Existe una serie de retos terapéuticos en torno a patologías hematológicas raras o poco frecuentes como la hemofilia y las anemias congénitas, de las que, de la mano de dos expertas, como las Dras. Josune Zubicaray, hematóloga del Hospital Niño Jesús de Madrid, y María Teresa Álvarez Román, especialista de ...
Existe una serie de retos terapéuticos en torno a patologías hematológicas raras o poco frecuentes como la hemofilia y las anemias congénitas, de las que, de la mano de dos expertas, como las Dras. Josune Zubicaray, hematóloga del Hospital Niño Jesús de Madrid, y María Teresa Álvarez Román, especialista de Área en Hematología y Hemoterapia del Hospital Universitario La Paz, se dieron a conocer en el marco de la VI Jornada de Divulgación "HematoAvanza", de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH), los conocimientos más recientes en torno a estas enfermedades y los avances en sus tratamientos.
Avances terapéuticos para la hemofilia
Con respecto a la hemofilia, en los últimos años se percibe un cambio de paradigma en su abordaje terapéutico, de acuerdo con lo expuesto por la Dra. María Teresa Álvarez Román que, como explicó, se trata de una enfermedad rara hereditaria que afecta a 1 de cada 5.000 varones vivos en el caso de la Hemofilia A y 1 de cada 30.000 en el caso de la B. En España, según sus datos, podría haber unos 3.000 pacientes diagnosticados de esta enfermedad.
La hemofilia se produce, como explicó esta experta, "por el déficit de una proteína clave en el proceso de coagulación, FVIII en la Hemofilia A y FIX en la B, lo cual confiere un riesgo importante de sangrado".
Según sus datos, "hasta un 80% de los sangrados se producen a nivel articular y muscular y causan una gran discapacidad. La gravedad del mismo se correlaciona con los niveles plasmáticos del factor deficitario".
No obstante, en los últimos años se ha asistido a un incremento de la esperanza de vida y de la mejora de la salud de estos pacientes gracias al "actual abordaje terapéutico promoviendo la profilaxis primaria, administración regular del factor deficitario antes de que comience el daño articular, y personalizada a las características del paciente como son el estado articular, el fenotipo hemorrágico, la actividad física, y la farmacocinética del factor infundido", señaló.
El desarrollo de nuevas terapias pasa, tal como expuso, "por concentrados de vida media extendida que permiten, con menos infusiones, elevar los niveles plasmáticos del factor deficitario y evitar el desarrollo de artropatía. Los anticuerpos monoclonales que mimetizan la acción del FVIII, o rebalanceadores de la hemostasia como anti TFPI, RNAi de la AT o inhibidores de la proteína C-S. Estas moléculas con un mecanismo de acción novedoso, una vía de administración más cómoda y menos infusiones son de gran utilidad en subgrupos de pacientes con formas graves de la enfermedad como son los que desarrollan anticuerpos inhibidores contra la terapia sustitutiva, aquellos con malos accesos venosos o con mal control de la enfermedad".
La Dra. Álvarez Román también se refirió a la terapia génica aplicada a esta patología, señalando que "se están realizando ensayos clínicos ya en fase 3 con resultados muy esperanzadores, cuya aprobación por las agencias regulatorias está prevista para los próximos meses". No obstante, citó algunas barreras a superar con este tipo de terapia entre las que incluyó: seroprevalencia, reacción immune, hepatotoxicidad o posibles efectos secundarios a largo plazo.
En definitiva, como concluyó, de cara al futuro, "nos encontramos ante tratamientos más eficaces para los pacientes con hemofilia cuyo objetivo es la normalización de la hemostasia que van a permitir en los próximos años alcanzar lo marcado por la Federación Mundial de Hemofilia que es que los afectados por esta patología tengan una calidad de vida semejante a la población general".
Terapia génica y anemias congénitas
Asimismo, en los últimos años se ha producido un importante avance respecto a los tratamientos para pacientes con anemias congénitas, tal como se desprende de la intervención, en este caso, de la Dra. Josune Zubicaray.
Esta hematóloga, miembro del Servicio de Hematología y Hemoterapia del Hospital Universitario Infantil Niño Jesús de Madrid, se centró en la aplicación de terapia génica, entendida como una técnica experimental que utiliza genes para tratar en distintos tipos de anemia congénita tales como drepanocitosis, talasemia, déficit de piruvato quinasa y anemia de Fanconi, que tienen como base común la genética y monogénicas, es decir, que el paciente es su propio donante, con un único gen responsable y condicionante de estas patologías.
"Se trata de una tecnología muy avanzada con la que se trata de modificar o insertar en el paciente una copia normal del gen defectuoso causante de dichas patologías, previo acondicionamiento del paciente mediante quimioterapia", tal como explicó.
Actualmente, hay dos formas más frecuentes de terapia génica para estas enfermedades. Una de ellas, indicó la Dra. Zubicaray, se conoce como la de "adición del gen", consistente, en líneas generales, en introducir una copia del gen normal.
La otra técnica se denomina "edición génica" que permite modificar cualquier región del genoma, bien mediante la eliminación, inserción o sustitución de una secuencia de ADN, con ayuda de una sofisticada metodología conocida como "tijeras moleculares", que ha revolucionado el panorama de este tipo de tratamientos.
En cuanto a algunos de los riesgos de este tipo de terapias, la Dra. Zubicaray apuntó, respecto a la adición, "el riesgo de inserción en un promotor que cause proliferación celular clonal". En el caso de la edición, "modificaciones no intencionadas de otros puntos del genoma fuera de la secuencia de ADN diana".