El Grupo Asesor Técnico de la OMS sobre la Composición de la Vacuna COVID-19 (TAG-CO-VAC) en una reciente declaración ha defendido la necesidad y desarrollo de vacunas contra la actual pandemia que tengan un alto impacto en la prevención de la infección y la transmisión, además de la prevención de ...
El Grupo Asesor Técnico de la OMS sobre la Composición de la Vacuna COVID-19 (TAG-CO-VAC) en una reciente declaración ha defendido la necesidad y desarrollo de vacunas contra la actual pandemia que tengan un alto impacto en la prevención de la infección y la transmisión, además de la prevención de la enfermedad grave y la muerte, y reducir de esta forma, "tener que recurrir sistemáticamente dosis de refuerzo sucesivas". Y es que, a su juicio, "una estrategia de vacunación basada en dosis de refuerzo repetidas de la composición de la vacuna original es poco probable que sea apropiado o sostenible".
Desde que la OMS iniciara la investigación sobre la variante Omicron el pasado mes de noviembre, el TAG-CO-VAC se ha reunido periódicamente para revisar la evidencia sobre las características de dicha variante. Ahora, dicho Grupo Asesor ha emitido una declaración en la que expresa su actual posicionamiento ante los acontecimientos de las últimas semanas y sobre las opciones de futuras vacunas para hacer frente a la pandemia.
Dicho grupo multidisciplinar, integrado por 18 expertos internacionales, apoya el acceso urgente y e a las vacunas actuales contra la COVID-19 para poblaciones prioritarias en todo el mundo para brindar protección contra enfermedades graves y la muerte a nivel mundial y, a largo plazo. A su juicio, "mientras que algunos países pueden recomendar dosis de refuerzo de la vacuna, la prioridad inmediata para el mundo es acelerar el acceso a la vacunación primaria, en particular para los grupos con mayor riesgo de desarrollar una enfermedad grave".
Actualizar la composición de las vacunas actuales
Hasta que estén disponibles vacunas que tengan un alto impacto en la prevención de la infección y la transmisión, además de la prevención de la enfermedad, y a medida que el virus SARS-CoV-2 evolucione, dicho Grupo Técnico plantea la posibildad de que sea necesario actualizar o cambiar la composición de las vacunas actuales contra la COVID-19, para garantizar que sigan brindando los niveles recomendados por la OMS de protección contra la infección y enfermedad por coronavirus, incluido Omicron y variantes futuras.
Así, las vacunas contra la COVID-19 deben estar basado en cepas genética y antigénicamente cercanas a la(s) variante(s) circulante(s) del SARS-CoV-2; además de la protección contra enfermedades graves y la muerte, ser más eficaces en la protección contra infecciones, reduciendo así la transmisión comunitaria y la necesidad de medidas sociales y de salud pública estrictas y de amplio alcance; y provocar respuestas inmunitarias que sean amplias, fuertes y duraderas para reducir la necesidad de dosis de refuerzo sucesivas.
En cuanto a los tipos de vacunas, propone distintas opciones:
-una vacuna monovalente que provoca una respuesta inmunitaria contra la(s) variante(s) circulante(s) predominante(s), aunque esta opción enfrenta el desafío de la rápida aparición de variantes del SARS-CoV-2 y el tiempo necesario para desarrollar una vacuna modificada o nueva;
-Una vacuna multivalente que contiene antígenos de diferentes COV del SARS-CoV-2;
-Una vacuna pan SARS-CoV-2: una opción a largo plazo más sostenible que sería efectivamente a prueba de variantes.
Asimismo, considera necesario que los fabricantes de vacunas tomen medidas a corto plazo para desarrollar y probar vacunas con variantes circulantes predominantes y compartir estos datos con el TAG-CO-VAC y otros comités de expertos relevantes de la OMS. Y es que, considera que "abordar el desafío de continuar asegurando la producción de las mejores vacunas posibles de manera oportuna requiere un intercambio continuo de información y colaboración entre la OMS y sus grupos de expertos, el TAG-CO-VAC, las autoridades reguladoras y los fabricantes de vacunas COVID-19".