En los últimos años, se han puesto en marcha Unidades Móviles de Cribado (UMC) de la hepatitis C en diversas regiones de España para eliminar la enfermedad en grupos de población vulnerables. Según los Resultados del 2º Estudio de Seroprevalencia en España realizado por el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, la prevalencia de anticuerpos frente al VHC en la población general en España era de 0,85% en 2017 y la de infección activa de 0,22%. Sin embargo, la prevalencia de infección era superior en poblaciones que tienen exposiciones o situaciones de riesgo. En Madrid, Valencia, Barcelona y Andalucía han comenzado a funcionar estas unidades, que pretenden facilitar el diagnóstico y tratamiento del VHC en personas difíciles de abordar.

El trabajo de estas unidades consiste en buscar aquellos pacientes de riesgo para realizarles una prueba de hepatitis C, y en caso de resultado positivo, poder tratar al paciente. Cuando surge un positivo se deriva al paciente al centro sanitario y se le acompaña durante el tratamiento. Las unidades móviles de cribado facilitan todo el proceso desde el diagnóstico hasta que finaliza el tratamiento y permiten una mayor adherencia, ya que en muchas ocasiones se facilita el seguimiento en el entorno del paciente, sin necesidad de acudir al hospital.

Las Unidades Móviles de Cribado continúan trabajando en la búsqueda continuada de pacientes para conseguir el objetivo de eliminación de la hepatitis C marcado por la OMS para 2030. Por este motivo, los profesionales implicados en las diferentes Unidades Móviles de Cribado de Madrid, Valencia, Barcelona y Andalucía se reunieron en una jornada en la que se compartieron experiencias, casos de éxito y buenas prácticas.

Cuatro iniciativas con un objetivo común

La primera Unidad Móvil de Cribado de VHC en España fue la de Madrid, activa desde 2019. El doctor Pablo Ryan, Infectólogo del Hospital Infanta Leonor de Madrid, Profesor de la Universidad Complutense de Madrid y promotor de la misma, explicó durante el encuentro cómo se organiza: "La furgoneta cuenta con una sala de exploración y consulta, y otra de laboratorio. Además, le acompaña un coche satélite que, en caso de detección de un positivo, hace las derivaciones desde la furgoneta hasta los centros sanitarios u hospitales y realiza el acompañamiento al paciente".

Por su parte, Isabel Alarcón, directora del CIBE de Valencia, Área de inclusión social y reducción de daños en drogodependencias de la Fundación Salud y Comunidad, ha explicado que "el mayor beneficio de estas unidades es la agilidad a la hora de tratar a los pacientes". En su caso trabajan de la mano de los diferentes hospitales de la ciudad de Valencia y de las UCAS (Unidad de Conductas Adictivas). "Lo más difícil es contactar con las personas para realizar los seguimientos, algunas no tienen móvil, no se ubican siempre en los mismos sitios" explica.

Durante la sesión, el doctor Joan Colom, subdirector general de Drogodependencias de la Agencia de Salud Pública de Cataluña y director del programa de Prevención, Control y Atención al VIH, ITS y Hepatitis Víricas (PCAVIHV), ha señalado el importante papel de Cruz Roja en la Unidad Móvil de Cribado de Cataluña. Esta unidad lleva operativa desde julio de 2021 en cinco Centros de atención y seguimiento a las Drogodependencias (CAS) de poblaciones del área metropolitana de Barcelona, y ha realizado más de 300 cribados en 122 días. "Con poblaciones vulnerables, como las personas usuarias de drogas, es necesario diseñar estrategias y circuitos centrados en el paciente y sus condicionantes, adaptando las estructuras asistenciales, como en las unidades móviles, para poder diagnosticar y facilitar el acceso al tratamiento. En nuestro caso, hemos pedido la continuidad del proyecto para seguir incrementando el número de detecciones".

Con la colaboración de AbbVie, las Unidades Móviles de Cribado puestas en marcha en diferentes regiones de España, han tratado a más de 5.000 personas, y forman parte del compromiso de distintas entidades como Madrid Positivo, la Fundación Salud y Comunidad y Cruz Roja, así como de los profesionales sanitarios con la eliminación de la hepatitis C en los grupos de población vulnerables, acercando así el objetivo de eliminación de la enfermedad en el año 2030.