Los avances en la fertilidad humana son insuficientes, con el nacimiento de un niño de cada tres parejas tratadas, según un trabajo publicado por investigadores australianos, que resume y analiza los avances logrados en los últimos 10 para mejorar la fertilidad femenina. Muchas veces el problema proviene de los espermatozoides, pero ...
Los avances en la fertilidad humana son insuficientes, con el nacimiento de un niño de cada tres parejas tratadas, según un trabajo publicado por investigadores australianos, que resume y analiza los avances logrados en los últimos 10 para mejorar la fertilidad femenina.
Muchas veces el problema proviene de los espermatozoides, pero hay también muchas parejas dónde los espermatozoides son normales y hay indicios de una mala calidad de los óvulos. Ésta está estrechamente vinculada con la edad de la mujer, y existe una clara relación entre la pérdida de calidad de los óvulos y la tendencia de posponer la maternidad en la sociedad occidental. Sin embargo, esta tendencia no lo explica todo y la responsabilidad de los investigadores y médicos involucrados en la FIV es tener en cuenta esta tendencia y buscar soluciones. Además, muchas mujeres jóvenes también presentan problemas en sus óvulos, y necesitan una atención particular para ser madres.
Los investigadores australianos evalúan en el trabajo los efectos de 3 diferentes sustancias para mejorar la calidad de los óvulos: la hormona de crecimiento, la melatonina, y la hormona dehydroepiandrosterona (DHEA). Los resultados más convincentes fueron obtenidos con la hormona de crecimiento, sobre todo en mujeres de edad avanzada, en acuerdo con el pionero de este tratamiento, el investigador granadino y doctor Jan Tesarik, que en 2005 publicó los beneficios de la hormona de crecimiento para el nacimiento de un niño sano en mujeres de más de 40 años de edad.
Por su parte, la melatonina y la DHEA dieron buenos resultados solo en algunos casos, pero nunca produjeron un efecto negativo. En otras palabras, según el doctor Tesarik, "la prescripción indiscriminada de la melatonina y de la DHEA no puede producir ningún efecto negativo. Pero, aunque sin peligro, en la medicina del siglo 21 medicamentos sin efectos demostrados científicamente no deberían tener lugar".
Según el doctor Jan Tesarik y la doctora Raquel Mendoza Tesarik, directores de la clínica MARGen de Granada "estas observaciones subrayan la urgencia de establecer métodos personalizados del diagnóstico y del tratamiento de infertilidad femenina, fundados en un análisis de la historia personal y familiar y de las particularidades genéticas y epigenéticas de cada mujer.
La utilización de la melatonina, un potente antioxidante, está recomendada, porque un estudio reciente, dirigido por el doctor Tesarik, demuestra que la mayoría de las causas del envejecimiento ovárico (natural o prematuro) provocan un estrés oxidativo, tanto directo en los óvulos como indirecto, afectando a las células somáticas del ovario involucradas en el desarrollo y la maturación de los óvulos. Además, existen datos convincentes que sugieren que la melatonina es un factor importante en la prevención de la infección con la COVID-19.
En cuanto a la DHEA, se trata de un precursor de los estrógenos y los adrógenos, las hormonas que participan en el desarrollo y la maturación de los óvulos. Evidentemente, si una mujer no sufre de una insuficiencia de estos tipos de hormonas, el efecto de la DHEA será limitado o nulo, sin producir efectos adversos.
"Nuestra meta es llegar a la utilización personalizada de los tres adyuvantes de la estimulación ovárica para intervenir específicamente allí donde haga falta. Para esto necesitamos nuevos estudios a nivel molecular que nos podrán proporcionar un perfil personal de la actividad ovárica de cada mujer con el fin de adaptar el tipo y la dosis de los medicamentos por utilizar para mejorar la calidad y la cantidad de los óvulos", concluyen los doctores Tesarik y Mendoza Tesarik.