Un nuevo estudio sugiere que las personas con cáncer y tipos de sangre no 0, es decir con grupo sanguíneo A, B y AB, se enfrentan a un mayor riesgo de desarrollar tromboembolismo venoso (TEV), o coágulos de sangre en las venas, tres meses después de su diagnóstico inicial, según ...
Un nuevo estudio sugiere que las personas con cáncer y tipos de sangre no 0, es decir con grupo sanguíneo A, B y AB, se enfrentan a un mayor riesgo de desarrollar tromboembolismo venoso (TEV), o coágulos de sangre en las venas, tres meses después de su diagnóstico inicial, según publican sus autores en la revista ´Blood Advances´.
Los científicos llevan mucho tiempo esforzándose por comprender los factores de riesgo de TEV, una importante causa de muertes hospitalarias evitables. Las evaluaciones existentes utilizan factores como el tipo de tumor o de cáncer para detectar a las personas con alto riesgo de TEV. Sin embargo, muchos pacientes sin estos diagnósticos siguen desarrollando coágulos sanguíneos potencialmente mortales, pero no son identificados.
El TEV incluye la trombosis venosa profunda (TVP), un coágulo de sangre que suele formarse en las venas profundas de la pierna, y la embolia pulmonar (EP), una afección potencialmente mortal que se produce cuando un coágulo de sangre se desprende y se aloja en las arterias del pulmón. Aunque estos coágulos sanguíneos pueden afectar a cualquier persona, las investigaciones existentes sugieren que las personas con tipos de sangre no-0 son más propensas a desarrollar TEV.
El cáncer y las terapias contra el cáncer también aumentan las posibilidades de desarrollar coágulos sanguíneos, y mientras que las personas con formas graves de cáncer son más propensas a desarrollar TEV, existen menos investigaciones sobre el riesgo entre los pacientes con cánceres menos asociados a la trombosis.
En el estudio, los investigadores investigaron el papel de los tipos de sangre no-0 en la probabilidad de los participantes de desarrollar TEV. Recogieron datos de 1.708 participantes adultos con un diagnóstico de cáncer nuevo o recurrente del conjunto de datos del Estudio de Cáncer y Trombosis de Viena (CATS).
Agruparon a los participantes primero por tipo de sangre, y luego los clasificaron según su clasificación tumoral. Se consideró que los pacientes con tumores de páncreas, gastroesofágicos y cerebrales tenían diagnósticos de alto riesgo.
Aunque el tipo de tumor puede ser útil para identificar a las personas más propensas a desarrollar una ETV, muchas personas con tumores menos graves siguen experimentando coágulos sanguíneos peligrosos y, por tanto, pueden requerir un control y un tratamiento adicionales. Los resultados del estudio sugieren que la tipificación sanguínea puede servir como otra importante medida de predicción.
"Sabemos que el tipo de tumor ayuda a determinar el riesgo básico de TEV, pero seguimos viendo que estas evaluaciones de riesgo no logran captar a todos los pacientes con cáncer que desarrollan estos coágulos sanguíneos --señala la autora del estudio, Cornelia Englisch, estudiante de doctorado en la Universidad Médica de Viena (Austria)--. Al evaluar únicamente el tipo de tumor, pasamos por alto hasta el 50% de las personas que desarrollan TEV".
Sus resultados indican que los pacientes con tipos de sangre no 0 tenían más probabilidades de desarrollar una ETV tres meses después de su diagnóstico o de la reaparición del cáncer. Según la doctora Englisch, esta asociación no aparecía en el momento del diagnóstico porque las terapias contra el cáncer aumentan la probabilidad de que los pacientes desarrollen coágulos sanguíneos, lo que hace que el grupo sanguíneo sea un factor predictivo menos significativo de TEV durante las primeras fases del tratamiento.
Las personas con tumores fuera de la categoría de enfermedad de alto riesgo y con un grupo sanguíneo no 0 tenían más probabilidades de desarrollar coágulos sanguíneos independientemente del tiempo, lo que demuestra que depender exclusivamente del tipo de tumor para detectar el riesgo de TEV puede hacer que muchos pacientes queden fuera de juego.
La doctora Englisch precisa que, aunque novedosos, estos hallazgos son exploratorios y aún requieren estudios adicionales. En el futuro, los investigadores también pretenden comprender mejor los mecanismos biológicos que subyacen a estos hallazgos. Esperan que la determinación del grupo sanguíneo pueda ser una herramienta útil para evaluar el riesgo de ETV asociada al cáncer en el futuro.
"La determinación del grupo sanguíneo es fácil de realizar, puede llevarse a cabo en todo el mundo y no requiere ningún conocimiento o equipo especializado --recuerda Englisch--. Y, por supuesto, cada factor de riesgo que identificamos nos ayuda a comprender mejor estas complicaciones potencialmente mortales en los pacientes con cáncer. Tal vez esto cree conciencia sobre el papel que pueden desempeñar los tipos de sangre como biomarcadores clínicos".