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Así desestabiliza una mala alimentación a las células inmunitarias

Tras varias semanas de una dieta alta en grasas y calorías, los procesos moleculares en el organismo que controlan el sistema inmunológico y el metabolismo comienzan a experimentar una serie de cambios.

18/03/2022

En el ámbito médico existe un alto interés por las causas y consecuencias en torno al tejido graso del abdomen, también conocido como ´tejido graso visceral´. Se sabe que su aumento provoca una respuesta inflamatoria que afecta a todo el organismo, incrementando así el riesgo de enfermedades secundarias. En dicho ...

En el ámbito médico existe un alto interés por las causas y consecuencias en torno al tejido graso del abdomen, también conocido como ´tejido graso visceral´. Se sabe que su aumento provoca una respuesta inflamatoria que afecta a todo el organismo, incrementando así el riesgo de enfermedades secundarias. En dicho tejido adiposo visceral, las células inmunitarias pueden organizarse en estructuras linfoides e iniciar respuestas inmunitarias que desestabilizan al metabolismo.

En este contexto, un equipo de investigación de la Universidad Ludwig-Maximilians de Múnich (LMU) (Alemania) se ha dedicado a examinar los procesos moleculares que influyen en este llamado metabolismo inmunológico."Tras tres semanas de una dieta alta en grasas y calorías, los procesos moleculares en el organismo que controlan el sistema inmunológico y el metabolismo cambian", explicó la Dra. Susanne Stutte, del Centro Biomédico y primera autora del estudio. "El exceso de energía dietética se almacena en el tejido adiposo blanco llamado grasa visceral y se acumula en todo el cuerpo y entre los órganos internos. Todo ello puede aumentar significativamente como resultado de una dieta particularmente alta en calorías o alta en grasas y, por lo tanto, convertirse en un peligro para la salud", añadió.

Con el crecimiento constante de la grasa visceral, los procesos inmunológicos también se desequilibran, como pudieron demostrar los investigadores: ciertas células inmunitarias, las llamadas células dendríticas plasmocitoides (pDC), ahora se acumulan en el tejido adiposo. "Aquí se forma un tejido linfático terciario, en el que los pDC pasan a controlar fatalmente el sistema inmunológico y el metabolismo", según Stutte.

Inflamación crónica

Cuantas más formas de grasa, más de estas estructuras se crean. Interfieren agudamente con el metabolismo, lo que resulta en un síndrome metabólico. Esto significa que los pDC en la grasa visceral están en alerta constante.

"Los pDC normalmente representan la primera barrera en una infección viral, en la que reaccionan y liberan una sustancia mensajera (interferón tipo 1) que regula el sistema inmunológico", añadió la profesora Barbara Walzog, del Centro Walter Brendel de Medicina Experimental de la LMU y jefe del SFB 914 "Tráfico de células inmunes en inflamación, desarrollo y enfermedad". Debido al síndrome metabólico, el metabolismo se desestabiliza y los valores inflamatorios aumentan. "Después de solo tres semanas de nutrición alta en calorías, pudimos determinar el desarrollo de diabetes tipo 2, inducida por la creciente grasa visceral", informó Stutte.

La inmigración de células al tejido adiposo sigue patrones moleculares precisos que pueden imaginarse como mapas. "Si pudiera evitar que las pDC entren en la grasa, también podría prevenir las enfermedades secundarias resultantes", concluyó la prof. Wallog.

Los resultados, obtenidos en colaboración con la Facultad de Medicina de Harvard (EEUU), pueden contribuir al desarrollo de nuevos puntos de partida para una intervención terapéutica, según los científicos,

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