Nuestro sistema inmunitario tiene la capacidad de encontrar y destruir las células cancerosas. Pero las células cancerosas pueden ser inteligentes y desarrollar trucos para evadir el sistema inmunitario. Ahora, investigadores del Laboratorio Cold ...
Nuestro sistema inmunitario tiene la capacidad de encontrar y destruir las células cancerosas. Pero las células cancerosas pueden ser inteligentes y desarrollar trucos para evadir el sistema inmunitario. Ahora, investigadores del Laboratorio Cold Spring Harbor (Estados Unidos) han descubierto uno de estos trucos.
Según sus hallazgos, algunas células cancerosas tejen una señal de desactivación en una armadura protectora, inmovilizando y excluyendo a las células T que, de otro modo, las matarían. Esta vía de desactivación inmunitaria ofrece un nuevo y prometedor enfoque terapéutico para los cánceres de páncreas, mama y colorrectal.
Las células cancerosas tejen una señal de desactivación en una armadura protectora que excluye a las células T que, de otro modo, las matarían. Esta vía de desactivación inmunitaria ofrece un nuevo y prometedor enfoque terapéutico para los cánceres de páncreas, mama y colorrectal.
Las células T patrullan el cuerpo en busca de cánceres y patógenos. Si ellas y/o sus compañeros del sistema inmunitario encuentran un intruso, las células T se movilizan para atacar.
En su trabajo, publicado en la revista científica ´Proceedings of the National Academy of Sciences´, han desvelado que esta movilización se desactivaba por una combinación de tres proteínas tejidas en una capa protectora que rodea a las células cancerosas: una señal que suele atraer a las células T llamada CXCL12, un filamento llamado KRT19 y una proteína que fusiona las anteriores proteínas llamada TGM2.
Los científicos utilizaron la edición genética para desactivar la producción de KRT19 o TGM2 en tumores pancreáticos de ratón. Sin KRT19 ni TGM2, las células cancerosas perdieron la protección CXCL12-KRT19 y las células T pudieron infiltrarse y atacar. Los tumores pancreáticos se redujeron o desaparecieron.
"¿Por qué esta capa de proteínas repelió a las células T de los tumores? Es un poco contradictorio porque la CXCL12 es una quimiocina (atrayente químico) que atrae a las células inmunitarias. Pero descubrimos que la CXCL12 está en una concentración inusualmente alta en la superficie de las células cancerosas, donde hace lo contrario al inmovilizar las células T", explican los investigadores.
El CXCL12 suele hacer su trabajo como una proteína única. Pero en concentraciones elevadas en la superficie de las células cancerosas, la proteína se encuentra en un complejo con KRT19 y forma una red en forma de rama. Esta red red redujo drásticamente el movimiento de las células T.
En un pequeño estudio clínico anterior sobre pacientes con cáncer de páncreas, también demostraron que el fármaco plerixafor (un bloqueador del receptor CXCL12) aumentaba la infiltración de células T en los tejidos tumorales pancreáticos de los pacientes. Este nuevo estudio demuestra ahora por qué se produce este efecto inmunoterapéutico.