", ha reseñado Antoni Serrano, Adjunto a la Dirección de Salud Mental del Parc Sanitari Sant Joan de Déu.
A modo de ejemplo, Serrano ha mostrado los Objetivos del Sistema Nacional de Salud, "donde se habla de intentar proveer una atención integral donde pueda participar la ciudadanía, retener los profesionales o incorporar la innovación, todo ello con cooperación y coordinación". Con todo, el logro de dichos objetivos exigirá un paradigma de cuidados más preventivo, poblacional, predictivo, proactivo y de la manera más personalizada posible.
También ha mostrado el documento 30+Medidas para fortalecer el sistema de salud, realizado por el Comité de Expertos para la Transformación del Sistema Público de Salud, "donde a través de ocho bloques se sugieren medidas en pro de la mejora del sistema sanitario. En definitiva, poner la salud en todas las políticas y ser capaces de tener herramientas de vigilancia epidemiológica para tomar decisiones de la manera más acertada posible".
Pero, ¿cómo tenemos que desarrollar estos nuevos servicios para atender a la población? Para Serrano, hay cuatro líneas madre que hay que seguir: "Todo servicio nuevo tiene que mejor la atención al paciente, tiene que mejorar los resultados, tiene que ser más eficiente que lo que ahora tenemos y tiene que mejorar la experiencia del paciente. Para lograrlo, hay que tener en cuenta le legislación y la ética, los daros, la conectividad, el análisis y la planificación del futuro".
En esta línea, "hay que pasar del análisis de los datos individuales a los datos colectivos, con grandes bases de datos que de forma longitudinal. Tenemos que saltar de los datos de gestión o administrativos, que son muy importantes, pero tenemos que ayudarnos de estos datos para personalizar la atención lo máximo posible. También hay que pasar de los datos retrospectivos a los predictivos, que nos ayudarán a tomar decisiones más acertadas, así como pasar de datos tomados por los profesionales a datos reportados por los pacientes, que cuenten sus objetivos y sus experiencias".
Para acabar, Antoni Serrano se ha centrado en el CIBERESP (Consorcio de Investigación Biomédica en Red de Epidemiología y Salud Pública), de que forma parte: "tenemos siete programas científicos, 50 grupos de investigación y 34 instituciones consorciadas". Y ha mencionado tres proyectos: MCC-Spain y Genrisk, Dianasalud y BIBLIOPRO, todos ellos basados en la importancia del análisis de datos y en el objetivo de poner el paciente en el centro.