Investigadores del Instituto Weizmann han hallado la causa por la que el abandono del hábito de fumar suele cursar con ganancia de peso, incluso en condiciones de ingesta calórica restringida. Utilizando un modelo murino de exposición al humo y cese, el nuevo estudio demuestra que la depleción de la microbiota ...
Investigadores del Instituto Weizmann han hallado la causa por la que el abandono del hábito de fumar suele cursar con ganancia de peso, incluso en condiciones de ingesta calórica restringida. Utilizando un modelo murino de exposición al humo y cese, el nuevo estudio demuestra que la depleción de la microbiota intestinal mediante antibióticos previene el aumento de peso. Inversamente, el trasplante de microbiota fecal procedente de ratones expuesto a humo en ratones nunca expuestos y libres de microbiota propia indujo un pronunciado aumento de peso, en un efecto que mantuvo su consistencia en múltiples cepas de ratones y diversas dietas. Estas observaciones apoyan la noción de que la disbiosis intestinal es la principal impulsora de la ganancia de peso. A nivel molecular ésta es el resultado de un aumento del metabolismo de la colina, con el consiguiente exceso de dimetilglicina, en conjunción con la depleción de N-acetilglicina.
Eran Elinav, director del estudio, afirma que estos dos últimos metabolitos tienen efectos opuestos sobre el peso corporal, aumentando el primero la captación de energía en el intestino. Aunque metabolitos modulados diferencialmente por el humo del tabaco podrían también participar en la regulación del peso, los dos indicados modulan, además, la inmunidad en el tejido adiposo, incluso en condiciones no relacionadas con el cese del tabaquismo. Elinav subraya la importancia de los hallazgos indicando que, según algunos estudios, el aumento de peso tras dejar de fumar ronda los 4.5 kg de media en un período de 6 a 12 meses, superando los 10 kg en el 13% de los casos al cabo del año.