La mayor parte del daño nervioso post-COVID parece ser causado por una disfunción inmune provocada por una infección, no por una infección persistente, lo que sugiere que los pacientes podrían beneficiarse de las inmunoterapias disponibles actualmente, apuntan los investigadores en la revista ´Neurology: Neuroimmunology & Neuroinflammation´. Durante la pandemia de COVID-19, ...
La mayor parte del daño nervioso post-COVID parece ser causado por una disfunción inmune provocada por una infección, no por una infección persistente, lo que sugiere que los pacientes podrían beneficiarse de las inmunoterapias disponibles actualmente, apuntan los investigadores en la revista ´Neurology: Neuroimmunology & Neuroinflammation´.
Durante la pandemia de COVID-19, algunas personas infectadas por el virus del SARS-CoV-2 siguen experimentando síntomas de "larga duración" que persisten al menos tres meses después de la recuperación de la COVID, incluso en casos leves.
Entre ellos se encuentran la dificultad para realizar actividades normales, el desmayo y la aceleración del ritmo cardíaco, la falta de aliento, las dificultades cognitivas, el dolor crónico, las anomalías sensoriales y la debilidad muscular.
Un nuevo estudio dirigido por investigadores del Hospital General de Massachusetts (MGH) y de los Institutos Nacionales de la Salud sugiere que algunos pacientes con COVID de larga duración presentan daños nerviosos que parecen estar causados por una disfunción inmunitaria desencadenada por la infección.
El estudio incluyó a 17 pacientes con COVID (16 con casos leves) que cumplían los criterios de la OMS para la COVID prolongada. Fueron evaluados y tratados en 10 estados/territorios de Estados Unidos. Las evaluaciones revelaron evidencia de neuropatía periférica en el 59%. Los síntomas típicos de la neuropatía nerviosa incluyen debilidad, cambios sensoriales y dolor en las manos y los pies, así como molestias internas como la fatiga.
"Este es uno de los primeros trabajos que analizan las causas de la COVID prolongada, cuya importancia aumentará a medida que disminuya la COVID aguda --afirma la autora principal, la doctora Anne Louise Oaklander, investigadora del Departamento de Neurología del MGH--. Nuestros hallazgos sugieren que algunos pacientes con COVID prolongado tenían daños en sus fibras nerviosas periféricas, y que el daño en el tipo de célula nerviosa de fibra pequeña puede ser prominente".
Oaklander señala que si los pacientes tienen síntomas de COVID larga que no se explican de otra manera y no están mejorando, podrían beneficiarse de discutir la neuropatía con su médico o ver a un neurólogo o especialista neuromuscular.
"La investigación de nuestro equipo y de otros está aclarando cuáles son los diferentes tipos de neuropatía post-CVR y cuál es la mejor manera de diagnosticarlos y tratarlos --destaca Oaklander--. La mayoría de las neuropatías post-COVID descritas hasta ahora parecen reflejar respuestas inmunitarias al virus que se desviaron. Y algunos pacientes parecen mejorar con los tratamientos estándar para otras neuropatías relacionadas con el sistema inmunitario".
Sin embargo, advierte de que no ha habido tiempo suficiente para realizar ensayos clínicos que prueben rigurosamente los tratamientos específicos.