Bajo la premisa de `Una nueva era digital en la Salud Pública´, el XXIV Congreso Nacional de Informática de la Salud, organizado por la Sociedad Española de Informática de la Salud (SEIS), arranca este martes con las sesiones debate de su programa científico. En el encuentro, en el que están representadas ...
Bajo la premisa de `Una nueva era digital en la Salud Pública´, el XXIV Congreso Nacional de Informática de la Salud, organizado por la Sociedad Española de Informática de la Salud (SEIS), arranca este martes con las sesiones debate de su programa científico.
En el encuentro, en el que están representadas tanto la parte tecnológica como la de salud pública, participan Benigno Rosón, subdirector general de Sistemas y Tecnologías de la Información del Servicio Gallego de Salud; Juan José Camacho, director general de Salud Pública de la Consejería de Sanidad del Gobierno de Castilla-La Mancha; Reinhard Wallmann, director general de Salud Pública Consejería de Sanidad de Cantabria; Nicola Lorusso, director general de Salud y Ordenación Farmacéutica Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía; y Marisa Felipe Gil, regional managing drector Dedalus Iberia.
En primer lugar, Benigno Rosón valora cómo han funcionado los sistemas de información para la salud pública durante la pandemia. Bajo su punto de vista, "hemos tenido que adaptarnos todo a una situación nunca vista en un mundo en el que los sistemas de información de salud pública muy probablemente estaban orientados a una tipología de actividad y seguimiento muy distinta a esta".
Uno del los grandes aciertos ha sido "juntar y coordinar bien los dos mundos y aprovechar las herramientas que ya teníamos desplegadas". Por tanto, cree que va a haber "un antes y un después" sobre este tema, "porque se ha demostrando que juntando herramientas, utilizándolas y coordinándolas, esto funciona". "Hemos sido rápidos haciéndolo y lo hemos hecho en todos los campos: montando sistemas que nos han permitido interactuar bien con la ciudadanía. Creo que con todos estos sistemas de comunicación (canales de voz, mensajería, etc.), es la primera vez que llegamos a través de tantos canales a la población", añade.
En definitiva, concluye Rosón "el esfuerzo coordinado entre el ámbito asistencial y la salud pública, más la ayuda de los sistemas de información, ha conseguido que tengamos una buena situación para monitorizar y controlar esta pandemia".
Por su parte Juan José Camacho expone la relación entre los sistemas asistenciales y la salud pública, de qué manera han estado engranado todos y si ha funcionado bien. "Uno de los problemas que hemos tenido ha sido entender que esto solo se hace con sanidad. Cambiar este chip a nivel de la sociedad ha costado mucho", señala.
A su juicio, "se nos olvida que hay muchas más fuentes que no estamos explotando todavía: fuentes demográficas, sociales, económicas… Y al menos en nuestro caso, cuando empezó la integración entre la salud pública y los sistemas de información asistenciales, era escasa y muy compleja de llevar por diversas cuestiones, sobre todo culturales. Esa obsesión en que lo importante del dato es la propiedad, cuando no es así, es la finalidad. El dato está ahí para que trabajemos con él para los ciudadanos". Afortunadamente, para él "esta pandemia nos ha hecho trabajar maravillosamente bien desde los dos ámbitos, encontrando las necesidades comunes. A día de hoy esa relación de simbiosis es mutua".
Reinhard Wallmann, comparte esta visión y añade un aspecto más. "Es lo que en inglés llaman health information system (HIS), un sistema de información de la salud poblacional. Obviamente queremos todas las fuentes de información que haya. Queremos la máxima percepción de la realidad, un espejo, para deducir de ahí las causalidades. Conocer el porqué de las enfermedades, los factores de riesgo, etc." A su modo de ver, "solamente si sabemos las causas vamos a ser capaces de anticiparnos, predecir de alguna manera el futuro, actuar en consecuencia y, sobre todo, priorizar los pocos recursos que tenemos".
Para poder hacer eso, añade, "llegamos al terreno científico puro y dura, la metodología. Tenemos hilos de datos, medidores de la realidad digitales, pero también necesitamos convertir ese dato que recopilamos en información, y de ahí, en conocimiento. Es un camino lleno de sesgos, errores, falta de validez y precisión. Por eso tenemos continuamente que generar hipótesis mediante la información y el conocimiento que desarrollamos, y atacar esas hipótesis, para saber verdaderamente qué está pasando".
Al hilo de este argumento, Marisa Felipe manifiesta sobre por dónde habría que empezar de forma más o menos inmediata. "Creo que se ha actuado de manera muy rápida, pero probablemente con soluciones tácticas. Cuando esto pase, y se haga un análisis de las actuaciones, de cómo se han resuelto los problemas en los sistemas, habrá que pasar de soluciones tácticas a una visión más estratégica. Algunas seguramente sean válidas a futuro, otras, en cambio, habrá que revisarlas para intentar generalizarlas".
"Si se ha hecho todo muy ad hoc pensando el covid-19, habrá que hacer diseños para que cuando venga otra pandemia se puedan llegar a configurar los sistemas", continúa.
Así pues, intentar modificar las soluciones actuales para que tengan una visión a futuro sería a medio plazo. "Y probablemente también habría que hacer una revisión del mapa de sistemas. Hablamos de la integración transversal de los datos, de la disponibilidad de herramientas de modelado epidemiológico para que en salud pública se pueda mejorar el soporte que se da a los profesionales, etc. Plantear el despliegue de nuevos sistemas, con la incorporación de los datos asistenciales y no asistenciales, herramientas de IA que automatizan el flujo de la información, etc., es algo para realizar a largo plazo", reflexiona.
Finalmente Nicola Lorusso abogaría por reducir la precipitación y la urgencia en lo relacionado con los sistemas de información, "porque hasta ahora hemos tenido que avanzar a base de la necesidad, de tener el dato, pero partiendo de un modelo de pica datos. Es decir, profesionales altamente cualificados delante de un ordenador picando datos, replicando en una ficha lo que viene en un papel".
Este modelo "claramente" debemos dejarlo atrás, y sobre todo, "ayudar también a estos profesionales a incorporar conceptos en su formación que le ayuden a entender determinados conceptos de Big Data, de crear automatismos… Que tengan capacidad de analizar esos datos, en suma".
Por otra parte considera que "necesitamos también responsables funcionales que ayuden a los servicios salud pública en la comunicación con la empresa privada. Y también la empresa privada tiene que entender que necesitamos soluciones flexibles. Sobre todo en vigilancia". Entonces, "debemos dejar atrás esa improvisación y empezar una ruta planificada".