El futuro de la investigación cardiovascular viene plagado de retos. Para vaticinar cómo será el abordaje de los pacientes dentro de unos años cuando estos lleguen a la fase de aplicación clínica, el Congreso SEC21 de la Salud Cardiovascular ha reunido a tres investigadores de distintas áreas que han expuesto ...
El futuro de la investigación cardiovascular viene plagado de retos. Para vaticinar cómo será el abordaje de los pacientes dentro de unos años cuando estos lleguen a la fase de aplicación clínica, el Congreso SEC21 de la Salud Cardiovascular ha reunido a tres investigadores de distintas áreas que han expuesto algunas de las lineas de investigación en las que están trabajando actualmente.
Bajo el título `Corazón-cerebro: más conectados que nunca´, Marta Cortés Canteli, investigadora Miguel Servet en el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) ha aportado algunas pinceladas sobre las evidencias que relacionan las enfermedades neurodegenerativa con el riesgo cardiovascular. "Yo trabajo particularmente en la enfermedad de Alzheimer, patología muy compleja, multifactorial, que produce una importante atrofia cerebral". señala.
Respecto a esta enfermedad tan prevalente, recuerda que "ahora mismo hay 35 millones de personas afectadas en el mundo, pero la cifra llegará a los 100 millones en 2050 si no encontramos lineas terapéuticas efectivas". Por lo tanto, "las terapias farmacológicas y no farmacológicas son uno de los hot topics actuales".
Desde que la enfermedad se describió, hace más de 100 años, "las investigaciones se habían centrado en las características neuropatológicas", destaca Cortés No obstante, en los últimos años está teniendo bastante interés el componente vascular. De hecho, "una de las causa por las que se está estudiando es porque los distintos factores de riesgo cardiovascular, como el tabaquismo, la obesidad o la hipertensión, aumentan el riesgo de deterioro cognitivo". Y al contrario, "la actividad física y una dieta saludable disminuyen este riesgo", agrega la investigadora. Según estudios que se han aventurado a calcular el porcentaje de casos provocados por estos factores de riesgo, "cerca de un tercio de los casos de Alzheimer podrían ser atribuibles a estos factores de riesgo potencialmente modificables".
Por lo tanto, "hay una conexión cerebro-corazón: los factores de riesgo cardiovascular dan lugar tanto a accidentes cerebrovasculares como a la enfermedad de Alzheimer". De hecho, subraya, "se sabe que una elevada reserva cognitiva, un estilo de vida saludable y un control de estos factores de riesgo cardiovascular, disminuye el riesgo de demencia en el futuro".
Otra innovación con potencial es la `Single-cell sequencing´, es decir, la secuenciación de células individuales. Como apunta Felipe Prósper Cardoso, especialista en Hematología y Terapia celular de la Clínica Universidad de Navarra, "las tecnologías de nueva generación basadas en la célula única son avances muy significativos". En concreto, "nos están ayudando, por una parte, a entender mucho mejor la biología de los órganos, tejidos y la patología de los órganos. Nos permite identificar células, la heterogeneidad tumoral o celular en general, y conceptos nuevos en biología del desarrollo".
Además, incide el especialista en que los desarrollos tecnológicos van a hacer que poco a poco estas innovaciones sean más asequibles. "En los primeros estudios de secuenciación de célula única cada célula nos costaba secuenciarlas unos 10 euros, y hoy en día, solo uno. Aunque probablemente dentro de unos años serán céntimos, y podremos hacer que estas técnicas vayan hacia la clínica", remarca.
Sin embargo, una de las mayores limitaciones en todas estas tecnologías es que el análisis depende "inmensamente" del análisis computacional, y esto está transformando los laboratorios. "Hoy por hoy, para cualquier proyecto en el que quieras hacer secuenciación necesitas dos investigadores computacionales. El número de herramientas, la forma de hablar, de interaccionar, son totalmente distintas, y ellos tienen que aprender biología, así como nosotros tenemos que aprender su lenguaje", manifiesta Prósper.
Ahora bien, concluye que "una vez implementadas todas estas tecnologías, serán esenciales para el concepto de medicina de precisión y personalizada, que es en el fondo la aplicación a la clínica de todo este conocimiento".
Por último, Alberto Cecconi, cardiólogo del Hospital Universitario de la Princesa de Madrid, asegura que hay una nueva evidencia que confirma el potencial de la inflamación como diana terapéutica. En palabras del especialista, "la inflamación es parte integrante del proceso aterosclerótico y su modulación produce beneficios clínicos".
Por otra parte, "debemos ser conscientes de que todos, aunque llevemos un estilo de vida saludable con dieta sana, hagamos ejercicio, y no tengamos otras enfermedades, vivimos en un entorno proinflamatorio".
Y como futuros retos, Cecconi remarca que "hay que encontrar la modulación de la inflamación más eficaz y segura", de tal manera que "queda mucho por explorar". Para ello es esencial "integrar los datos de contaminación entre los factores de riesgo cardiovascular. Los datos de contaminación son de muy fácil acceso, ya se están midiendo. Solo tenemos que incorporarlos a nuestros estudios".
Por último, es fundamental concienciar y presionar a las administraciones y a la población general "para marcar objetivos en pos de la reducción de la contaminación del aire", puesto que más del 30% de las enfermedades cardiovasculares se podrían, dado que la contaminación del aire es una de las principales causantes de la carga mundial de enfermedades.