La exposición al plomo en la infancia puede afectar a la salud mental en la edad adulta, según un estudio dirigido por investigadores en psicología de la Universidad de Texas en Austin. El estudio, ...
La exposición al plomo en la infancia puede afectar a la salud mental en la edad adulta, según un estudio dirigido por investigadores en psicología de la Universidad de Texas en Austin.
El estudio, publicado en ´Proceedings of the National Academy of Sciences´, tomó muestras de más de 1,5 millones de personas en 269 condados de EE. UU. Y 37 países europeos. Los investigadores encontraron que aquellos que crecieron en áreas con niveles más altos de plomo atmosférico tenían personalidades menos adaptativas en la edad adulta: niveles más bajos de conciencia y amabilidad y niveles más altos de inestabilidad emocional.
"Los vínculos entre la exposición al plomo y los rasgos de personalidad son bastante impactantes, porque llevamos nuestra personalidad con nosotros a todas partes", señaló Ted Schwaba, becario postdoctoral en el Departamento de Psicología de UT Austin. "Incluso un pequeño efecto negativo del plomo en los rasgos psíquicos de la persona, cuando se extrapola a millones de personas y todas las decisiones y comportamientos diarios en los que influye nuestra personalidad, puede tener efectos realmente masivos en el bienestar, la productividad y la longevidad".
En el estudio, los investigadores vincularon los datos históricos de plomo atmosférico de la Agencia de Protección Ambiental con las respuestas al cuestionario de personalidad en línea de personas que crecieron en los lugares muestreados. Los resultados mostraron que los adultos que se criaron en zonas con niveles más altos de plomo atmosférico eran más desagradables y menos concienzudos y, entre los adultos de 20 y 30 años, más neuróticos que aquellos que tenían menos exposición al plomo durante la infancia.
"Estos tres rasgos, escrupulosidad, amabilidad y estabilidad emocional, constituyen una gran parte de lo que consideraríamos una personalidad madura y psicológicamente sana y son fuertes predictores de nuestro éxito o fracaso en las relaciones y en el trabajo", indicó Schwaba. "Normalmente, a lo largo de la vida, las personas se vuelven más conscientes, agradables y menos neuróticas".
Para constatar si la exposición al plomo causa estas diferencias, los investigadores examinaron los efectos de la Ley de Aire Limpio de 1970, y encontraron que las personas nacidas después de que los niveles de plomo atmosférico comenzaran a disminuir en sus zonas tenían personalidades más maduras y psicológicamente saludables en la edad adulta que los nacidos antes de que eliminaran gradualmente los productos a base de plomo.
Para garantizar que estos hallazgos, los investigadores replicaron su estudio en Europa, donde el plomo se eliminó gradualmente más tarde que en los EE. UU. Allí, encontraron que las personas que crecieron en áreas con más plomo atmosférico también fueron menos agradables y más neuróticos en la edad adulta, aunque los hallazgos con respecto al grado de responsabilidad no se repitieron.
"Durante mucho tiempo, hemos sabido que la exposición al plomo es dañina, pero a partir de nuevas investigaciones se identifican nuevas formas en las que la exposición al plomo daña a la sociedad", indicó Schwaba. "Aunque hoy en día hay mucho menos plomo en la atmósfera, el plomo permanece en las tuberías, la capa superficial del suelo y las aguas subterráneas. Desde un punto de vista económico, social y sanitario es importante limitar la exposición al plomo en la medida de lo posible".