Las técnicas de imagen cardíaca, entendidas como un conjunto de herramientas fundamentales para la valoración del paciente cardiológico, han vivido un gran avance en los últimos años lo que ha contribuido a una importante evolución en el diagnóstico de las enfermedades cardiovasculares.

Estos dispositivos se han convertido en esenciales en la toma de decisiones en la cardiología actual al permitir realizar estudios anatómicos y funcionales del corazón y sistema vascular central y periférico, aportando información sobre las alteraciones de los mismos tanto en reposo como en ejercicio. Con ello se obtiene un diagnóstico y tratamiento más preciso para los pacientes, además de una mejor promoción de la salud cardiovascular. No en vano, llegaron a ser calificadas por los editores del `New England Journal of Medicine´ como "uno de los 10 avances más importantes de la medicina en el último milenio".

El mejor conocimiento de la tecnología clásica junto con el descubrimiento de otras nuevas ha permitido extender su utilidad hacia el diagnóstico biológico, funcional y hemodinámico de múltiples procesos fisiopatológicos en el campo de la cardiología. En la actualidad, es fundamental en el manejo de la insuficiencia cardiaca, las valvulopatías, las miocardiopatías, la cardiopatía isquémica, las cardiopatías congénitas, las infecciones de válvulas y dispositivos intracardiacos e intravasculares y en la progresión de la aterosclerosis.

Es, sobre todo, a partir de 2005, cuando se produce una ex- pansión de las técnicas de imagen para optimizar el manejo terapéutico de los pacientes cardiológicos de manera individualizada, a través de la ecocardiografía, la resonancia magnética cardíaca, la tomografía computarizada cardíaca y la cardiología nuclear, entre otras.

Actualmente, una de las herramientas más prácticas, como explica el presidente de la Asociación de Imagen Cardíaca de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y jefe de Sección de Imagen Cardíaca del Hospital La Princesa de Madrid, Dr. Luis Jesús Jiménez Borreguero, es la ecocardioscopia. Se trata "de un aparato sencillo y económico, que puede ser manejado no solo por cardiólogos sino por cualquier otro profesional médico. Desde mi punto de vista, está revolucionando la asistencia cardiológica, supone una auténtica `democratización de la imagen cardíaca´. Si en 2019, sin la ecocardioscopia, se daban de alta a un 18-20% aprox. de pacientes. Ahora, se ha duplicado el número de altas a los que en primera consulta se les ha diagnosticado con esta sencilla técnica".

Para leer el artículo completo descarga el PDF adjunto.