Los pacientes que padecen un trastorno del comportamiento del sueño REM tienen un flujo sanguíneo alterado en el cerebro, lo que puede provocar una falta de oxígeno en el tejido cerebral. A largo ...
Los pacientes que padecen un trastorno del comportamiento del sueño REM tienen un flujo sanguíneo alterado en el cerebro, lo que puede provocar una falta de oxígeno en el tejido cerebral. A largo plazo, esto puede causar síntomas de la enfermedad de Parkinson.
Así lo demuestran investigadores de la Universidad de Aarhus y el Hospital Universitario de Aarhus tras examinar si el trastorno del sueño RBD, que también se conoce como trastorno del comportamiento del sueño de movimientos oculares rápidos, puede ser un signo temprano de la enfermedad de Parkinson.
"Podemos ver complicaciones en los vasos sanguíneos pequeños del cerebro en pacientes con RBD, aunque estos pacientes no tienen ningún síntoma y el cerebro no muestra otros signos de enfermedad", según Simon Fristed Eskildsen, responsable del estudio.
Los responsables de dicha investigación consideran que los mismos procesos patológicos que causan trastornos del sueño también afectan la capacidad de controlar el flujo sanguíneo en el cerebro, lo que puede provocar una falta de oxígeno en el tejido cerebral. Con el tiempo, esto degradará gradualmente el tejido cerebral y puede provocar síntomas de la enfermedad de Parkinson.
Monitorización del sueño
Los cambios en el cerebro están asociados con una reducción de los neurotransmisores, lo que significa que los nervios del cerebro tienen problemas para controlar los vasos sanguíneos.
"Un tratamiento médico sería capaz de restaurar el neurotransmisor y el control de los vasos sanguíneos, ayudando así a mantener la función cognitiva de los pacientes que presentan signos tempranos de la enfermedad de Parkinson", explica el investigador.
Participaron en el estudio veinte pacientes con RBD de 54 a 77 años y 25 sujetos de control sanos de 58 a 76 años, que fueron monitoreados en un laboratorio del sueño, donde se midieron su EEG (actividad eléctrica en el cerebro), EOG (movimientos oculares), EMG (actividad muscular) y ECG (actividad eléctrica en el corazón) durante el sueño.
"Los pacientes y los sujetos de control fueron evaluados cognitivamente y escaneados por resonancia magnética, y los resultados revelaron un flujo sanguíneo bajo y alteraciones del flujo en los vasos sanguíneos pequeños del cerebro en los pacientes en comparación con el grupo de control. En los pacientes, estas alteraciones del flujo observadas en la corteza cerebral se asoció con la comprensión del lenguaje, la construcción visual y el reconocimiento; esto también se asoció con un rendimiento cognitivo reducido ", indica otra de las autoras del estudio, Nicola Pavese.
Las investigaciones se centrarán ahora en averiguar si el flujo sanguíneo reducido en el cerebro se deteriora con el tiempo y cómo está relacionado con los síntomas de la enfermedad de Parkinson. La esperanza es que sea posible utilizar el método para predecir la enfermedad en pacientes con trastornos del sueño para luego prevenir los síntomas en una etapa temprana.