La rehabilitación cardíaca (RC) es un programa multidisciplinar de prevención global y a largo plazo de las enfermedades cardiovasculares. Estos programas de RC, que gozan de la máxima evidencia científica, ofrecen mejoras significativas en la respuesta funcional del paciente, incluyendo su capacidad de ejercicio, control de los factores de riesgo, ...
La rehabilitación cardíaca (RC) es un programa multidisciplinar de prevención global y a largo plazo de las enfermedades cardiovasculares. Estos programas de RC, que gozan de la máxima evidencia científica, ofrecen mejoras significativas en la respuesta funcional del paciente, incluyendo su capacidad de ejercicio, control de los factores de riesgo, educación y autocuidado, integración social y bienestar psicológico.
Según diversas investigaciones, esta práctica asistencial puede llegar a reducir la morbilidad y mortalidad en más de un 40% por enfermedad cardíaca y disminuir el riesgo de problemas cardíacos futuros. Sociedades científicas como la Sociedad Europea de Cardiología, la American Heart Association (Asociación Estadounidense del Corazón) y el American College of Cardiology (Colegio Estadounidense de Cardiología) recomiendan, de esta forma, los programas de rehabilitación cardíaca.
También lo corrobora la Sociedad Española de Cardiología, a través de la presidenta de la Asociación de Riesgo Vascular y Rehabilitación Cardíaca, la cardióloga Raquel Campuzano, a su vez, coordinadora de la Unidad de Rehabilitación Cardiaca del Hospital universitario Fundación Alcorcón, para quien "no existe ningún tratamiento que mejore tanto el pronóstico de la enfermedad cardiovascular".
Precisamente, la SEC editó en 1994, de la mano del, por entonces, recién creado Grupo de Trabajo de Rehabilitación Cardíaca, el primer documento en el que se establecieron los diferentes aspectos básicos de la RC: indicaciones, fases, actuaciones, profesionales y medios materiales necesarios.
En la actualidad, los objetivos de dichos programas incluyen establecer un plan para mejorar la capacidad funcional a través del ejercicio físico, controlar los factores de riesgo cardiovascular, educar en el conocimiento de la patología y autocuidado y con todo ello mejorar el pronóstico de la patología cardíaca y la calidad de vida.
El equipo que participa en un programa de RC suele estar integrado por un cardiólogo, un rehabilitador, personal de enfermería, un fisioterapeuta, un psiquiatra y un psicólogo. Además, colaboran en muchas unidades un urólogo, un nutricionista, un farmacéutico, un neumólogo, un médico de Atención Primaria y un trabajador social.
Con todo este equipo, explica la Dra. Campuzano, "se van a cubrir una serie de aspectos fundamentales, entre otros, la promoción del ejercicio físico de forma personalizada; educación para la salud, para que el paciente sepa, por ejemplo, qué es un infarto o un episodio de insuficiencia cardíaca, qué tratamiento necesita; qué dieta debe hacer; el control del tabaquismo, aspecto este en el que también participa su entorno familiar".
A ello se añade el control de los principales factores de riesgo cardiovascular tales como el abandono del tabaquismo, el control del colesterol, la presión arterial, la obesidad y la diabetes, junto con un abordaje psico-social en el que se incluyen aspectos psicológicos, familiares, laborales y económicos además, es fundamental la participación del entorno fa[1]miliar del paciente. El conjunto de todos estos factores puede contribuir a una reducción de la morbi-mortalidad del paciente que participa en esta actividad al menos del 40-50%.
Ventajas de la rehabilitación cardíaca
De acuerdo con la Dra. Campuzano, "cualquier paciente que haya tenido un evento cardiovascular tendría que realizar un programa de rehabilitación cardíaca".
Y es que este modelo preventivo puede ayudar a cualquier persona que haya tenido enfermedad coronaria (infarto, angina o implante de algún stent); insuficiencia cardíaca; cirugía del corazón o de las válvulas cardíacas; o trasplante de corazón. Tras un Implante de marcapasos o desfibrilador automático implantable, en arteriopatía periférica, o cualquier persona con factores de riesgo cardiovascular puede también beneficiarse.
Uno de los principales beneficios de los programas de RC es la mejora de la calidad de vida; disminuir el riesgo de sufrir un ataque cardíaco por primera vez o repetir; realizar las tareas cotidianas más fácilmente; aumentar el nivel de actividad y mejorar la forma física; aprender a llevar una dieta saludable para el corazón; perder peso; dejar de fumar; bajar la presión sanguínea y el colesterol; mejorar el control del azúcar en la sangre; reducir el estrés; y disminuir el riesgo de fallecer por una afección cardíaca. Además, desde el punto de vista económico, según se recoge en el documento reciente de la SEC "Unidades y Procedimiento de Rehabilitación Cardiaca", se ha demostrado que disminuye el gasto a través de un menor índice de reingresos, menor consumo de fármacos y de pruebas complementarias, y una mayor tasa de reincorporación laboral. Por tanto, se considera una actuación coste-efectiva.
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