Un estudio liderado por investigadores del Clínic-IDIBAPS -con colaboración del CIBERONC- demuestra que un nuevo tratamiento sin quimioterapia es eficaz para tratar el linfoma de células del manto en su forma clínica menos agresiva. Con esta terapia, la mayoría de pacientes pudieron dejar el tratamiento pasados dos años. El estudio, publicado ...
Un estudio liderado por investigadores del Clínic-IDIBAPS -con colaboración del CIBERONC- demuestra que un nuevo tratamiento sin quimioterapia es eficaz para tratar el linfoma de células del manto en su forma clínica menos agresiva.
Con esta terapia, la mayoría de pacientes pudieron dejar el tratamiento pasados dos años. El estudio, publicado en la revista ´Journal of Clinical Oncology´, ha estado coordinado por la hematóloga del Hospital Clínic de Barcelona e investigadora del grupo Neoplasias linfoides del IDIBAPS y del CIBERONC, Eva Giné, junto con la colaboración del jefe del grupo, Armando López Guillermo. En el estudio ha participado también Elias Campo, jefe del grupo Patología molecular en neoplasias linfoides del IDIBAPS y encargado de los estudios biológicos, junto con Ramón García-Sanz, jefe del Laboratorio de Biología molecular del Hospital Universitario de Salamanca.
El linfoma de células del manto (LCM) es un cáncer de los glóbulos blancos de la sangre, que representa entre el dos y el cinco por ciento de todos los linfomas y que tiene una conducta clínica muy paradójica mientras que la mayoría de pacientes tiene una enfermedad agresiva, difícil de tratar, un pequeño subgrupo sigue un curso clínico indolente, incluso sin necesidad de tratamiento.
Los pacientes de este estudio han sido tratados, por primera vez, con una combinación libre de quimioterapia en primera línea de tratamiento con el anticuerpo monoclonal rituximab y un inhibidor de BTK oral llamado ibrutinib (IR).
"De forma muy innovadora este estudio incorpora el uso de la determinación de la enfermedad mínima residual por métodos moleculares para decidir y personalizar la duración del tratamiento en cada paciente", ha señalado Eva Giné.
Los resultados han demostrado que la combinación de ibrutinib y rituximab es muy activa en el tratamiento de las formas indolentes de LCM: se alcanza una alta tasa de respuestas completas (más del 80% de los pacientes) y de enfermedad mínima residual indetectable. Este hecho ha permitido detener el tratamiento a los dos años en la mayoría de los pacientes.
"A la espera de tener un seguimiento más largo, los pacientes en general están manteniendo la respuesta y por tanto la combinación podría ser en un futuro un tratamiento muy competitivo tanto por eficacia como toxicidad respecto a los más convencionales basados en la inmunoquimioterapia como mínimo en este subgrupo de pacientes", ha sostenido Armando López.
Por último, CIBER indica que, desde un punto de vista biológico, las respuestas a este tratamiento son comparables de momento en las diferentes variantes moleculares del LCM. Sin embargo, los pacientes que presentan alteraciones en el gen TP53 no son buenos candidatos a la discontinuación del tratamiento puesto que tienen un riesgo aumentado de progresión.