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"A los sanitarios nos han enseñado el trato directo con el paciente, el tema tecnológico nos ha resultado siempre un poco complicado"

El tercer debate de Inforsalud 2021 aborda `Los recursos humanos sanitarios y las nuevas necesidades digitales´

22/06/2021

Si todo el SNS estaba inmerso en numerosos cambios en cuanto a los sistemas de información, la pandemia ha obligado a utilizar una serie de herramientas mucho más rápido de lo imaginado, situándolo en un nuevo escenario. Es lo que ha puesto de manifiesto el tercer debate del XXIV Congreso ...

Si todo el SNS estaba inmerso en numerosos cambios en cuanto a los sistemas de información, la pandemia ha obligado a utilizar una serie de herramientas mucho más rápido de lo imaginado, situándolo en un nuevo escenario. Es lo que ha puesto de manifiesto el tercer debate del XXIV Congreso Nacional de Informática de la Salud, versado en Los recursos humanos sanitarios y las nuevas necesidades digitales.

En este sentido, María Luz de los Mártires Almingol, directora General de Sistemas de Información y Equipamientos Sanitarios del Servicio Madrileño de Salud, comenta que en la Comunidad de Madrid ya había previamente un proceso de transformación digital, que supone no solamente implantar herramientas que desde el punto de vista TIC puedan parecer disruptivas, "sino que también deben parecerle de utilidad al paciente y al profesional que va a usarlas". A partir de ahí, "nos tenemos que plantear que la herramienta puede estar muy bien diseñada, pero si no cambiamos los procesos asistenciales, podemos implantar todas las herramientas que no podremos gestionar el cambio".

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Por otro lado, manifiesta que "no hay que olvidarse de que existe un ruido y un vacío digital. Además, tenemos que tener en cuenta la interoperabilidad".

"El covid-19 ha hecho que esta gestión del cambio se acelere. Antes una consulta no presencial o la tarjeta sanitaria virtual eran impensables, ahora se ve algo lógico al haber demostrado toda la usabilidad que tienen. Todo lo que antes el ciudadano y el profesional no lo entendían si no era de una forma presencial hemos dado un salto. Ese es el cambio que nos ha ayudado a dinamizar esa gestión", afirma.

En opinión de Vicenç Martínez Ibáñez, director general de Asistencia Sanitaria del Servicio Aragonés de Salud, se ha acelerado el cambio, pero "¿cuántos años llevábamos diciendo que teníamos que cambiar y no cambiamos?", cuestiona. "A mí lo que me preocupa es qué recordaremos de aquí a un año y medio de todo lo que hemos adelantado ahora. No se va a consolidar todo. El tema es consolidar aquello en lo que hemos mejorado, y aprovechar la oportunidad de ir mucho más lejos de donde estábamos antes de la pandemia". "Debemos aprovechar la oportunidad. Sabemos los puntos débiles, las posibilidades que tenemos, y deberíamos consolidarlas. Y para eso necesitamos una nueva manera de organizarnos" subraya.

"Es evidente que el crecimiento en el desarrollo y utilización de herramientas tecnológicas ha sido exponencial", declara Rafael Sánchez Herrero, gerente del Área Primaria del Servicio de Salud de Castilla y León. "Se han conseguido aspectos que parecían impensables y la adaptación ha sido muy rápida. Yo destacaría que esto ha servido para romper cierta rigidez que había. Llevábamos tiempo hablando del cambio, pero siempre estábamos atascado. Así pues, esto va a quitar miedos, romper barreras y establecer un dinamismo diferente", apunta.

Para Sáchez, era "evidente" que la sanidad partía de una cultura diferente. "A todos los profesionales nos han enseñado el trato directo con el paciente. El tema tecnológico nos ha resultado siempre un poco complicado, y así lo hemos estado viviendo".

Sí que es cierto, admite, que esta dinámica ha cambiado. "Lógicamente hay cosas sobre las que tenemos que reflexionar porque ha sido todo muy precipitado, pero ha habido cosas que han aportado muchísimo valor. Los sistemas de información se han ido adaptando a la toma de decisiones, se han automatizado una serie de servicios, las videoconferencias han permitido tener una conectividad y un contacto directo entre servicios sociales, periféricos, profesionales, etc. Han sido muchas las ventajas, pero también ha habido problemas. Hay incertidumbres, hay dudas. Entonces, la pregunta es ¿estamos todos satisfechos, tanto profesionales cómo pacientes?" , reflexiona.

A juicio de José María Abad Díez, director general de Sistemas de Información y Equipamientos Sanitarios del Servicio Madrileño de Salud, la pandemia ha traído una aceleración de todo el proceso de informatización, de la visualización de la asistencia… "Eso es algo bueno", asegura. Además, "ha puesto de manifiesto una capacidad de respuesta tanto de los profesionales como de los sistemas tecnológicos de los servicios sanitarios".

Sin embargo, Abad considera que al mismo tiempo ha evidenciado las debilidades propias del sistema. "Esta rápida aceleración de la informatización y de la teleasistencia no ha ido siempre acompañada de la capacidad de la organización para desarrollar todos estos nuevos servicios con una adecuada formación a los profesionales, ni de la coordinación del sistema".

Ante esto, advierte de que un riesgo importante es la cantidad de ruido que se habrá generado en las historias clínicas electrónicas. Asimismo, "otro problema es que la fatiga pandémica afecte a los profesionales y a la organización, y que eso haga que no seamos capaces de mantener el impulso que hemos tenido durante estos meses".

La visión de la industria la aporta para finalizar José Luis Monteagudo Peña, vicepresidente para Docencia, Investigación e Innovación de la Sociedad Española de Informática de la Salud. Se refiere a la palabra resiliencia, la palabra de moda, manifestando la necesidad de referirse a ella "la capacidad de adaptación a un cambio brusco". "En ese aspecto hay que reconocer que la sanidad tiene una capacidad de respuesta muy potente que no se da en otras organizaciones. Con todo, nos hemos encontrado con un problema: había que afrontar una situación en la que los profesionales se han tenido que auto formar rápidamente y buscarse los medios para poder responder a las necesidades", remarca.

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Hace 20 años que el informe del Instituto de Medicina de Estados Unidos ya apuntaba que entre las cinco competencias que debía tener el profesional sanitario está el conocimiento en informática. Desde entonces, "todos los escritos de instituciones importantes han señalado lo mismo. Es casi como un letimotiv, pero hay una realidad más compleja para que se produzca. No debe ser una solución fácil cuando realmente va tan lenta", apostilla.

En este aspecto ha habido, a su modo de ver, tres elementos que han impulsado la velocidad del cambio. "El primero es la calidad, relacionada con la seguridad del paciente; el segundo, desde el punto de vista de la implantación de las aplicaciones, hay que formar a los sanitarios para que tengan éxito; y un tercero actual que son los componentes de la estrategia de salud digital y transformación digital de cara a la situación post covid que tenemos que afrontar".

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