La Federación Internacional de Diabetes (IDF, por sus siglas en inglés) calcula que en 2019 había en todo el mundo 463 millones de personas que padecen diabetes, una cifra que las proyecciones apuntan a que en 2030 será de 578 millones y a que en 2045 se alcanzarán los 700 ...
La Federación Internacional de Diabetes (IDF, por sus siglas en inglés) calcula que en 2019 había en todo el mundo 463 millones de personas que padecen diabetes, una cifra que las proyecciones apuntan a que en 2030 será de 578 millones y a que en 2045 se alcanzarán los 700 millones, lo que supone un incremento del 51% con respecto a 2019. Esto se traduce a su vez en que la enfermedad tiene un enorme impacto económico, lo que obliga a afinar en la elección de los tratamientos que sean más coste-efectivos.
En este aspecto, el agonista del receptor del péptido similar al glucagón tipo 1 (GLP-1), semaglutida sc, ha mostrado una mejor relación coste-efectividad para combatir la diabetes tipo 2 (DM2) que otras alternativas como sitagliptina o dulaglutida. Con la irrefrenable tendencia al alza que muestra esta patología, los gastos que lleva asociados presentan a su vez un crecimiento paralelo y constante, tal y como refleja el Atlas de la Diabetes de la IDF: si en 2007 el coste directo (incluyendo todos los casos) fue de 232.000 millones de dólares en todo el mundo, la cifra alcanzó los 727.000 millones en 2017 y, en base a proyecciones que la propia IDF considera conservadoras, se calcula que alcanzará los 825.000 millones en 2030 y los 845.000 millones en 2045. A esto, además, hay que sumar unos costos indirectos que incrementan un 35% la factura final.
Teniendo en cuenta que los sistemas de salud disponen de presupuestos limitados, es fundamental elegir terapias que sean eficientes, es decir, que aporten mayores resultados en salud con menores costes asociados. Con este punto de partida, dos estudios publicados han analizado la relación coste-efectividad tanto a corto plazo (Vidal J., et al 2020) como a largo plazo (Martin V., et al 2020) de semaglutida sc semanal (0,5 mg y 1 mg) frente a otras opciones terapéuticas. En concreto, frente a otro agonista del receptor del GLP-1 (dulaglutida 1,5 mg) y frente a un inhibidor de la dipeptidil peptidasa 4 (DPP4) (sitagliptina 100 mg).
El estudio (Vidal J, et al 2020), que aborda la relación coste-efectividad de semaglutida sc semanal a corto plazo, evalúa el coste anual derivado de conseguir el control en pacientes con DM2 tratados con semaglutida sc, sitagliptina y dulaglutida, mediante la medición de tres objetivos clínicamente relevantes en DM2: control glucémico (HbA1c<7%), control glucémico (HbA1c<7%) sin aumento de peso y sin hipoglucemias, y reducción de HbA1c ≥1,0% y ≥5,0% de pérdida de peso.
Respecto a la comparación frente al tratamiento con sitagliptina, la conclusión del mencionado estudio es que semaglutida sc, con ambas dosis (0,5 mg y 1 mg), se asoció con costes anuales sustancialmente más bajos para el objetivo de reducción de hemoglobina glucosilada ≥1% con pérdida de peso ≥5%, y con costes anuales comparables para el objetivo reducción de hemoglobina glucosilada (<7%), sin aumento de peso y sin hipoglucemias (a dosis alta de 1 mg).
En la comparación versus dulaglutida, semaglutida sc, con ambas dosis, presentó costes anuales más bajos para los tres objetivos evaluados.
En conclusión, en este estudio queda demostrado que ambas dosis de semaglutida sc (0,5 mg y 1 mg) semanal se asociaron con costes de control anuales comparables o más bajos frente a sitagliptina al considerar criterios de valoración que incorporan ausencia de hipoglucemia y pérdida de peso unido a control glucémico, y menores costes de control frente a dulaglutida para todos los objetivos evaluados en pacientes con DM2 con control glucémico inadecuado en tratamiento con fármacos orales en España.
Resultados a largo plazo
Este estudio (Martin V, et al 2020) evalúa la relación coste efectividad de semaglutida sc semanal a largo plazo frente a sitagliptina y dulaglutida.
En concreto, este estudio demostró que semaglutida sc aporta mayor esperanza de vida y mayor esperanza de vida ajustada por calidad frente a ambos tratamientos frente a las dos alternativas terapéuticas, en concreto, con una ganancia de 0,11 años de vida ganados -AVG- y 0,11 años de vida ajustados por calidad -AVAC- incrementales frente a dulaglutida, y 0,24 AVG y 0,23 AVAC frente a sitagliptina (a dosis de 1 mg). Los beneficios incrementales en eficacia, destaca el artículo, fueron resultado de que el tratamiento con semaglutida sc dio lugar a una menor incidencia de complicaciones y a un retraso en la aparición de las mismas.
El hecho de que semaglutida sc es un tratamiento más eficaz que reduce la incidencia de complicaciones relacionadas con la enfermedad produce un ahorro de costes desde la perspectiva del pagador de la asistencia sanitaria a largo plazo frente a ambas alternativas. En concreto, un ahorro medio de costes por paciente de 847 € vs dulaglutida y 692 € vs sitagliptina (a dosis 1 mg), siendo especialmente relevante el ahorro de costes relacionado con la reducción de complicaciones cardiovasculares, neuropáticas, úlceras y amputaciones.
Como conclusión final del estudio, semaglutida sc es la alternativa terapéutica que mejores resultados en salud aporta con menores costes asociados para el Sistema Sanitario a largo plazo, siendo la opción dominante frente a ambos tratamientos.
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