Un estudio del Instituto Malaghan, Nueva Zelanda, ha arrojado luz sobre el papel que las células inmunitarias de la piel pueden desempeñar en la aparición de alergias. El hallazgo cuestiona la creencia de que las células inmunitarias se comportan de la misma manera, independientemente, de dónde se encuentren en el ...
Un estudio del Instituto Malaghan, Nueva Zelanda, ha arrojado luz sobre el papel que las células inmunitarias de la piel pueden desempeñar en la aparición de alergias. El hallazgo cuestiona la creencia de que las células inmunitarias se comportan de la misma manera, independientemente, de dónde se encuentren en el organismo, lo que tiene implicaciones de gran alcance para las afecciones alérgicas e inflamatorias.
El estudio, publicado en ´Nature Immunology´, explica que las células dendríticas de la piel se comportan de manera diferente que sus homólogas en otras partes del cuerpo. "Históricamente, hemos asumido que una célula dendrítica en la piel es virtualmente idéntica en forma y función a una célula dendrítica en el pulmón", expone la profesora Franca Ronchese, cuyo equipo es el responsable de esta investigación.
Las células dendríticas actúan como "vigías" y desempeñan un papel importante en la iniciación y coordinación de las respuestas inmunitarias. Aquellas que viven en la piel se comportan de manera diferente a las de cualquier otro lugar del cuerpo, y lo que las distingue podría ser un factor clave en la formación de alergias, tomándose, por tanto, la piel como ´punto cero´ para el desarrollo de este tipo de afecciones.
"Este descubrimiento marca un hito en la inmunología fundamental, que tendrá un impacto de gran alcance en el diseño y desarrollo de inmunoterapias que se dirigen a las condiciones alérgicas e inflamatorias", según el profesor Graham Le Gros, director del Instituto Malaghan.
"Está claro que algo está sucediendo en las células inmunitarias de la piel que es diferente a cualquier otra parte del cuerpo. Si bien tenemos mucho trabajo por hacer para identificar exactamente lo que está sucediendo, sabemos que las células inmunes en la piel tienen muchas más probabilidades de iniciar respuestas alérgicas, y creemos que la IL-13 es un factor importante", indica la profesora Ronchese.
Mismas células, diferentes señales
Las células inmunes dependen de señales químicas únicas para informarles sobre cómo reaccionar ante posibles amenazas en el cuerpo y cómo hacerlo. Una de estas señales se llama IL-13, una molécula que se produce cuando las células inmunes detectan el daño celular causado por alérgenos o infecciones parasitarias.
La liberación de IL-13 actúa como un interruptor, alertando al sistema inmunológico de la existencia de una amenaza, lo que resulta en una cascada de respuestas que reclutan células inmunes al sitio de infección para que los organismos invasores puedan ser destruidos antes de que causen más daño. . Esto se conoce como respuesta inflamatoria.
Hasta ahora, los inmunólogos han asumido que la IL-13 solo se expresaba cuando era absolutamente necesario. Después de todo, demasiada inflamación puede ser tan dañina como muy poca. Sin embargo, hace unos años, la profesora Ronchese y su equipo observaron una presencia constante de IL-13 en la piel, a diferencia de otras partes del cuerpo. Fueron necesarios varios años de investigación para determinar que no se trataba de una observación aleatoria, sino de una característica exclusiva de las células inmunitarias de la piel.
El descubrimiento, según el instituto neozelandés, no es solo una novedad académica, tiene implicaciones reales y apremiantes para comprender por qué la piel a menudo está implicada en el desarrollo de afecciones alérgicas.