Una investigación difundida en el ´British Journal of Oftalmología´ relaciona la diferencia entre la edad biológica de la retina y la edad real (cronológica) de una persona con su riesgo de muerte. Esta ´brecha de edad retinal´ podría usarse como una herramienta de detección, según sugieren los investigadores. Si bien los ...
Una investigación difundida en el ´British Journal of Oftalmología´ relaciona la diferencia entre la edad biológica de la retina y la edad real (cronológica) de una persona con su riesgo de muerte. Esta ´brecha de edad retinal´ podría usarse como una herramienta de detección, según sugieren los investigadores.
Si bien los riesgos de enfermedad y muerte aumentan con la edad, es evidente que dichos riesgos varían considerablemente entre personas de la misma edad, lo que implica que el envejecimiento biológico es exclusivo del individuo y puede ser un buen indicador de la salud actual y futura, según recuerdan los investigadores.
Los investigadores se basaron en 80.169 imágenes de fondo de ojo tomadas de 46.969 adultos de 40 a 69 años, todos los cuales formaban parte del Biobanco del Reino Unido, un gran estudio basado en la población de más de medio millón de residentes del Reino Unido de mediana edad y mayores.
Se utilizaron cerca de 19.200 imágenes del fondo del ojo derecho de 11 052 participantes con una salud relativamente buena en el control de salud inicial del Biobanco para validar la precisión del modelo de aprendizaje profundo para la predicción de la edad de la retina. A continuación, se observó una llamativa asociación entre la edad retiniana predicha y la edad real, con una precisión general dentro de los 3,5 años. Posteriormente, se evaluó la brecha de edad de la retina en los 35.917 participantes restantes durante un período de seguimiento promedio de 11 años.
Durante este tiempo, 1871 (5%) participantes murieron: 321 (17%) por enfermedad cardiovascular; 1018 (54,5%) de cáncer; y 532 (28,5%) de otras causas, incluida la demencia.
Las proporciones de personas con un envejecimiento acelerado (aquellos cuyas retinas parecían más viejas que su edad real), con brechas de edad retinianas de más de 3, 5 y 10 años fueron, respectivamente, 51 %, 28 % y 4,5 %. Las brechas más amplias de edad de la retina en años se asociaron significativamente con un riesgo de muerte entre un 49 % y un 67 % distinto al de enfermedad cardiovascular o cáncer. Y cada aumento de un año en la diferencia de edad de la retina se asoció con un incremento del 2 % en el riesgo de muerte por cualquier causa y un aumento del 3 % en el riesgo de muerte por una causa específica distinta de la enfermedad cardiovascular y el cáncer, después de considerar factores influyentes, como la presión arterial alta, el peso (IMC), el estilo de vida y el origen étnico. El mismo proceso aplicado a los ojos izquierdos produjo resultados similares.
"Nuestros nuevos hallazgos determinan que la diferencia de edad de la retina es un predictor independiente de un mayor riesgo de mortalidad, especialmente de mortalidad no relacionada con enfermedades cardiovasculares o cáncer. Estos hallazgos sugieren que la edad de la retina puede ser un biomarcador clínicamente significativo del envejecimiento". Y es que, como consideran, "este órgano de la visión ofrece una ´ventana´ única y accesible para evaluar los procesos patológicos subyacentes de las enfermedades vasculares y neurológicas sistémicas que están asociadas con un mayor riesgo de mortalidad".
La hipótesis de estos investigadores está respaldada por estudios anteriores, que sugirieron que las imágenes de la retina contienen información sobre factores de riesgo cardiovascular, enfermedades renales crónicas y biomarcadores sistémicos". Los nuevos hallazgos, combinados con investigaciones previas, agregan peso a "dicha hipótesis de que la retina juega un papel importante en el proceso de envejecimiento y es sensible a los daños acumulativos del envejecimiento que aumentan el riesgo de mortalidad", concluyen.