Debido a la alta proporción de infección asintomática del SARS-CoV-2 entre la población pediátrica, no hay mucho conocimiento sobre la incidencia real y la presencia longitudinal de la respuesta de anticuerpos naturales (no inducida por la vacuna) a la infección. Ahora, y según se desprende de un nuevo estudio dirigido por ...
Debido a la alta proporción de infección asintomática del SARS-CoV-2 entre la población pediátrica, no hay mucho conocimiento sobre la incidencia real y la presencia longitudinal de la respuesta de anticuerpos naturales (no inducida por la vacuna) a la infección.
Ahora, y según se desprende de un nuevo estudio dirigido por investigadores del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas en Houston (UTHealth Houston) en EEUU, niños previamente infectados.
Los investigadores examinaron datos de 218 niños de todo el Estado de Texas con edades entre 5 y 19 años con el objetivo de evaluar el estado de los anticuerpos contra la COVID-19 a lo largo del tiempo entre una población de adultos y niños en Texas.
Los voluntarios que se inscribieron en el estudio proporcionaron a los investigadores tres extracciones de sangre separadas. Las muestras se recolectaron antes del lanzamiento de la vacuna y durante las variantes Delta y Omicron.
Los resultados, publicados en la revista ´Pediatrics´, indicaron que el 96 por ciento de los niños infectados con COVID-19 continuaron teniendo anticuerpos hasta siete meses después. Más de la mitad (58 por ciento) dieron negativo para anticuerpos inducidos por infección en su tercera y última medición.
"Estos hallazgos son importantes porque la información que recopilamos de los niños infectados con COVID-19 no difirió en absoluto si un niño era asintomático, la gravedad de los síntomas, cuándo tenía el virus, tenía un peso saludable o tenía obesidad, o por género", explicó la Dra. Sarah Messiah, autora correspondiente del estudio y profesora de epidemiología, genética humana y ciencias ambientales en UTHealth.
Si bien dicho estudio es alentador al demostrar que cierta cantidad de anticuerpos naturales dura más de seis meses en los niños, queda por conocer el umbral de protección absoluto. "Tenemos una gran herramienta disponible para brindarles a los niños protección adicional al recibir su vacuna", indicó esta experta.
La información sobre la durabilidad de las respuestas inmunitarias naturales específicas del SARS-CoV-2 en los niños es importante para informar las estrategias de vacunación pediátrica y mitigación de la transmisión comunitaria, tanto para las variantes actuales como para las posibles variantes futuras, según estos investigadores.